INSTANTÁNEAS DEL PODER
ABRAHAM GARCÍA IBARRA
Dorados y misteriosos
idilios en pantalla rosa
Documentada al canto la preferencia que algunos políticos tienen por los medios electrónicos (y sus publicaciones impresas) para dar a conocer sus intimidades y hasta sus programas de gobierno, no es una sorpresa que tiempos y espacios dedicados al espectáculo -léase la farándula- se hagan eco a la insinuación de que la ex jefa “de gabinete” de la Presidencia de la República -cuya oficina ocupa ahora nuevamente el ex secretario de Economía, Gerardo Ruiz Mateos-, Patricia Flores tiene lo que cursimente se anuncia como un guardadito sentimental, cuyo sujeto se conserva en un prefabricado misterio. Lo cierto es que a la ex funcionaria, de la que se dice se busca acomodo en el Cuerpo Diplomático mexicano, en algunas columnas periodísticas se le sigue denominando vicepresidenta de México, en mérito a su influencia en el diseño de algunas políticas públicas.
Y ahora… atacan los
buenos de las telenovelas
El colmo de colmos: En tiempos de algunas telenovelas -para derramamiento de bilis de señoras que siguen con interés digno de mejor causa esas emisiones-, cuyos capítulos están impregnados de pasiones salvajes y promiscuas a granel, protagonistas de esas tramas son obligados a abandonar los libretos originales para, súbitamente, soltar los mismos choros del Presidente de la República sobre lo bien que anda el país en el campo de las políticas sociales. Si lo que está en juego es la credibilidad del gobierno, flaco favor le hacen al mandatario quienes se soltaron el pelo con esa infumable ocurrencia, tan inane como el esfuerzo de edición que hicieron algunos noticiarios televisivos para presentar como un acto voluntario el del Presidente en hidráulico chapoteo en las zonas anegadas de Veracruz, acompañado por el increíble Fidel Herrera Beltrán; obligados ambos a bajar del convoy militar en que viajaban por el grito multitudinario de la enardecida población damnificada.
No todos están con
Enrique Peña Nieto
En los mismos pisos y cabinas de los medios electrónicos, y con la misma diligencia que sus anfitriones brindaron a Felipe Calderón Hinojosa, antes y después del informe y mensaje presidenciales, se acogió la semana pasada al gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, después de su quinto informe de gobierno, para que hablara y hablara de lo que a su conveniencia sirve.
El triunfal recorrido de Peña Nieto, sin embargo, se vio ensombrecido por la evaluación que el Instituto Mexicano de Competividad dio a conocer en la misma semana en su encuesta Competitividad Estatal 2010. Según la versión de CNN-Expansión, en esa materia el Estado de México está colocado al nivel de los estados de Guerrero, Oaxaca, Tabasco y Chiapas, todos del sur-sureste, donde galopan los más altos indicadores de marginación socioeconómica que tienen a la población, sobre todo indígena, para el arrastre.
Siguiendo la Ruta de las Hibueras -códice de la Matrícula de los Tributos en tiempos de Moctezuma- , la agencia citada pone al Estado de México en la misma escala que Nicaragua y El Salvador en eso de la competitividad. Para infortunio de Peña Nieto, la misma encuesta pone al Distrito Federal, con Marcelo Ebrard, en la vanguardia de las entidades que mejor desempeño tienen en ese capítulo, uno de cuyos factores es la inversión productiva.
Los centenarios, abaratados
en las novelas “históricas”
Reconocida su autoridad como uno de los vedores, analistas y críticos de la televisión mexicana más agudos y confiables, desde principios de año Álvaro Cueva advirtió que, si la agenda de “festejos” del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución se dejaba a la codicia de las empresas televisoras, el resultado sería detestable de cara a las producciones profesionales de cadenas extranjeras que tienen a la historia como una respetable fuente de cultura y conocimiento.
Si algunas producciones solemnes -como la de Discutamos México- pasan de panzazo la prueba de calidad, lo que se ofrece como telenovelas históricas apenas desquitan la facturación a sus patrocinadores y el tiempo de los despistados que esperaban en esos mamotretos una oportunidad de enriquecimiento intelectual y cívico. Puestas al lado de las colosales que promovió en su tiempo Miguel Alemán Velasco en Televisa, la conclusión es que libretistas, productores y directores de la nueva hornada se colocan, en ignorancia e intencionalidad, en la frecuencia de la incultura panista.
Por si algo faltara, en alguna de esas series aparecen “actores” que han sido imagen de las campañas de Provida que, con independencia de sus convicciones disfrazadas de valores religiosos, son contumaces detractores de los héroes que nos dieron patria, con sus excepciones de rigor, a saber: Agustín de Iturbide y los matones del Santo Oficio que les dieron cuello a los primeros insurgentes, imputados de réprobos.
El suspenso de Chalalá
A la hora de que entregamos estas notas, parecía repararse el entuerto del que fue objeto la nocturna emisión de Chalalá, que tuvo como invitado para el 1 de septiembre, noche de informe presidencial, a Andrés Manuel López Obrador. Aquella fecha no se pudo a causa de “problemas técnicos”. Je je je. Nada qué ver, pues, con eso de la censura que los malpensados atribuyen a la dirección general de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) de la Secretaría de Gobernación.
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