. El rojo es aliado de Alonso
. Brújula verdadera, las memorias del senador Ted Kennedy
. Maria Shriver, rabiosamente demócrata
AHORA RESULTA QUE los condicionantes cromáticos unen a las grandes corporaciones de los lazos multinacionales. Sí, me refiero al reciente acuerdo del célebre banquero hispano Emilio Botìn (léase: presidente de Santander) con la firma Ferrari. Y claro: así son las reglas del marketing. ¿Por qué?: sencillamente porque deben coincidir los colores. Para muchos, el factor humano tendría que ser un tema secundario porque el tercer elemento de lo que será un terceto es un as bajo la manda que corresponde al nombre de Fernando Alonso. Sin duda alguna, el mejor piloto del orbe, después de las memorables épocas de Prost, Senna y Schumacher. Billy Sprowls, una de nuestras glorias del automovilismo, después de la época de los hermanos Rodríguez (era el piloto de Valiant--Chrysler, donde mi abuelo Octavio Montero Garessi era el ingeniero en jefe, ya que don Gastón Azcárraga Tamayo lo había contratado y traído desde Detroit, Estados Unidos), me comentó que Emilio Botín (una especie de Carlos Slim español) pagara la módica suma de 200 millones de euros hasta el 2015, para asociarse en ¿la coincidencia de las tonalidades? ¿A qué que refiero?: el rojo escarlata del Santander se ubica en la misma área del inconsciente de los consumidores que el impactante rosso corsa de la escudería más famosa del mundo. Don Octavio Montero Garessi me decía que era el color con que los equipos italianos pintaban a sus automóviles futuristas. Y hablando de Botín, no sé el por qué Carlos Slim no ha adquirido bólidos de Fórmula Uno para que pilotos mexicanos como Esteban Gutiérrez los piloteen. Por ende, felicito al banquero que desea poner a un español (sí, me refiero a Fernando Alonso) al volante de los autos de carrera que han marcado toda una época. Y hablando de épocas, el piloto argentino Juan Manuel Fangio (amigo de Montero Garessi, así como el inolvidable Piero Tarufi) ganó el Mundial de Pilotos en 1956. La escudería italiana ha conseguido triunfos imborrables con pilotos nórdicos como Hill, Hawthorn, Surtess, Schekter, Lauda, Shumacher y ahora Raikkonen. Una ley que no existe (¿?) subraya que el corazón latino de Ferrari suma mejor con cerebros sistemáticos. Por supuesto, Alonso no es nórdico, pero es de Oviedo, bella zona de Asturias, donde he tenido la oportunidad de compartir el pan y la sal en el hogar de su familia. Alonso, hijo de un mecánico y de una empleada de El Corte Inglés, es un huérfano de la industria. A nadie se le olvida que ha sido el piloto más joven en obtener dos títulos mundiales y que, por otro lado, ha tenido sinsabores para encontrar un equipo de la estatura de su increíble talento para manejar bólidos de alta tecnología. Estoy seguro –porque he estado en los exclusivos pits de muchas competencias-- que sabe cómo predecir problemas mecánicos, trazar curvas con la precisión geométrica de su mente, sin olvidar su inigualable sensibilidad. El carácter de Alonso es para estudiosos profundos. Haciendo un lado al Real Madrid (equipo de ambos), Alonso reniega de las federaciones, instituciones, administraciones, iglesias y un largo etcétera. Muchos lo llaman “el piloto anarquista”. Y claro, ahora el rojo es su próximo aliado, ¿o no?
40 AÑOS DE CULPA
DURANTE LOS ÚLTIMOS años, el recién fallecido Ted Kennedy trabajó en su autobiografía, basándose en comentarios escritos que elaboró durante cincuenta años. Se sabe que las memorias las empezó a redactarlas antes que los doctores le diagnosticaran un tumor cerebral (2008).
La última versión esperaba otras informaciones y la corrección de estilo cuando falleció hace unas semanas, a los 77 años. Estoy enterado de que la editorial Twelve pagó casi seis millones de euros por el volumen, intitulado True Compass (expresión en inglés que significa brújula verdadera). Los críticos confiesan que “entre todas sus páginas, las que más nos llamaron la atención son las que relatan los hechos inmediatamente después del accidente en Chappaquiddick”. En 1969, Ted Kennedy se presentó en una reunión (más bien, fiesta) con colaboradores de la intensa campaña electoral de su hermano Robert, asesinado un año antes. A eso de las 23 horas (11 de la noche), abandonó la fiesta con su hermosa asistente de 28 años, Mary Joe Kopechne. Al dirigirse a un ferry que les llevaría a otra isla cercana, su automóvil se desvió de un puente. Cayó inmediatamente a la profundidad y luego flotó boca abajo. En minutos, Ted Kennedy (que era muy joven) le informó a unos amigos y trató de rescatar a su colaboradora sin éxito alguno. Se desesperó al no encontrarla y creyó honestamente que Mary Joe había escapado. Kennedy nadó hacia la otra isla en la que se hospedaba y cometió un error al no informar a las autoridades. Al día siguiente, varios pescadores observaron el auto y un buzo profesional encontró el cuerpo de la asistente de Kennedy. En sus memorias, el senador confesó que “estaba impactado, ensimismado, asustado, apabullado y lleno de dudas. Sé que en ese tiempo tomé decisiones absurdas y caóticas. Por supuesto, entré en un shock por el cansancio, el pánico y la conmoción. Tenía, lo reconozco, la inteligencia para evaluar que el accidente tendría consecuencias para mis familiares y mi carrera política”.
CRISIS DE IDENTIDAD
SI USTED HABLA de familias reales en la política mexicana, habría que hablar del PRI. En otro rubro, Slim sería integrante de la familia real económica, y en otra área, los Corcuera, los Arango, los Peralta, los Camil, etcétera, pertenecerían a la high society de México.
¿Saben que (María Shriver) pertenece a la familia real estadounidense? Su saga ha vivido algunos de los momentos más dramáticos de la vida política y social norteamericana, desde el asesinato de su tío, el presidente John Fitzgerald Kennedy en 1963, el otro asesinato de Bob Kennedy, la desaparición de su primo John—John en el Atlántico en 1999, y ahora la muerte de Ted Kennedy. Tanto a María Shriver como al gobernador Arnold Schwarzenegger los conocí en el Bistró Garden de Los Angeles, durante una comida que organizó el alcalde Antonio Villaraigosa. Ahora, ella, primera dama de California, ha dejado en claro que también tiene problemas. Shriver publicó unas memorias en las que confiesa ser rabiosamente demócrata. Tan demócrata que pasó por una grave crisis cuando se enteró que su marido se iba a presentar para el cargo de gobernador de California “como republicano”. En su reciente libro ¿Quién serás? Gran pregunta, libro pequeño, respuesta en el interior, detalla cómo, aparte de la división política que vivió en su casa y en su dormitorio, tuvo que enfrentarse a una crisis de identidad profesional. Tuvo dos exitosos programas de televisión: Morning News (CBS) y Dateline (NBC). Se tomó un respiro forzado cuando su esposo juró el cargo de gobernador. Desde entonces está en la sombra. “Un día, por arte de magia, Arnold (estrella del cine) anunció que se presentaba para el cargo de gobernador. Exactamente seis días después fue elegido. Como en NBC preocupaba que pudiera haber un conflicto de intereses entre mi trabajo de informadora y su trabajo de político, se me pidió que dimitiera”, comentó a Publimetro. “Enrique, todavía lloro”. Y hasta la próxima, ¡abur¡
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
More articles by this author
|