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La falta de principios acabó al imperio
RAMI SCHWARTZ
Pocos imperios han caído tan estrepitosamente como el Americano. En tan solo 40 años, el imperio más poderoso que haya conocido la humanidad pasó de ser el mayor acreedor del mundo, a l mayor deudor, de controlar el 75% del comercio mundial a menos del 10%, de ser el país con la población más educada a media ta bla, superado ampliamente por países como Korea o Escandinavia.
Es el país desarrollado que menos ahorra, en el que más se concentra el ingreso y donde se da la mayor especulación en bienes raíces y bolsas. Su población ya no tiene el mejor nivel de vida del planeta, más bien es el país desarrollado cuya población tiene un menor nivel de vida, no tiene cobertura universal de sa lud, su industria ya no es la más poderosa del mundo, su economía va a dejar de ser la más grande en menos de un lustro y lleva 10 años metido en una guerra en Afghanistan que no puede ganar, siete en una en Irak y su patio trasero México y el resto de su zona de influencia en América Latina es la región que mayores problemas económicos tiene. Y lo peor, ha perdido el liderazgo moral ante el mundo y la clase política no tiene ya la credibilidad ni de sus propios gobernados. Nunca dos de sus tres últimos presidentes habían tenido tan baja su popularidad como Bush y Obama y hoy sabemos que Clinton compró la suya endeudando a muchas generaciones futuras, creando algunas de las mayores burbujas especulativas de su historia. Pero todo ello no debe sorprender a nadie, es una consecuencia lógica que una nación que abandonó sus principios éticos, sus valores morales, sus buenas costumbres cambiándolas por lo contrario, falta de principios y disciplina, valores puramente materiales y malas costumbres. Hay un dicho muy famoso que dice que una mujer no puede estar medio embarazada, o se está embarazada o no se está. Lo mismo sucede con los principios, o se vive bajo principios o no se vive bajo principios, no se puede medio vivir bajo principios. Y los Estados Unidos hace ya 40 años que los abandonaron por completo. Abandonó los principios económicos que lo hicieron la mayor potencia comercial, industrial y mercantil de la historia, abandonó los principios políticos que le dieron el mayor poderío bélico que la humanidad haya visto jamás y tiró por la basura los principios morales que le dieron la sociedad más culta, pujante y avanzada. Poco a poco, paso a paso, los Estados Unidos y los norteamericanos (y luego el resto de los países de su esfera de poder) fueron abandonando sus principios y hoy y en el futuro próximo, van a pagar las consecuencias cuan do una nueva potencia, surgida de Oriente, suplante a los decadentes Estados Unidos de Norteamérica e imponga las nuevas reglas del juego. Fue hace exactamente 40 años, el 15 de Agosto de 1971, cuando en una decisión que cambiaría el curso de la economía mundial, Richard Nixon decidió romper al acuerdo de Breton Woods que daba certidumbre económica hasta entonces, que imponía una camisa de fuerza a los gobiernos obligándolos a la disciplina fiscal y monetaria y se retiró del patrón oro. En lugar de hacer los ajustes económicos que su país necesitaba para pagar por la costosa aventura en Vietnam, Nixon decidió dejar de garantizar la convertibilidad del dólar por oro a una tasa de 35 dólares por cada onza de oro y por decreto, convirtió al dólar en la moneda de reserva mundial, en la moneda de referencia. Esto en teoría obligaba a los Estados Unidos a una mayor disciplina, pues una mala política monetaria de los Estados Unidos tendría repercusiones en el mundo entero. Pero los Estados Unidos hicieron lo contrario, utilizaron su condición de monopolio de la impresión de la moneda de reserva mundial para imprimir trillones y trillones de billetes verdes, para crear eurodólares e impedir que muchos de ellos regresasen a los Estados Unidos a provocar inflación, emitieron trillones de dólares de bonos del tesoro y así, en tan solo 40 años, los Estados Unidos pasaron de ser del mayor acreedor al mayor deudor del mundo, su dólar pasó de 3.5 francos suizos a .75, de 500 yenes japoneses a 75 y de 35 a 1750 dólares por una onza de oro, es decir, el dólar ha perdido en 40 años el 80% de su valor.
Además de abandonar sus principios de austeridad republicana, disciplina económica, fiscal y monetaria y rendición de cuentas, los Estados Unidos violaron sus principios políticos y de ser un país respetado y emulado, pasó a ser uno de los países más desprestigiados y odiados del planeta que ya no comanda el respeto de la comunidad internacional y que crecientemente tiene que imponer su voluntad a base de fuerza y no de consensos. Fue hace 40 años también cuando Henry Kissinger primero y Richard Nixon después decidieron violar los principios de democracia, libertad y competencia que hicieron a los Estados Unidos una gran nación y decidieron ir a abrir los negocios con China, un país dictatorial, donde no existe la libertad, los derechos humanos, laborales, de respeto al medio ambiente. Ante digamos la disyuntiva de producir fertilizantes y contaminar a no producirlos y respetar el medio ambiente, los Estados Unidos decidieron trasladar sus plantas a donde no importa contaminar, a China. Y así, algunos por ahorrar en mano de obra, otros por contaminar a gusto, otros por abaratar sus costos, millones de fábricas cerraron en los Estados Unidos y abrieron en China, el país forajido, el país antidemocrático, el país donde no hay libertades cívicas. En 1989 el ejército Chino masacró a miles de estudiantes en la plaza de Tiennamen, desde ese año, Estad os Unidos ha permitido un défict comercial acmulado de 2.48 trillones de dólares con China; cuando los principios mandaban romper con China y su economía controlada, su dictadura cruel y su violación a los derechos humanos fue cuando los Estados Unidos decidieron hacer simbiosis con China. Hoy china es la mayor potencia industrial, la mator exportadora, la nación más superavitaria del planeta y países violadores de principios y valores como Estados Unidos y México han generado millones de empleos… para los chinos. Por último, comenzaron a abandonar también los valores y principios espirituales y cívicos que le dieron forma a su nación y los suplantaron por un materialismo exacerbado, por el culto al dinero, al físico, al éxito a cualquier precio y costo. El banderazo de salida lo dio el mismo presidente Nixon al tener que renunciar acusado de espionaje, de utilizar las instituciones de seguridad nacional para espiar a sus adversarios políticos. Pero además, Estados Unidos se convirtió en el mayor consumidor de estupefacientes del mundo, su sistema financiero en el protagonista de las mayores operaciones de lavado de dinero, sus instituciones de inteligencia involucradas derrocamientos, guerras de baja intensidad, apoyos a guerrillas y grupos terroristas y demás. Muy lejos quedaron los valores de austeridad, honestidad, ahorro y trabajo duro inculcados por los padres fundadores. El culto al consumo y al consumismo los suplantó dejando a un lado los valores espirituales y religiosos que habían sido el pilar del país. Es así como durante la presidencia de Richard Nixon fue cuando se sembraron las semillas de los problemas que nos aquejan. La deuda externa de los Estados Unidos y la mayor burbuja especulativa de la historia llamada dólar. El surgimiento del imperio amarillo que va a imponer las nuevas reglas del juego y convertirse en la nueva potencia mundial. Y finalmente, la decadencia moral de una sociedad y su gobierno enfrascados en guerras y conflictos interminables con el mundo árabe, con muchos países de América Latina, oriente lejano y Africa. Conflictos que le consumen cada vez más tiempo y recursos, que solo alimentan el círculo vicioso en el que está metido. Por ello decimos que pocos imperios han caído tan estrepitosamente como el Americano. Barak Obama se eligió con la promesa de volver a los principios que hicieron a los Estados Unidos grandes. Y ¿Qué hizo?, rescatar a bancos y banqueros de Wall Street, a dos automotrices poco competitivas. Dijo que no contrataría cabilderos y su gobierno está lleno de ellos, tuvo a British Petroleum y Haliburton a su merced por haber provocado el mayor desastre natural en la historia del país y los dejó ir libres. Por ello decimos, no se puede estar medio embarazado como tampoco se puede vivir siguiendo algunos valores. O se es integro y se respetan los valores o no y quién no rige su comportamiento por valores, tarde o temprano termina pagando los costos, como le está sucediendo a los Estados Unidos y muchos otros que se comprotan como él, a cuarenta años de haber decidido abandonar por completo los principios que lo hicieron un gran país. Ahora, como se verá a lo largo de este documento, China lo va rebasando en todo y es cuestión de tiempo para que se convierta en la nueva potencia mundia y ent onces, un sisma geopolítico podría suceder en el mundo pues por vez primera en casi 500 años no sería una potencia angla la que reine el planeta sino una radicalmente distinta.
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