Antes de explicar y describir la política económica de las privatizaciones en México, vale la pena recordar una aseveración que hizo Emilio Portes Gil, y que fue publicada en varios diarios nacionales: “en cada sexenio sale una ‘comalada’ de millonarios” (del sector público y privado).
Empero, el Presidente Álvaro Oregón Salido, solo necesitó cuatro años para volverse multimillonario. Y con esa experiencia convenció a Plutarco Elías Calles, para reformar la Constitución con la finalidad de ampliar a seis años el gobierno federal, ya que –afirmaba Obregón-, dos años sirven para eliminar a los enemigos, otros dos años para pagar deudas y los dos últimos años, sirven para enriquecerse.
Esta situación la observamos hasta este año 2016
En los sexenios de Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas de Gortari, se prepararon las condiciones necesarias para desincorporar las 1155 empresas paraestatales, además el Fondo Monetario Internacional ya imponía su política económica.
Es importante señalar que MMH y CSDG, fueron pésimos alumnos de Margaret Thatcher, misma que llevó a cabo las privatizaciones en la Gran Bretaña, en más de 30 grandes empresas del gobierno británico, que incluyen: radioquímicas, transbordadores, campos petroleros, tierras y edificios públicos, industria automotriz, aerolíneas, servicios de carreteras, agencias de servicios de la propiedad, el acero británico, astilleros, puertos, etc., entre lo más importante. Empero, hay que hacer hincapié que solo un norteamericano aparece en la lista de compradores y el resto eran ingleses, mientras que en México hubo remate de las empresas paraestatales a mexicanos y extranjeros, como a la fecha se hace con los pozos petroleros.
La política de privatizaciones se explica, cuando el Estado ya no quiere tener responsabilidad de prestar a la población ciertos bienes y servicios, así el gobierno pasa a ser un árbitro con la idea que las privatizaciones beneficiarán a la sociedad y el Estado tendrá derecho a un porcentaje en la prestación de bienes y servicios. Los gobiernos de MMH y CSDG, justificaron su política privatizadora, porque para 1982, México ya tenía una deuda externa de 64,606 millones de dólares, agregando una corrupción en todos los niveles de gobierno, y un déficit público que causaba efectos inflacionarios.
Apretarse los cinturones
Por esa situación económica y financiera, MMH promovió una política de estabilización que terminó en un rotundo fracaso. Su gobierno se distinguió por una política contraccionista, (reducción de la política fiscal, disminución de la oferta monetaria, encarecimiento de los créditos, así como la liberalización de precios de mercancías y servicios, aumento de las tasas de interés, aumento de tipo de cambio, disminución del salario real de los trabajadores). Así como liberalizar el comercio exterior. De esta manera, el Estado mexicano disminuyó su papel de rector de la economía y aceptó las políticas neoliberales. Así que los mexicanos tenían que apretarse los cinturones.
Y a pesar de que estos gobierno remataron: aerolíneas, Teléfonos de México, empresas acereras, ingenios de producción de azúcar, bancos comerciales, Altos Hornos de México, Guanos y Fertilizantes de México, CONASPO, Ferrocarriles Nacionales y PIPSA, entre las 1155 paraestatales; el peso mexicano de 8.65 ante el dólar con Miguel Alemán, pasó a 3,500 viejos pesos con CSDG. De poco sirvieron los 13 mil millones de dólares que recibieron por la subasta de los 18 bancos comerciales, así como los 22 mmdd que obtuvieron por las 942 empresas paraestatales. Respecto al Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL), solo sirvió para comprar conciencias y ganar las próximas elecciones de Ernesto Zedillo Ponce de León (EZPL), favorecido por el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta. Sin embargo, CSDG no satisfecho con las privatizaciones, aprueba el Tratado de Libre Comercio (TLCAN), que coadyuvó a desmantelar a la industria nacional y terminar con la producción agropecuaria.
Con lo que hemos apuntado de México, se comprueba la tesis de Daniel Estulin, cuando afirma que la oligarquía mundial pretende imponer sus políticas en los gobiernos soberanos. En esas reuniones del Club Bilderberg, se acuerda como saquear las riquezas nacionales y en el futuro, cómo apoderarse del espacio. Los dóciles gobiernos neoliberales de México, son un claro ejemplo, de saqueo nacional sin interesarles la soberanía nacional ni las riquezas no renovables. Además, han exprimido a los trabajadores como un limón y se ha legislado para que el patrón no tenga problemas con los trabajadores, por lo que se utiliza empresas subrogadas para que la contratación se haga a través del outsoursing.
Actualmente, la devaluación del peso mexicano ante el dólar, es un efecto inflacionario y debido al déficit público. Los intereses (400mmdp), que se pagan de la gran deuda pública y privada, no deben dejar dormir al Secretario de Hacienda, pero sin importarle tal situación financiera, le ha aumentado los recursos en más de dos mmdp al Jefe del Ejecutivo para sus viajes internacionales.
Estado desmantelado
Por lo consiguiente, el Poder Hegemónico Internacional ya desmanteló al Estado Mexicano, acabó con la industria nacional, y la producción agrícola. Y ahora, con las reformas a los Artículos 27 y 28 Constitucionales, van a saquear el petróleo y gas, que son recursos no renovables y propiedad del pueblo mexicano. Empero, eso no importó a Enrique Peña Nieto y los legisladores centaveros que aprobaron las “reformas estructurales”. Así se cierra el círculo de CSDG y EPN, bienvenida la riqueza para pocos y pobreza para millones de mexicanos con aumento del desempleo, pues hoy existen 18 millones de trabajadores en el sector informal.
Así que los chicos de Harvard y el grupo compacto, aun encabezado por CSDG que sigue obedeciendo a esa oligarquía mundial y es el poder tras la corona. Empero, los resultados son asombrosos y que van contra los intereses de la nación y los sectores productivos. Vale la pena señalar que México actualmente importa 11 millones de toneladas de maíz que con otros granos, nuestro país tiene que importar el 40% de productos agropecuarios. Así también, los ganaderos han tenido que sacrificar 250 mil vacas, porque LICONSA disminuye la compra hasta llegar a 265 millones de litros de leche, (la Jornada, 11 de mayo de 2016, pág. 11).
Por ello, las importaciones legalizadas en el TLCAN, ha llevado a la pobreza a millones de campesinos y obreros dela industria. Y la deuda pública crece al ritmo de la pobreza de millones de mexicanos. Estos gobiernos neoliberales, no aceptan que solo el trabajo es lo que produce riqueza y no el poder financiero y comercial. Tampoco aceptan que este capitalismo salvaje se ha agotado y es necesario hacer un cambio de modelo económico. Recordemos que CSDG ni con los TESOBONOS ni con los CETES, logró el desarrollo y crecimiento económico. Así que México pasa a ser un país sin soberanía alimentaria y ya es maquilador de empresas trasnacionales.
Por tanto, se debe aumentar los subsidios a la producción agrícola e industrial, aumentar impuesto sobre la renta a los trabajadores que reciban más de 10 salarios mínimos, reducir los salarios a los altos funcionarios, Legisladores y al Jefe del Ejecutivo Federal. Así como aumentar las tasas de impuestos a los productos de lujo y aquellos de importación. En igual forma, apoyar las zonas agrícolas, ganaderas y pesqueras en la producción y comercialización. Aumentar el presupuesto a la educación y áreas de investigación científica, fortalecer los sistemas de pensiones y jubilaciones. Y disminuir los gastos publicitarios de los funcionarios públicos entre algunas cuestiones que urge hacer, antes de que se constituya un movimiento nacional social con violencia.
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