LOS CLÁSICOS DEFINEN LA PARTIDOCRACIA, como el gobierno de los partidos con un dominio verdadero y propio de estos o una expansión de sus ambiciones de dominio. (S. Berger pág. 2750).
PRECISAMENTE cuando surgen los partidos de masas, es cuando se inicia el monopolio del poder y en México comienza con los elementos más ambiciosos y sin escrúpulos, que se aglutinan en el PNR, a las órdenes de Plutarco Elías Calles.
Así que no solamente en la Unión Soviética, Alemania, Francia e Italia, se organizaban los partidos de masas sino en México con el PNR, Partido Nacional Revolucionario que aglutinaba a obreros, campesinos, militares y clase media. Posteriormente con el PRM y PRI surge el Estado paternalista, benévolo, asistencialista, gobernando según su propia voluntad y no según las leyes, pero según el deseo de los gobernados que pasan a ser súbditos ante un presidencialismo omnímodo.
Competencia renovada
Mientras tanto en Francia Charles De Gaulle cambió las reglas del juego político, hizo reformas institucionales y creó una competencia renovada entre los partidos.
Realizó reformas de democratización de los procesos de selección de candidatos y del financiamiento de las campañas (Julliard, Politique Professionalle).
Sin embargo, en México desde 1929 se viene consolidando la cultura del Estado paternalista que substituye al Estado político. Desde entonces las élites políticas se sienten reyes y tratan a los ciudadanos como súbditos. Empero por esa ambición por el poder y por la crisis entre las élites surgen nuevos partidos nacionales como el PPS, PAN, PARM, PVEM, PRD, Movimiento Ciudadano y Movimiento de Regeneración Nacional entre otros. En esta partidocracia el IFE (Instituto Federal Electoral) ha jugado un papel de parcialidad, obediente al presidencialismo y experto en reorganizar las actas “extraviadas” o suprimir los “Folios repetidos”. Estos son pequeños errores humanos que cometía el IFE para ayudar al mejor postor y para que ningún partido fuera menospreciado, al fin y al cabo que todo quedaba en familia. Esto ocurrió de 1990 a 2014 y obvio que esa cultura la heredo el INE.
Sin embargo, estos partidos políticos pasan a ser rehenes del sistema político mexicano y que ellos mismos crearon, así pasan a ser como una moneda dentro del sistema financiero, es decir, en México los políticos ven hacia dentro del sistema político que les da vida y dinero. Y cuando ven hacia afuera es porque ya han sido rebasados por la sociedad, sencillamente porque las élites y los partidos políticos ya son grupos facciosos que distorsionan la voluntad del pueblo y dejan de ser genuinos intermediarios del pueblo ante el Estado paternalista en el caso de México. Y como ejemplo actual tenemos a la facción de los “chuchos” perredistas.
Por todos los medios
Debido a esa degeneración de los partidos políticos, esas facciones partidistas se obsesionan por penetrar en la sociedad y utilizan todos los medios honestos y deshonestos pues lo que importa es el fin y no los medios, como reza Maquiavelo en su obra “El Príncipe”.
Finalmente, todas esas facciones con el apoyo de los recursos públicos, producto de nuestros impuestos llegan a controlar grandes segmentos de la sociedad, respaldados por el gobierno en turno, resaltando el oportunismo, burocratismo, ignominia y traición a sus electores. Sin embargo, estos grupos facciosos surgidos de las distintas élites de poder son incapaces de transformar a nuestro país por tanto la partidocracia mexicana está en crisis y por ello guardan silencio ante los movimientos políticos y sociales desestabilizadores como son los casos del magisterio (CNTE), huelgas mineras, lucha contra desaparecidos o contra la impunidad y corrupción; porque ello implicaría su desaparición como empresa política que viven de los miles de millones de pesos que les da el INE de nuestros impuestos.
Por otro lado, la oligarquía mexicana se preocupa por que en cada elección la sociedad vota más por los partidos radicales a pesar de la despolitización que hace el gobierno con los medios electrónicos y el INE. A pesar de ello, los políticos mexicanos se vuelven más cínicos, vividores de la política, quitándole a la política su fin social y en lugar de corregirse, hacen alianza con el narcotráfico y se vuelven profundamente corruptos. Son los casos de los últimos gobernadores de Tamaulipas, Veracruz, Coahuila y la deshonestidad del gobernador de Chihuahua, que se han hecho archimillonarios robando a la nación y dejando el poder al narcotráfico.
Los mejor pagados
Vale la pena resaltar que las élites políticas mexicanas son las mejor pagadas entre los países más desarrollados como EAU, Inglaterra, Italia, Francia entre otros. Es obvio que los políticos mexicanos se aumentan salarios, bonos, viáticos y seguros. Solo queremos citar que desde hace años gastan como príncipes. Ejemplo: Cada diputado del partido del trabajo gasta 232 mil pesos por cada avión que utiliza, los diputados del verde ecologista 149 mil pesos, los diputados del nueva alianza 127 mil pesos, y los partidos mayores gastan el doble agregando gastos de celulares, asesores, choferes, gastos de restaurante y gastos mayores en el hospital Los Ángeles.
Quizá por ello muchos mexicanos quieren ser presidentes municipales tal como lo señala la película “La Ley de Herodes”. A estas alturas, la sociedad mexicana se pregunta ¿Cuál es el trabajo de los políticos y funcionarios? Si muchos de ellos no conocen la Constitución política de México. De ahí que los problemas nacionales los resuelvan con sentido político y no social.
Así mismo, la decadencia de la partidocracia en México ha promovido crímenes políticos, como es el caso de Ángel Conchello que denunció el EZPL cuando entregó la “Dona del Golfo” (Riqueza petrolera), así como ferrocarriles nacionales a la Ocean Pacif. En igual forma, los asesinatos de Luis Donaldo Colosio Murrieta por haber señalado públicamente que México tenía sed de justicia y otros conceptos políticos enunciados que van en contra de la oligarquía neoliberal y de Francisco Ruiz Massieu por pugnas elitistas. De tal manera que esta descomposición de las élites políticas, se encuentran en terapia intensiva y que solo se resolvería con una cirugía mayor sin anestesia. Sin embargo, Max Weber en su obra “El trabajo intelectual como profesión”, asevera que todos los partidos terminarán en facciones y vivirán de por vida de la política.
Por lo pronto la partidocracia mexicana ya cuenta con su infraestructura, tienen edificios, cientos de vehículos, maquinarias para imprimir y siguen con la práctica de acarreos, regalos de despensas, robo de urnas, compra de votos etcétera. Lo importante es legitimar las elecciones porque el abstencionismo sería su desaparición. Y las sanciones del INE causan risa pues los partidos están por encima de esa Institución.
Juego sucio
Así que en México la democracia formal no cumple con los nueve principios de la democracia. No hay una libre contienda, se utilizan recursos públicos, el narcotráfico impone candidatos, por encima de las autoridades, ejecutan a candidatos no gratos al narcotráfico, y a la oligarquía.
Además esta partidocracia necesita legitimar el sistema de partidos y por ello entre partidos se aceptan todo tipo de violaciones a la ley electoral. Tampoco aceptaran que haya dos vueltas electorales cuando no se alcance mayoría. De ahí que la partidocracia desemboca en la distribución de cargos públicos de acuerdo a la manipulación que hacen los líderes en cada elección.
Por tanto no es novedad que hace años el PPS el PARM y el PAN coadyuvaron para que José López Portillo fuera candidato único a la presidencia de la República. Hoy lo vemos con el PRD geométricamente de izquierda que se unifica con la derecha panista y si es necesario con el diablo.
Actualmente ya no son los partidos políticos los que luchan por el poder, sino son las facciones de cada partido, las que buscan consolidarse para seguir viviendo de la política, porque la ven como una gran empresa donde se invierte poco y se gana una gran fortuna, engañando al pueblo en épocas electorales. Recordemos que Vicente Fox Quezada dijo que en siete minutos iba a resolver el “problema indígena” y que el producto interno bruto llegaría al 7%. EZPL prometió el bienestar para la familia y terminó siendo empleado de las transnacionales, Felipe Calderón prometió empleo a millones de jóvenes y terminó haciendo una guerra donde murieron miles de mexicanos.
EPN prometió el 5% del producto interno bruto y hasta ahora apenas llega al 2%, endeudando al país y gastando miles de millones de pesos viajando por todo el mundo para vender nuestras riquezas nacionales no renovables.
Vale la pena recordarle a EPN que entre sus colaboradores tiene a una que recibía 50 mil pesos mensuales por brindarle la amistad a Carlos Ahumada Kurtz con una hija que también recibía dinero y regalos según Agustín Salgado, Gabriela Romero Sánchez; La Jornada, página tres del 15 de junio del 2007 y, que por cierto ahora Mariana Moguel busca el triunfo del PRI en el distrito Federal.
De lo anterior no hay que alarmarse pues en lo más alto de las élites se afirma que el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, se reunió con el candidato panista Felipe Calderón en… “La Suite del hotel Nikko” en Polanco y como testigos; Luis Videgaray, Jesús Murillo Karam y Camilo Mouriño, el día 2 de julio de 2006, el PRI del Estado de México, operaria para transferirle 200 mil votos priístas a “Calderón”.
“Votos que definió la presidencia de la república en 2006” Posteriormente “Calderón saboteó la campaña de la candidata del PAN Josefina Vázquez Mota y operaría para el triunfo priista (EPN)” ante López Obrador.
Así que la partidocracia mexicana se expresa con traiciones e infamia contra sus propios candidatos, con el fin de conservar el poder político. Huelga decir que es necesario crear un Consejo Nacional Ciudadano, que organice las elecciones en lugar del INE, pero la partidocracia no lo permitiría. Así que esperemos el surgimiento de un partido revolucionario que se encuentra en las entrañas de MORENA según nuestros cálculos políticos.
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