DESTINO MANIFIESTO
El Becerro de oro toma como chivo expiatorio al coronavirus
Abraham García Ibarra
EL mercantilismo, vicio intrínseco del capitalismo, en su fase neoliberal globalizada se ha tornado peor enemigo de la humanidad: Siete mil millones de seres de carne y hueso: Más hueso que carne. Retomamos a nuestro cardenal de cabecera, el hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga: El neoliberalismo no tiene madre.
¿Por qué, el título de esta entrega: El Becerro de oro toma como chivo expiatorio al coronavirus? Por una inadmisible sinrazón, a saber:
24 mil personas mueren al día por falta de alimento
Llámense Programa Mundial de Alimentación, Red del Sistema de Alerta Temprana para la Hambruna o Proyecto Hambre, iniciativas las tres de la ONU, la denuncia contiene un saldo criminal: 24 mil personas mueren al día por falta de alimento.
Saque el lector la sumadora para encontrar el macabro conteo anual: Siete millones 760 mil. ¿A cuántos ha matado el coronavirus? El informe al 28 de abril habla de unos 218 mil.
La crisis humanitaria por hambre y sus secuelas golpea por lo menos a 80 países. Los Estados Unidos se niegan a visualizar el drama de sus propios miserables. Algunas naciones europeas no lo hacen mejor.
En Zimbabue, casi ocho millones en piel y huesos
Sólo para ilustrar nuestro optimismo, tomemos un país africano: Zimbabue. Por depredación de los recursos naturales, sequía y conflictos bélicos, productos irracionales de la descolonización de mentirijillas, la mitad de la población: 7 millones 700 mil personas están en huesos y piel. Por el mismo carril transitan Nigeria y otras repúblicas vecinas, pese a su gran potencial petrolero, ya sometido a saqueo por las trasnacionales de la energía.
En América, el referente más doloroso es Haití: 3 millones 700 mil personas carecen de un bocado para llenar tripa de mal año. ¿Acaso no vemos en nuestro territorio el ambulantaje de haitianos, sufriendo la humillación infligida por algunos alcaldes norteños fronterizos?
Nassim Nicolas Taleb y su teoría sobre Los cisnes negros
En nuestro navegar por fuentes que consideramos confiables, topamos con el nombre de Nassim Nicolas Taleb, de origen libanés-estadunidense. Se le reputa como financista y filósofo. A él se le debe la teoría de Los cisnes negros. Obviamente, en oposición a los ordinarios blancos, únicos conocidos hasta el siglo XVI, hasta que se dio con uno negro en Australia.
El supuesto es que los cisnes negros representan fenómenos no previsibles, no obstante algunos expedientes en textos litúrgicos o de legendarios videntes europeos, algunos fulminados por el Santo oficio del establishment.
Fenómenos no previsibles. No faltan quienes desafíen la teoría. Entre 2015-2016, negreamos la fecha, la cadena BBC de Londres nos ofreció un trabajo de investigación y análisis para otear el futuro inmediato.
Los peligros que estaban a la vista de los que querían ver
Como peligros que podrían en el corto plazo colapsar el sistema financiero global, ya de por sí frágil en el marco de un precario equilibrio, investigadores y consultores coincidieron en un listado riesgos, empezando por un eventual ataque a las instalaciones petreras en Irak por el Estado islámico. (En realidad, esa eventualidad fue cumplida a la quinta potencia por Arabia Saudita y Rusia.)
Segundo riesgo: La salida del Reino Unido de la Unión Europea, cuando ya se programaba el referéndum que lo aprobó. Tercer riesgo, ciberataques contra el sistema financiero, de cuya consumación, incluso en México, hemos tenido noticias desde hace al menos dos años.
Electrizante crisis de la banca de sombra y la elección de Trump
Le sigue: crisis en el sistema financiero especulativo (banca de sombra, le llaman los que saben de estas cosas), una mina de mecha corta que hace estallar las burbujas de jabón un día sí, y otro también.
Otra bomba que estalló: En el listado se advertían las consecuencias de la elección, en 2016, del Calígula anaranjado, Donald Trump, que generaría, a tenor del texto consultado, cambios en la política internacional.
Si esos fenómenos eran imprevisibles, ¿cómo fue que una agencia de noticias los puso en la orden del día desde hace cuatro años; es decir, los anunció con pelos y señales?
Apenas para cubrir el expediente: Vaga mención a las epidemias
Cerramos el listado de peligros: Los desastres climáticos. Al final una vaga y ambigua línea, digamos anexa: Las epidemias. Ahora, cuatro años después, tipificada en su forma de coronavirus como cisne negro,por aquellos que practican el terrorismo desinformativo.
Nuestra frase de cajón: Para los ciegos, ¿todas las cosas son súbitas? Para los ciegos, puede ser, pero no para los que dominan el planeta y desencadenan las guerras calientes, las guerras comerciales, las guerras anti-migrantes, etcétera, y amenazan ya con la guerra nuclear.
Lo dijo el FMI: ¡Cuidado! con EU, China, Alemania, Corea…
Por decirlo de alguna manera: Los del Foro Económico Mundial, que se reúnen anualmente en Davos, Suiza, y en el que participan los grandes potentados de la Comunicación masiva; para los del G-7 o el G-20, ¿era cosa de ignorar las investigaciones de la cadena citada?
La cereza en el acedo pastel: De 2015 tenemos las proyecciones del inefable Fondo Monetario Internacional -el temible y temido FMI- para el año siguiente: ¡Abróchense los cinturones! El PIB mundial empezará a decrecer: Los factores serán las economías de los Estados Unidos, China, Alemania, Corea. Lo advirtió el FMI.
¡Señores y señoras! Todo lo arriba escrito es papel mojado. En un frágil sistema financiero global, mecido en un precario equilibrio, no son los cisnes negros divisados desde Londres los causantes de la carnicería económica mundial: Es el coronavirus. Hágame usted el refabrón cabor. Es cuanto.
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