Reconstruir a México
RODOLFO SÁNCHEZ
MENA
“Desde el 1 de diciembre me comprometí a impulsar con decisión los cambios de fondo que necesita el país. Expresé que
no sólo veníamos a administrar, sino a transformar a México”. Enrique Peña Nieto, I Informe de Gobierno
TRAS EL PASO DE DOS HURACANES Ingrid y Manuel, el
presidente Enrique Peña Nieto, anuncia la reconstrucción del país. Se trata de
una tarea “… no sólo para con el estado de Guerrero, sino para con todo el país,
para con todas las entidades que se han visto afectadas por este evento
extraordinario…
RECONSTRUIR A MÉXICO significa ir al fondo del problema,
local, regional y globalmente. Es la oportunidad de abrir una puerta a la Cuenca del Pacífico, donde
emergen las potencias que dominarán en el siglo XXI, India, China, Indonesia,
Vietnam…
La estrategia de conversión de colonias en potencias, ha
consistido en enfrentar debilidad para lograr fortaleza. India, padeció el
problema educativo; hoy, es una potencia educativa, posee los más elevados
parámetros, que la convierten en la segunda potencia global, tras China.
China se dio a la tarea de desarrollar hace 30 años un
sistema de ciudades industriales en la Cuenca del Pacífico; así creó una plataforma
económica moderna-exportadora; con el motor de las modernas ciudades, impulsó
la transformación interna, amplió sustancialmente las clases medias y a
los campesinos los transfirió a las actividades maquileras. Esta decisión,
convirtió a China en la primera economía mundial en tránsito; desplaza a gran
velocidad a Estados Unidos de su primacía.
Un huracan visto desde la estación espacial.
El proyecto de reforma energética del presidente Peña Nieto
se sustenta en el pensamiento y obra del general y presidente Lázaro Cárdenas del Río. Otra política
exitosa del general Cárdenas fue el manejo de cuencas hidrológicas, que
estableció durante su mandato, a manera de la establecida por el presidente Roosevelt
para enfrentar la recesión y reordenar la economía.
La reconstrucción de México requiere de invertir parte de
la renta petrolera en grandes obras de infraestructura en las cuencas
hidrológicas, para generar riqueza en lugar del ciclo de destrucción y miseria
que ocasionan año con año los huracanes y desbordamientos de ríos.
Se trata de transformar las condiciones de atraso en
progreso y de pobreza extrema en bienestar colectivo. Con un programa
escalonado de obras definido prioritariamente conforme impacto y beneficios de
población.
Reconstruir a México es transformar estructuralmente la
economía del Pacífico Sur mexicano. Se cuenta con proyectos de infraestructura
de alto impacto para Oaxaca-Guerrero-Michoacán; están planificados y
conceptualizados para impedir los desastres naturales; transformarlo en
aprovechamiento energético, producción industrial, turística,
agropecuario, piscícola.
Permite una reubicación urbanística-poblacional, además
de reordenar las actividades económicas. Y no sólo realizar reubicaciones
en sitios donde no tiene la población posibilidades de
sobrevivencia. Con la virtud de tener una fuente de abastecimiento
de agua para la Ciudad
de México por 100 años, que eleve su viabilidad y de sustento al proceso de
desarrollo de las áreas estratégicas como la Cuenca del Pacífico.
La naturaleza es imprevisible
Dicha infraestructura romperá los obstáculos y los
cuellos de botella para ampliar la oferta al turismo internacional; se
elevará producción y ampliará sustancialmente la ocupación productiva,
la creación de empleos tecnológicamente avanzados, a la par que se incorporan
nuevas de riego para revolucionar la producción agropecuaria-frutícola y
pesquera.
Estamos hablando de romper el modelo de los
dos Acapulcos: El de los muy ricos y el de los muy miserables. Como el de los
dos Cancún. Es un modelo especulativo
rentista agotado, que requiere de mano de obra barata para atender al turista a
bajo precio pero con elevadas ganancias.
El viejo Acapulco, muere en espera de una burbuja
especulativa y el nuevo Acapulco de Punta Diamante se inunda, falla el
aeropuerto y la súper. El nuevo proyecto plantea, un nuevo paradigma de
desarrollo para los próximos 50 años.
La reconstrucción de México, requiere una convocatoria
del gobierno de la República
para ampliar y enriquecer el Plan de Desarrollo, con propuestas de proyectos y
planes de desarrollo de expertos de universidades y colegios de profesionistas
e instituciones del Estado. De los particulares y sus organizaciones, así como
de inversionistas que cuenten con proyectos para dar sustento al proyecto de
desarrollo del Pacífico Sur y Pacífico Norte, así como de las entidades del
Golfo de México.
Según el reporte de la secretaria de Gobernación, son 24
entidades las afectadas, con 371 municipios dañados y 101 muertos. La mayoría
de los decesos y desaparecidos es del estado de Guerrero, por un alud en la
comunidad de La
Pintada. Cuando termine de cuantificarse las víctimas, las
cifras de los que sucumbieron se duplicarán, en tanto que los daños
materiales, alcanzaran cifras cercanas a los 500 mil millones de pesos.
Sintéticamente, este cuadro se expresa por el colapso del
sistema de protección civil a nivel federal, estatal y municipal. Un fenómeno
climatológico, cuantificable y previsible en su impacto, se convirtió en
“guerra” climatológica que afectó a miles de turistas y a millones de
mexicanos, al carecer la población de información de calidad para tomar
decisiones y proteger su seguridad.
El análisis del problema y su solución, requieren ir más
allá de simples calificativos y explicaciones reduccionistas, -fenómeno
“histórico”, llovió más de la cuenta-, pues nos oculta realidades que se tienen
que atacar a fondo, para impedir que en la próxima temporada de lluvias sea
motivo de reuniones emergentes de gabinete, y enfrentar una vez más un desastre
nacional.
El número de entidades afectadas habla del riesgo que la
lentitud de la recuperación económica, se convierta en recesión técnicamente
hablando. Si sólo se realizan actividades de maquillaje, puro trabajo de medios y no se aprovecha la oportunidad para poner
la economía desde la parcela afectada, con dotación de aperos de labranza,
picos, palas, efectivo para recomponer la huerta, el maizal, las viviendas,
habrá mayores riesgos de ingobernabilidad.
Hasta ahora, la política de disuasión, negociación y
dispersión del magisterio del CNTE ha logrado bajar la efervescencia político
social a un nivel manejable. Pero al regreso de los maestros a sus comunidades
encontraran un terreno propicio para rencauzar el liderazgo perdido con las
demandas de alimentos, vivienda, salud e infraestructura caminera de la
población.
La naturaleza agredida
En primer lugar debemos reconocer que a estos mexicanos
les “llueve sobre mojado”. Dos desastres nacionales han afectado la vida de los
mexicanos de manera continua:
1) El desastre político social de doce años de gobiernos
panistas que culminaron con la guerra contra el narcotráfico de Calderón, 70
mil muertos; 50 mil desaparecidos y 50 mil desplazados de guerra, agravado por
la intervención militar y de inteligencia norteamericana, que insiste en
permanecer y actuar con un fracasado y desacreditado Plan Mérida.
2) Dos huracanes que destrozaron cientos de
municipios del Golfo de México y del Pacífico Sur y Norte, anteriormente
afectados por el panismo y la guerra contra el narcotráfico.
Se trata de mexicanos que requieren resarcir su vida,
hacerla amable, al ser afectados doblemente por dos guerras, la guerra contra
el narcotráfico de terror y pánico; y la “guerra” climatológica, al adquirir
esta connotación por no haber ninguna autoridad a nivel federal y estatal que
informara de la gravedad del fenómeno meteorológico que se avecinaba y el
peligro de muerte que acechaba a miles de familias que salieron de puente
vacacional y a los habitantes de los sitios de alto riesgo.
Elevar el turismo.
Un primer resultado del vacío de información y de
autoridad federal, estatal, municipal es el retorno de los policías y guardias
comunitarios armados. Ellos en los municipios y comunidades más apartadas, se
hicieran cargo de la seguridad y de la integridad de las poblaciones,
tanto en comunidades guerrerenses como de Michoacán, ante el repliegue del
Ejército y la Marina,
convocados a otras tareas de emergencia.
El retorno de
las organizaciones armadas a las comunidades después de ser desplazadas o
convocadas a desaparecer, es una muestra de la capacidad de auto organización
frente al vacío dejado por la autoridad. En situación similar se ubica los
grupos del crimen organizado que tienen mayor capacidad de reponer la producción
perdida y por esta vía atraer y ganar base social.
En términos de “guerra” climatológica los huracanes nos
mostraron:
1) Fragilidad de la Infraestructura de
Telecomunicaciones. a) El sistema de telefonía móvil de las principales
compañías, se abatió por días. b) La red de Internet dejó de operar. d) La red
de banca dejó a los usuarios sin recursos, situación particularmente grave para
los habitantes que se quedaron sin recursos para sobrevivir. Los prestadores de
servicio, telefonía y banca, no invierten sus gigantescas utilidades en mejorar
infraestructura, muy vulnerable.
2) En Guerrero.- La red de autopistas del sol y
Zihuatanejo se desplomó. El aeropuerto dejó de funcionar.
3) En Michoacán. Situación similar en todos los
municipios colindantes con Guerrero.
En síntesis, es un escenario de ciberguerra, donde la población queda indefensa, aislada y sin
alimentos. Las fuerzas de seguridad, militares y policías, llegan desfasados.
El modelo regional de seguridad establecido por el
gobierno federal, es en estos términos inoperantes. No le sirve a la población
en casos de desastres. Es urgente reconceptualizarlo.
Se trata pues de un colapso del sistema de protección
civil y de seguridad nacional, entendida como un mecanismo de supuesta coordinación
pero que falla desde la cúspide y no aterriza con la población que queda inerme
sin información de situaciones de alta gravedad.
Reconstruir el país.
El rescate de los turistas varados en Acapulco, si bien
merece un reconocimiento también es justo ubicar complicaciones. Las
exageraciones del número de transportados. El colapso de la salida de Acapulco
de turistas con la llegada masiva de autobuses, coordinado por el secretario de
Comunicaciones evidenció su desconocimiento de un plan de evacuación. En otras
circunstancias mayormente críticas, la situación habría terminado en siniestro.
A ello debemos de sumar:
4) Las pérdidas de la producción
agroalimentaria, agropecuaria, frutícola, cafeticultura y pesquera, a nivel de
autoconsumo y de carácter comercial a pequeña y mediana escala.
5) Las pérdidas de plantíos de
mariguana y amapola que complementan el ingreso de los peones y sus familias.
6) Los daños ocasionados o la pérdida
de instrumentos de trabajo, maquinaria y parcelas de trabajo, lanchas, motores,
etcétera.
7) Población vulnerable, ancianos sin
hijos, hijos sin padres.
8) Desabasto en la Ciudad de México, por daños
en la infraestructura carretera que dejó varado al transporte del sur mexicano.
Afectados los productores frutícolas.
Los habitantes que viven en municipios marginales, en
comunidades y pequeñas poblaciones rurales y urbanas de los estados de Oaxaca,
Guerrero y Michoacán, con población predominante indígena o mestiza, han
padecido de manera simultánea los efectos destructores de la guerra contra las
drogas y los embates de la naturaleza. Cientos de ellos permanecen en las
cárceles, llevados en leva, son chivos expiatorios del negocio trasnacional de
las drogas.
La creación de infraestructura por el Estado mexicano
para el manejo del agua dio prioridad a la construcción de presas en el norte
del país, con el argumento que “no había agua”. En el sur se privilegió la
construcción de presas para generar energía eléctrica. Esta política, en detrimento del poblado sur campesino, para
beneficiar a los agricultores norteños, auspició al sector agroexportador,
mientras que los productores campesinos del centro sur abastecían al mercado
interno de alimentos de los trabajadores y clases medias, así como de agro
insumos para el sector industrial.
Es hora pues de renovar la creación de infraestructura
por el Estado. Renovar la política cardenista energética y de manejo de cuencas
hidrológicas, dará nuevos alientos a los productores mexicanos que verán en el
trabajo con resultados una salida a su energía creadora en vez de frustración,
enojo y rabia contenida. Se trata de
canalizar los recursos provenientes de la riqueza petrolera, para generar
riqueza y beneficios de amplia cobertura para los mexicanos. No se trata
solo de extraer riqueza del subsuelo propiedad de la Nación, sino
fundamentalmente invertir en la reconstrucción y futuro de México. E Mail
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