Edición 392 |
Thierry Meyssan es un periodista y analista internacional incómodo para el poder occidental: francés, europeo y estadounidense.
Atentado a la libertad de expresión, tras el acoso a la Red Voltaire
Por Salvador González Briceño
Su estatus de refugiado en Siria es un indicador de la persecución o el acoso que ha padecido en los últimos años, y presidentes galos como Nicolas Sarkozy, François Hollande o Emmanuel Macron tendrán, en su caso, mucho que aclararle al mundo “libre†y “democráticoâ€, en materia de (“libertad, igualdad y fraternidadâ€) la libertad de expresión.
CREADOR de la Red Voltaire en ParÃs (por cierto, en alusión a François-Marie Arouet, “Voltaireâ€, 1694/1778, filósofo e historiador, gigante de la Ilustración e impulsor de la “razón humanaâ€, ensayista con 50 tomos de obra escrita) en 1994, Meyssan es un pensador del mejor calibre en temas históricos, geopolÃticos, regionales y mundiales, con especial énfasis en Medio Oriente, Oriente Medio y Europa.
Por tanto, Thierry es un periodista, analista y crÃtico, que registra las ofensivas de los paÃses occidentales en la región —de Libia a Afganistán, pasando por Irak y Siria—; es decir, de las “revoluciones de colores†a las invasiones militares directas propinadas con miras siempre a la desestabilización/destrucción mediante la violencia orquestada principalmente por grupos terroristas a sueldo (antes puntualmente capacitados y armados principalmente por la CIA) como Al Qaeda, Isis, Daesh o yihadistas de origen musulmán.
Atrás de todo escenario desestabilizador, asoma siempre la bandera de las barras y las estrellas y sus “aliados†de la OTAN, los violentos invasores de terceros paÃses que imponen las reglas, dan el toque de queda, marcan el reloj a los “tiranos†—cuando pasan de ser gobiernos “afines†e “incondicionales†a polÃticos “inserviblesâ€â€”, vÃa revueltas o golpes de Estado. Guerras “hibridas†como ataques con drones para apoderarse de los recursos regionales —“botÃn†de ganadores—, y beneficiarse de la “reconstrucción†presentándose como “libertadores†o “salvadores†de los pueblos.
La exportación de la “democracia y la libertadâ€, la principal zanahoria de los corporativos mediáticos norteamericanos para enganchar a los pueblos, termina en manos de los “aliados†occidentales, como herramientas que mueven a ejércitos completos o grupos de mercenarios tipo “Blackwater†(hoy “Academiâ€: ¿sic?), bajo las órdenes de generales del Pentágono que movilizan desde los aparatosos portaaviones de la Guerra FrÃa hasta modernas armas de ataque.
Ni hablar que los pretextos para hacer la guerra —aparte de “hÃbrida†las hay “asimétricaâ€, “irregular†o, como durante la guerra contra Vietnam, de “baja intensidadâ€â€” han cambiado desde los tiempos de los autoatentados del 11 de septiembre de 2001 en las Torres Gemelas de Nueva York, a la fecha.
Por cierto, que fue Meyssan el primero en demostrar en su libro 11 de septiembre de 2001. La terrible impostura. Ningún avión se estrelló en el Pentágono, una investigación basada en “documentos de la Casa Blanca y el Departamento de Defensaâ€, publicada en 2002, quien desmintió el presunto “avionazo†en el edificio más vigilado y militarizado de los Estados Unidos de América.
Desde entonces, los presidentes del imperio estadounidense han aumentado el presupuesto año tras año para el Pentágono. Por ejemplo, mayor producción de armas, que se suma a la presencia militar allende las fronteras, con sus casi 600 bases militares en 43 paÃses y un presupuesto etiquetado solo para asesinar “terroristasâ€.
Nada raro que el propio Noam Chomsky, académico, intelectual e investigador estadounidense, haya declarado que el principal paÃs terrorista del mundo es el suyo: los Estados Unidos de América. PaÃs instigador permanente. Desde luego que sus “aliadosâ€, los paÃses europeos, no encuentran su espacio en la nueva configuración geopolÃtica —la propia Unión Europea, con un Euro menos fuerte cada vez—, producto de la debacle de la globalización y la ayuda promovida ahora por el propio presidente Donald Trump cuyas polÃticas apuntan a debilitar el llamado Estado profundo.
AsÃ, en un contexto internacional inestable y con grandes amenazas para los paÃses en cuestión, los otrora aliados de la posguerra no encuentran sosiego de cara a los nuevos escenarios geopolÃticos. Todo lo contrario.
De igual manera, ni los Estados Unidos ni los “aliados†han dejado el escaparate de los grandes medios de comunicación. Qué decir de las modernas tecnologÃas, particularmente el internet que vino a modificar de raÃz las formas de hacer polÃtica internacional, que además posicionaron a la sociedad frente al poder mismo de los paÃses antes intocables al dejar desnudos a los “reyezuelos†tras el escaparate de las redes sociales y el internet que socializa acciones truculentas a la velocidad de la luz.
El caso es que hoy se vuelve posible meter a los gobiernos al ojo del huracán, y bajo control social con unas cuantas revelaciones de información de por medio —información que por cierto es pública, asà tenga procedencia imperial—, a paÃses enteros.
OBEDECE AL EJERCICIOde la libertad de expresión y al interés de la sociedad, como resulta con el contenido de las filtraciones de WikiLeaks de Julian Assange, hoy encarcelado y con la amenaza de ser procesado con verdadera saña.
Porque si el medio es el mensaje, el primero abrió las puertas para revelar cualquier asunto relativo, asà ponga en jaque a paÃses enteros como sucedió por las actividades vinculadas al terrorismo de los estadounidenses, en Oriente Medio o cualquier parte del mundo.
Ningún paÃs que agrede a otros, u ordena asesinatos masivos además con pretextos falsos (hoy fake news), como la invasión a Irak y/o Afganistán, Libia o Siria, puede ni debe alegar “seguridad nacionalâ€, cuando en “coalición internacional†(Francia entre ellos) con sus acciones violentan el derecho internacional, la autonomÃa de los paÃses agredidos y mucho menos provocando genocidios premeditadamente. Los estadounidenses, solos y con las armas en la mano, no pueden ni deben agredir a cualquier otro paÃs para derrocar gobiernos calificados de “hostiles†para sus pueblos, como escudo y justificación para hacerse del control de los recursos naturales.
Luego entonces, bajo un contexto como el descrito, resulta claramente repudiable cualquier tipo de amenaza en contra del periodismo libre y sus promotores como Assange y otros: Edward Snowden, Chelsea Manning, Glenn Greenwald, y ahora, desde otra perspectiva claramente violatoria del ejercicio de la libertad de expresión, el acoso a Thierry Meyssan y su Red Voltaire.
Rechazable por la prensa libre, cualquier acción violatoria de los derechos humanos de los periodistas, como las amenazas, las persecuciones, los cierres de medios, los atentados terroristas, los crÃmenes como el reciente del periodista saudà Jamal Khashoggi, directamente en la embajada de su paÃs en la ciudad de Estambul, TurquÃa.
El rechazo innegable del apoyo al terrorismo musulmán, herramienta al servicio de Estados Unidos y socios como el propio gobierno de Macron que igualmente apoya y utiliza para sus propios intereses geopolÃticos regionales, en desdén claro del uso contrario; es decir, sus propios ciudadanos.
¿Quién, por ejemplo, en el atentado al medio satÃrico Charlie Hebdo, mandó asesinar a los doce periodistas en ParÃs en 2015, cuando Francia habÃa sido señalada (presuntamente) como objetivo de los yihadistas y los principales sospechosos fueron identificados por la policÃa por su nacionalidad francesa? Que responda Macon, presidente en turno si tuvo o no qué ver algo en esto.
Incluso los propios ciudadanos franceses, en la llamada “Marcha de la vergüenza†tras los crÃmenes contra Charlie Hebdo a donde acudieron más de tres millones y medio de ciudadanos (encabezada por personajes como Hollande, Rajoy, Renzi, Merkel; y Cameron, Netanyahu, etcétera), entre manifestantes de las distintas ciudades y ParÃs, en repudio unánime al terrorismo yihadista, al final —como sucederÃa dos años más tarde en Barcelona, tras los atentados de la Rambla y Cambrils—, para nadie quedó en claro quiénes eran los verdaderos culpables.
La denuncia pública de la Red
TRÃTESE DElos principales instigadores, los estadounidenses, ¿los franceses?, o cualquiera otro paÃs. El tema es que Thierry Meyssan ha denunciado públicamente las pretensiones de “asesinar a la Red Voltaireâ€. En su más reciente nota publicada en el portal, ww.voltairenet.org, se encuentra “Quién quiera asesinar la Red Voltaireâ€. (El 3 de agosto en: https://www.voltairenet.org/article207205.html).
Ahà refiere Meyssan: “Hace ocho años que la Red Voltaire no logra abrir una cuenta bancaria en ningún paÃs occidentalâ€, el ahorcamiento financiero. Siempre, después de recibir respuesta positiva de apertura, agrega, “la creación de nuestra cuenta bancaria ha sido rechazada por el Banco Central del paÃs… sin motivo algunoâ€. “Tal parece, comenta, que exista una lista negra secreta internacional, a la que se pliegan los Bancos Centralesâ€.
“Actualmente tenemos que reembolsar los gastos ocasionados por el hosting y el mantenimiento de nuestro sitio web durante los últimos años. Eso representa 48,000 euros.†Y los recursos están secuestrados.
En resumen, dice Meyssan:
- Seguimos teniendo que reembolsar 48 000 euros y no hemos recibido ni un centavo. ‎El dinero que ustedes, nuestros donantes, aportaron tan generosamente no nos fue entregado;
- El sitio web Le Pot Commun se ha negado a respetar su contrato, pero no por sospechas sobre la ‎existencia de algún delito sino por simple discriminación, debido a nuestras opiniones polÃticas;
- Le Pot Commun nos ha robado la suma la suma ya recolectada —más de 46 000 euros—. Al decidir ‎unilateralmente devolver el dinero a nuestros donantes, Le Pot Commun se protege de las ‎posibles acciones judiciales que estos podrÃan emprender acusándolo de robo. Pero Voltairenet si ‎puede acusarlo;
- Para devolver los fondos a nuestros donantes, el sitio web Le Pot Commun relacionó entre sà ‎una serie de datos que no tenÃa ningún derecho a vincular unos con otros. Le Pot Commun creó ‎asà una base de datos nominativa ilegal que incluye, además del nombre de la colecta, los ‎nombres de los donantes y sus datos bancarios.
“Por el momento —sugiere el afectado—, no sabemos quién ordenó la comisión de esos delitos.†Pero la afectación de este tipo de acciones en contra de la Red Voltaire apunta a un serio boicot del medio, mismo que tendrá que ser aclarado.
Desde su creación cuando era presidente François Miterrand en 1994 en el Parlamento Europeo —apunta el autor—, este medio reunió en su seno a varios partidos polÃticos de gobierno, sindicatos nacionales y diarios para defender la libertad de expresión en Francia, ya entonces por una enmienda legislativa. “A partir de 1999 y la incorporación de Francia a la guerra contra Serbia, nos dedicamos a la polÃtica exterior en aplicación de nuestro espÃritu crÃticoâ€.
Pero tras los atentados terroristas del 11/S y la publicación del libro citado, “poco a poco la Red Voltaire se convertÃa en una fuente de información y de análisis sobre los conflictos del momento. Hoy en dÃa, los artÃculos de Red Voltaire se traducen a varios idiomas y son reproducidos en los resúmenes de prensa de numerosos gobiernosâ€.
Perseguirla es hacerla desaparecer; es o se convierte en “una cuestión de polÃtica internacionalâ€. Y por lo tanto, en motivo de protesta mundial. No solo eso, afecta a numerosos medios que como Voces del Periodista también reproduce sus notas, y número tras número las recibe y las remunera con un pago, como cualquier otra agencia noticiosa de carácter internacional.
Por lo tanto, también Voces se une a la protesta, en la defensa por la libertad de expresión mundial y por el derecho de las sociedades globales a estar informadas. Además, denuncia que el acoso para los periodistas es inadmisible provenga de donde provenga. Repudiable serÃa que el intento de silenciar a Meyssan y Red Voltaire, procediera del paÃs de la “libertad, la igualdad y la fraternidad†decimonónica; esa Francia revolucionaria y libertaria, el paÃs del propio Meyssan.
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