Si no por experiencia propia, la mayoría sabemos del algún familiar o conocido, que “se le fue la cara” o “se le torció la boca” después de hacer un coraje o tener alguna alteración emocional fuerte, y siempre que se acercan las épocas invernales, comienza a hacerse mayor la frecuencia de esta enfermedad, que aunque no es mortal, nadie quisiera padecer, se trata de La parálisis facial de Bell, o parálisis facial periférica.
Esto suena rarísimo.
¿Qué es?
La persona afectada, suele quejarse de dolor detrás de una oreja, el ruido le molesta y no siente sabor en la mitad de la lengua del mismo lado la que refiere como “quemada”.
Unas horas después o al otro día, se da cuenta de que no retiene líquidos con la boca y que su cara es asimétrica, ya sea por mirarse al espejo o porque alguien se lo señala, la boca desviada hacia el lado sano de la cara y el ojo del mismo lado está “chico”, mientras que el párpado del lado paralizado no cierra, con el ojo lloroso e irritado… Esto llega a causar pánico en la familia y una movilización total para acudir al médico.
Aquí pueden pasar varias cosas: Si conocen o tienen suerte, llegarán a manos de un médico rehabilitador el cual indicará el tratamiento correcto de inmediato, a base de medicamentos y terapia física. Con algo menos de suerte, llegarán con un médico general el cual los referirá al primero… O los mandará a perder tiempo con el neurólogo o el otorrinolaringólogo, que a su vez a fin de cuentas lo mandarán a rehabilitación, pero ya habrán perdido algunos días valiosos.
Con mala suerte, caerán en manos de charlatanes como acupunturistas, naturópatas, chocheros, curanderos, brujos, etc., los cuales además de estafarlos y asustarlos diciéndoles que se trata de una “embolia”, les pueden hacer procedimientos contraproducentes y por supuesto, les quitan más tiempo… ¿Por qué importa tanto el tiempo? Porque los primeros diez días después de presentarse una parálisis facial son críticos para su manejo apropiado, pasado ese tiempo sin la atención correcta, dependiendo de si es una parálisis facial fácil o una difícil, lo más probable es que queden secuelas permanentes, es decir: Cara chueca de por vida.
Si va a dar, dará
Los 12 pares o nervios craneales, salen directo del tallo cerebral y mesencéfalo para controlar las funciones del olfato, vista, oído, gusto, tacto y movimiento de cabeza, cara, lengua, faringe y parte del cuello. Estos nervios no sufren mayores daños a menos que haya un evento catastrófico, sin embargo, La parálisis facial, afección del séptimo par, es por tener una canal óseo muy largo, estrecho y tortuoso como salida (canal de Falopio –no trompa, esa es otra–), el cual se ve afectado por diferentes causas, que no pueden determinarse en una persona viva – eso implicaría abrir el cráneo y destruir el nervio facial para analizarlo –, pero se sabe por estudios en cadáveres, que las razones son varias, desde cambios bruscos de temperatura, pasando por virus, bacterias y aumento de la presión arterial, hasta daño mecánico directo.
Así que no es necesario ponerse un turbante y una máscara para evitar La parálisis facial, si va a dar, dará. Lo importante en este caso, como ya se dijo, es acudir lo más pronto posible con su médico rehabilitador.
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