Argentina, Alvear y LAN
Por ENRIQUE CASTILLO- PESADO
 En 1969 viví once meses en Buenos Aires y puedo señalar que es una de las ciudades más grandes del mundo, una megalópolis que con los suburbios supera los once millones de habitantes. Era un tiempo donde también colaboraba con el diario La Prensa. Pero volviendo a esta hermosa metrópoli, es también la más elegante y activa de América del Sur, y la que mejor resume la variada y heterogénea esencia de lo argentino. De moderna estructura y dinámica actividad, ha sabido conservar viejas tradiciones y rincones entrañables. Fascina al visitante por su ambiente, la diferente personalidad de cada uno de sus barrios, la cordialidad de su gente y el amplio abanico de sus ofertas culturales y comerciales. Buenos Aires, rodeada de la espléndida naturaleza argentina, es la gran puerta cosmopolita de Sudamérica.
Además de sus paseos tradicionales, la ciudad de Buenos Aires posee mansiones hechizadas, cementerios con vida nocturna, campanarios que suenan solos, almas en pena, fantasmas, túneles secretos o, al menos, eso cuentan las leyendas que la envuelven en puro misterio. Ir a pasear a la Recoleta es recordar a una pequeña Francia. Es un rincón de Buenos Aires que parece eterno. Quizás porque en ningún otro barrio de la ciudad como en éste, la vida y la historia dialogan con una elegancia única, como si fueran unos porteños más frente a una sofisticada mesa de café. Hoy en día, no puede uno dejar de recorrer el Centro Histórico, la calle Florida, Palermo Chico y Palermo Soho, el Tigre, etcétera. Abundan los museos, galerías, tiendas de marca, restaurantes, grandes hoteles, salas de concierto y sitios para tango.
 Cuando uno se hospeda en hoteles clásicos como el Alvear, tiene uno que valorar el estar presente en L’Orangerie y en el Jardín D’Hiver, además de degustar alta gastronomía en La Bourgogne. También recorrer su increíble Spa, lobby bar y disfrutar el nuevo Cigar Bar. Con la majestuosidad de su arquitectura y decoración que lo distinguen como único en su estilo, el Alvear Palace se ha convertido en un referente de la hotelería de lujo a nivel mundial. Su reconocimiento se debe a la excelente combinación entre hospitalidad, la más alta tecnología y el servicio personalizado de su staff.
Recientemente restaurado y reacondicionado con el distinguido estilo que lo caracteriza, en el año 2003 fue considerado Monumento Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Asimismo, la prensa especializada y las encuestas a viajeros de lujo, lo han ubicado entre los 20 mejores del mundo, reafirmándolo como el hotel más premiado de Latinoamérica. La esencia del Alvear, su historia, elegancia y la cordialidad de su comprometido y capacitado staff hacen que quienes lo visitan lo recuerden como una experiencia única. Un verdadero palacio, símbolo indiscutible de la Belle Epoque, que luego de 10 años fue inaugurado oficialmente en Octubre de 1932. El lugar elegido fue La Recoleta, el barrio más refinado de Buenos Aires.
El doctor de Miero, hombre muy reconocido en las altas esferas sociales y de negocios del Buenos Aires del 30, fue quién trajo los primeros planos desde París, que serían el inicio del ambicioso proyecto del Alvear. Fue asistido por el diseñador Verschere, los arquitectos Pirovano y Brodsky -quien diseñaría su hermosa fachada-, los ingenieros Escudero y Ortúzar, y el arquitecto Medhurst Thomas y su socio G.E. Harris, quienes llevaron a cabo la construcción y decoración del edificio.
 El hotel cuenta con 197 habitaciones, 100 de las cuales son suites (elegantemente decoradas en estilo Imperio y Luis XV). Allí he visto a Paloma Picasso, George Soros, Ted Turner, James Wolfensohn, Luca di Montezzemolo, Lee Iaccocca, Ivanna Trump Patrick Heiniger, Soichiro Toyota, Luciano Benetton, Liliane Betancourt y Edgard Bronfman.
Doblando la hoja, Iván Zika (léase: LAN—México) me invitó a ir a Santiago de Chile y Buenos Aires, con motivo de la celebración de 80 años de existencia de la línea aérea y sé que veintiún aeronaves de LAN recorren ya la región y el mundo con la imagen especialmente diseñada para festejar este aniversario. Durante todo este año y hasta marzo del 2010, algunos aviones de su flota que operan las rutas nacionales, regionales y de largo alcance internacional llevarán en su fuselaje la imagen conmemorativa de este importante hito para la compañía. Tiene una extensión de entre 3 y 4 metros de altura, dependiendo del tipo de aeronave y fue confeccionada con un material especial altamente resistente. El primer avión de la flota que exhibe la imagen es un Airbus A340 que opera destinos internacionales en Europa, Australia y Estados Unidos, entre otros puntos. Y hasta la próxima, ¡abur¡
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