Días de furia
HÉCTOR TENORIO
México se sume en el caos político; desde hace cuatro años no surge a la superficie. Así lo indica la encuesta realizada por María de la Heras, donde se refleja el estado de ánimo del país: cuatro de cada diez mexicano no están nada satisfechos con la forma en que el Presidente ha manejado la economía y otro tanto manifiesta la misma insatisfacción con respecto a su estrategia contra el narcotráfico. El 69 por cierto afirma que al presidente el país ya se le fue de las manos. Quizá lo más preocupante es que apenas un 19 por ciento se manifiesta confiado en que los dos años de gobierno que quedan la situación va a cambiar para bien, mientras que un 42 por cierto está convencido de que solo nos queda esperar que llegue su relevo.
Por lo que se refiere a la clase política, poco ayuda a superar el escollo. Ha preferido abrazar la corrupción; los acuerdos en las Cámaras no llegan, no hay políticos comprometidos con las necesidades de la población. Estos son algunos de los factores internos que amenazan nuestra independencia.
Al mismo tiempo, la presión de los Estados Unidos, por conservar su territorio se hace presente en la masacre de 72 migrantes, la cual no es un hecho aislado, sino que corresponde a todo un escenario de persecución y muerte, en el que los indocumentados sufren la condición de invisibilidad a la que los condena la política migratoria actual de ambos países. No es creíble la versión oficial que hayan sido asesinados por no querer trabajar como sicarios, ya que eran personas que desconocían la geografía del país. Versiones no oficiales insisten en que militares de los Estados Unidos, podría estar detrás de este asesinatos masivo. Esto son algunos factores externos que amenazan la soberanía nacional en pleno festejos del bicentenario.
Por lo pronto, hay ingobernabilidad prácticamente en casi toda la frontera. El estado de Tamaulipas es el mejor ejemplo de la descomposición política, ya no hay gobierno. Los estados vecinos van encaminándose hacía el mismo destino.
En este contexto, se da la detención de La “Barbie", en el estado de México, a manos de la Policía Federal, la cual se suma a las ya hechas anteriormente a
Gerardo Álvarez Vázquez alias “El Indio”, detenido el 21 de abril pasado por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional en la colonia Bosques de la Herradura, en el municipio Huixquilucan. En junio, José Francisco Barreto García, alias El Contador, fue detenido en Tlalnepantla. Lo que demuestra que La Barbie y su gente habían sentado sus reales desde el 2008 en el Estado de México, donde eran protegido por presidentes municipales y por el mismo gobernador Enrique Peña Nieto. Si no, cómo explicar que el crimen organizado y el secuestro, han crecido en municipios como Tultitlán, Ecatepec, Cuautitlán, Huixquilucan, Villa Nicolás Romero, Zinacantepec.
A pesar de la detención de La Barbie, la violencia va a la alza; un comando de sicarios irrumpió en un bar de Cancún, donde ordenaron a comensales y trabajadores del sitio a replegarse en un área sin salida, para luego lanzar bombas de fabricación casera, finalmente incendiaron el establecimiento. Seis de las víctimas fallecieron en el bar por asfixia y las otras dos en el Hospital General a causa de las quemaduras. La versión oficial explica el hecho como producto de una venganza personal. No obstante, Cancún se une a la lista de ciudades turísticas que han sido atacadas. La imagen del país se desploma.
Lo días más violentos de esta batalla contra el crimen están por venir. El gobernador electo de Sinaloa, Mario López Valdez “Malova”, no se equivoca cuando predice que el próximo crimen será contra un gobernador. Aunque se queda corto porque podría ser más de uno. Los dados son inciertos pero, algunos sospechan que podría suceda en Guerrero. ¿Será cierto?
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