JUEGOS DE PODER RODOLFO SÁNCHEZ MENA
Penetra narco
Consejo de Seguridad Nacional
LA GUERRA SECRETA DE CALDERÓN, en un nuevo capítulo inédito, revela como el narco penetró al Consejo Nacional de Seguridad, en todas sus instancias, con el pago de sobornos que van de los 50 a los 500 mil dólares, para mantener a salvo a los capos, a sus empresas de acopio, producción, abasto, lavado de dinero y participación en la distribución de drogas en grandes mercados de consumidores.
El etéreo Chapo.
LAS INSTANCIAS PENETRADAS por la élite del crimen organizado, representado por el extinto cártel de los Beltrán Leyva y dominado ahora por el Chapo Guzmán, son la PGR-Siedo; la secretaria de Gobernación en el Cisen; Sedena y Marina; Seguridad Pública-PFP. Además penetró en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al gobierno del Distrito Federal, en su área de Seguridad Pública. Vamos, hasta en áreas contra el terrorismo y de control de armas, tanto de la PFP como de la PGR.
La situación compleja de acontecimientos políticos de Michoacán, mantiene los reflectores y las cámaras atentas a lo que allá sucede, pero mantiene oculta la mayor red del Chapo Guzmán, construida desde el más alto nivel por Juan José El Azul Esparragoza Moreno, con el fin de operar la maquinaria de la guerra secreta de Calderón.
La penetración del narco en el Consejo de Seguridad Nacional, al formar parte de la guerra secreta de Calderón, constituye la parte operativa de los acuerdos secretos que Calderón y miembros de su gabinete convinieron con los gobiernos de los Estados Unidos-Canadá- Colombia, y que no han sido enviados al pleno de la Cámara de Senadores, para ser ratificados y, carecen de sustento constitucional.
La firma de acuerdos secretos de la guerra oculta de Calderón, en contra de la Constitución de nuestras leyes y sin la aprobación del Senado de la República, ha conducido a la creación de una comisión en el Senado de la República, conducida por los senadores Manuel Camacho y Bartlett. Se investigan ya los acuerdos interinstitucionales de los gobiernos panistas, Fox-Calderón y de la cancillería, que han permitido el ingreso de militares y agentes de inteligencia, en número no determinado, para operar 55 bases secretas, drones, aviones no tripulados de espionaje y se entrena a fuerzas contrainsurgentes.
La secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa decidió dar archivazo y declarar de seguridad nacional la investigación de los acontecimientos de Tres Marías, constituyéndose en un paquete de la guerra secreta de Calderón.
Recordamos que elementos vestidos de civiles de la PFP, atacaron un vehículo de la embajada norteamericana con placas diplomáticas, donde viajaban un marino mexicano, un soplón y dos presuntos agentes de la CIA, procedentes de Afganistán, que filmaron un video con la cámara montada en el casco; además los acontecimientos, fueron filmados satelitalmente.
La computadora que portaban los agentes de la CIA fue sustraída por los chicos de Genaro García Luna; ésta aún no aparece. Esperan su devolución y el informe, ahora archivado por 12 años. El encapsulamiento por doce años de la investigación, se encuentra vinculada a la operación que relatamos, incluye a los militares y agentes infiltrados en México, cuyo número y actividad es parte de los acuerdos de la guerra secreta de Calderón.
Mucho ruido y pocas nueces
La guerra secreta de Calderón, en su fase de operación desde el Consejo de Seguridad Nacional, es material de investigación por la comisión especial del Senado. Tiene como punto de partida la “operación limpieza” de la Siedo, 2008.
El desmantelamiento de la anterior estructura que operaba el narcotráfico desde la Embajada-Siedo, se narra estupendamente en un documento traducido en forma de libro, Los infiltrados con el subtítulo “El narco de los gobiernos” (panistas, agregaría), de David Aponte, editorial Grijalbo.
La red operativa, según las información proporcionada por algunos diarios, estaba encabezada por Gerardo Ortega Maya, yerno del almirante Guillermo Ruano, señalado por sus relaciones con los altos mandos militares que otorgan protección y con domicilio en la colonia El Huizachal, identificado por Reforma como un sitio donde viven militares, generales y ex secretarios de la Defensa.
Una testigo protegida de la PGR narra en averiguación, cómo Ortega Maya está identificado con el Cártel del Pacífico y personalmente con El Azul, al que llama papa, en señal de respeto; lo aloja en su casa cuando viene al DF. Con Información oportuna proporcionada por Ortega Maya, El Azul ha escapado de su detención gracias al apoyo de militares.
El Azul, decano y principal publirrelacionista del crimen organizado, es reconocido por el FBI por su “capacidad para formar estructuras muy bien organizadas en las que participan funcionarios, policías y militares, e inclusive importantes mandos del Ejército mexicano”.
Ortega Maya se encuentra recluido en el penal de Matamoros, Tamaulipas, desde el 3 de mayo, junto con otro de los involucrados que merece una mención especial, Juan Carlos de la Barrera Vite, ex secretario de Estudio y Cuenta de la Suprema Corte de Justicia, y que era el brazo derecho del ministro , Sergio Vals, que no ha dejado de aspirar a ser el Ministro de la SCJ.
Pero además el señor Barrera Vite, convertido en una pieza de alto valor operado desde las alturas, pudo ingresar a la Siedo y ser jefe de la Unidad de Investigación Especializada en Terrorismo, Acopio y Tráfico de Armas, al renunciar al puesto con Sergio Vals.
En la prisión federal de Matamoros se encuentra Víctor Omar Martínez Ferrara, quien trabajó por honorarios para Protección Civil del Distrito Federal. Compañero en el mismo penal, destaca por su movilidad y ascensos continuos otra pieza del tablero del juego del narcotráfico desde las alturas del poder, Manuel Arroyo Hernández, uno de los siete ex funcionarios involucrados en la red de corrupción.
Fue comandante de la Policía Judicial capitalina, abril de 1989 a agosto de 1997, y director de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, junio de 2002 noviembre de 2004.
En el gobierno federal, participó, casualmente, como director de área en la Unidad de Combate al Secuestro y Terrorismo de la Policía Federal, octubre de 2006 a abril de 2008, o sea, la misma posición ocupada por Barrera Vite pero en la PGR. Nuevamente, retornó al gobierno capitalino a la Contraloría General, marzo de 2010 a febrero de 2011. Las pruebas de confianza que tanto presume Calderón seguramente incluyen esta asombrosa movilidad, sin que nadie repare en el peligro que representan a menos que se trate de hilos que muevan las piezas.
El 16 de octubre de 2011, Arroyo Hernández aparece como subdirector de área en la PGR, adscrito directamente a la oficina de la procuradora Marisela Morales, realizando labores de supervisión. En la Secretaría de Gobernación, Cisen, sólo se ha identificado a uno de los dos agentes informantes, con el nombre de Esteban Amezcua.
La detención de siete elementos de la PGR es rutinaria, se investiga solo a elementos secundarios, sin tocar a las cabezas; en La Operación Limpieza, los titulares de la Siedo los encarcelaron mientras que a los titulares de las dependencias involucradas salieron limpios, pero con las cuentas repletas de dólares.
El procedimiento de barrer a cañonazos las líneas de resistencia, es una aportación del general Álvaro Obregón a la estrategia a la guerra moderna. En la guerra por el control del opio en Afganistán, la estrategia obregonista del poder verde, se ha impuesto para el control de los líderes tribales talibanes; desde helicópteros bombardean las posiciones de los talibanes con dólares. La guerra secreta de Calderón, esta repleta de dólares.
More articles by this author
|