Todo el mundo sabe que disparar un arma a bordo de un avión a gran altura puede ser catastrófico por la despresurización que puede provocar. Pese a ser una locura, los aviones vienen preparados para esta contingencia y se podía intentar un aterrizaje de emergencia.
 En cambio, lo que sí parece una estupidez sin remedio es disparar un arma dentro de una nave espacial. El comentario viene al caso porque, los cosmonautas soviéticos solían llevar regularmente armas al espacio. ¿Pretendían defenderse del ataque de un astronauta rival, como insisten los conspiranoicos?
No, la explicación del porqué incluían armas de fuego y municiones en sus naves tiene ba tante más sentido tratándose de una cuestión de supervivencia.
En tiempo reciente se confirmó lo que en Occidente ya se sospechaba, el rumor de que los cosmonautas soviéticos viajaban armados al espacio era cierto. Y no solo eso, bien extinta ya la era de la Unión Soviética, el equipo de supervivencia que incluía el arma siguió formando parte del equipamiento de los astronautas hasta el año 2007 y se sospecha que los módulos de escape de la estación internacional (que son rusos) aún las llevan, bajo la silla del comandante.
Un arma única como soporte de vida
 Sin embargo, estas armas no estaban pensadas para un enfrentamiento estilo “guerra de las galaxias” con los astronautas “rivales” de la NASA, sino como una herramienta para ayudar a la tripulación a sobrevivir en caso de que por error, el lugar de aterrizaje de los módulos rusos se desviara de su trayectoria prevista llevando a los cosmonautas a algún sitio agreste.
La pistola que se incluía en el equipo de supervivencia de la URSS se llama TP-82, y es un arma de tres cañones (TP-82 es una abreviatura del ruso “pistola de tres cañones”), y realmente es más similar a una escopeta que a una pistola; los cañones de anima lisa en la parte superior, disparan munición de escopeta calibre 12,5 mm, el cañón rayado colocado abajo, dispara munición calibre 5,45 mm. La finalidad de la herramienta era la de poder defenderse de los osos y de los lobos siberianos, si fuera el caso; pero al mismo tiempo contaba con un fuerte filo con mango de plástico, que podía usarse a modo de machete en áreas de jungla, así como un hacha con el que cortar madera para preparar fuegos, el ingenioso aditamento servía también como culata a la TP-82.
Una oportunidad
Así pues, el equipo de supervivencia TP-82 estaba ideado para dar una oportunidad a la tripulación en caso de verse obligados a luchar por sus vidas si aterrizasen en algún lugar desolado de las inmensas tierras salvajes que conforman el territorio norte ruso, especialmente Siberia.
Tras un fallo mecánico en su cápsula en marzo de 1965, el cosmonauta Alexey Leonov aterrizó en un bosque nevado al oeste de los Urales, a casi 1000 kilómetros del lugar previsto. A modo de protección, Leonov portaba una pistola automática 9 mm con la que podría defenderse de osos y lobos. No necesitó emplearla en aquella ocasión, pero esa experiencia le hizo asegurarse de que los militares soviéticos facilitasen un arma de supervivencia a todos los cosmonautas.
Se ha hablado, en el linde del mito, de la misión soviética Salyut 3 no tripulada, la cual fue lanzada al espacio en junio de 1974, y que incluía una potente arma de fuego a bordo. En aquella ocasión los soviéticos llegaron a realizar pruebas de tiro con el cañón ametralladora que portaba la nave. Los rumores dicen que el satélite usado como “diana” fue destruido con éxito, pero que el inevitable retroceso provocado por el arma de fuego desestabilizó enormemente la órbita de la nave a pesar de los cohetes auxiliares, por lo que no volvieron a realizarse pruebas similares en el espacio.
Por esta ocasión la ciencia ficción tuvo más razón que los militares; usar un arma de retroceso en condiciones de ingravidez es una tontería.
El estilo norteamericano (Yankee Survival)
 Como dato no tan al calce, los astronautas americanos también portaban equipos de supervivencia que en principio incluían el fusil Armalite, aunque la NASA sigue negándolo (al igual que el rumor de las cápsulas de cianuro para evitar una lenta agonía en caso de quedar varados en el espacio), en cuanto a los rusos, recuérdese que suelen aterrizar en áreas desiertas, incluida Siberia y los norteamericanos amarizaban, el fusil Armalite no servía para defenderse de tiburones y su única utilidad sería como arma de caza en el improbable caso de que los astronautas arribaran a una idílica isla desierta, para lo cual llevaban otras herramientas más útiles; machetes, anzuelos, pedernal, linternas, cuchillos de supervivencia, etc. Detalle chusco para el caso de encontrarse con nativos (?), el equipo norteamericano incluía condones… además de una biblia.
Luego de las primeras misiones de la NASA, los Armalite fueron retirados y su uso ya no fue motivo de entrenamiento en las prácticas de supervivencia.
De cualquier manera, astronautas y cosmonautas recibieron cursos intensivos de supervivencia en cualquier tipo de terreno. Los norteamericanos entrenaron para selva en Panamá, en los sitios de práctica para tropas de élite como los SEAL, los Green Beret y otras. El entrenamiento, muchas veces con nativos, no incluía manejo de armas, como no fueran las destinadas a la supervivencia aunque debe recordarse que aquellos primeros audaces voluntarios en ambos bandos sabían de armas, eran todos militares.
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