Impacto al personal de salud
del SARS-CoV-2 (COVID-19)
Rodolfo Ondarza*
*Al personal de salud que ha dado su vida salvando la de otros.
In Memoriam
El personal de salud hace un esfuerzo sobrehumano en la primera línea de batalla, para atender apropiadamente y oportunamente a los pacientes con COVID-19, mientras se ponen a sí mismos en riesgo de contraer la infección.
MUCHOS HAN DADO SU VIDA en este esfuerzo global. Una forma de honrarlos es realizar un análisis de lo que está aconteciendo en torno al contagio de los trabajadores de salud.
ESTO REVISTE TAMBIÉN una gran importancia para la población, puesto que el riesgo al que se expone el personal de salud, médicos, enfermeras, técnicos, ingenieros, etc., es uno de los puntos vulnerables del sistema nacional de salud en esta pandemia.
Partamos diciendo que el personal de salud está combatiendo a un enemigo nuevo, que va conociendo conforme se desarrolla la batalla. Y que va modificando sus estrategias en contra de este coronavirus, conforme va adquiriendo experiencia propia, y de acuerdo a la información cambiante que va recibiendo de médicos e investigadores de diferentes partes del mundo. La pandemia SARS-CoV-2 tiene características muy particulares y específicas, por lo que su comparación con otras enfermedades previas que ha sufrido la humanidad es difícil.
Altas letalidades
POR EJEMPLO, al principio de la pandemia, era imposible conocer la magnitud de su propagación, paulatinamente nos percatamos de su alto nivel de contagiosidad y de su baja letalidad.
De otras enfermedades virales teníamos preocupante conocimiento previo, por ejemplo, la rabia tiene una tasa de mortalidad de aproximadamente un 95 por ciento, mientras que el ébola, de un 50 por ciento. Estas son enfermedades muy serias, definitivamente más graves que el coronavirus.
Teníamos como experiencia reciente la epidemia de ébola. Para mediados de marzo de 2016 se reportaban 11,300 defunciones a causa del ébola en África occidental (Guinea, Liberia y Sierra Leona), la cepa Zaire de este virus fue la causante de esta epidemia poco contagiosa, pero altamente letal, cuya tasa promedio de mortalidad se ha calculado en un 50 por ciento.
Más de 500 trabajadores sanitarios fallecieron a consecuencia del ébola en los tres países.
Comparando esta enfermedad con otras patologías de la zona sabemos ahora que la mortalidad anual en estos países debido a la malaria y a la tuberculosis es superior a la que hubo por ébola. (Lecciones de una epidemia para la salud global. Adelaida Sarukhan. Equipo de Análisis Global. https://www.isglobal.org/ebola).
La carga viral
A nivel internacional los trabajadores de salud que combaten la pandemia COVID-19 han pagado un alto precio. Al estar expuestos repetitivamente a altas cantidades de virus los trabajadores del Sector Salud pueden enfermar de gravedad. Por ejemplo, algunos medios han difundido la historia de un paciente que al ser sometido a una operación en un hospital de Wuhan, en China, contagió a 14 trabajadores del Salud, antes, incluso de que empezara a tener fiebre, de acuerdo con la Organización Mundial para la Salud (OMS).
Por ahora, la ciencia desconoce cuántas partículas virales deben entrar en el cuerpo de alguien antes de que se enferme.
Sin embargo, de manera comparativa, con la influenza, que es otra enfermedad viral sobre el que se conoce más, se afirma que con apenas tres partículas que logren entrar dentro del cuerpo de una persona es posible iniciar la infección. Aún se ignora ese número crítico de partículas virales en el caso del COVID-19 necesarias para infectar a alguien, pero también podría ser muy pequeño.
Dependiendo de la carga viral, es decir del número de gérmenes que entren en el organismo, la evolución de la enfermedad puede ser grave. La carga viral en pacientes con Covid-19 es más alta al comienzo de su enfermedad, y de ahí las recomendaciones sanitarias del distanciamiento y el aislamiento en estos momentos. Entre mayor la gravedad de un paciente es más alta su carga viral.
Una alta carga viral puede ser adquirida en una sola exposición, o parece que es posible sufrir este tipo de infección importante sumándose cargas virales menores durante múltiples exposiciones, como pudiera ser entre una multitud ya contagiada, o atendiendo a múltiples enfermos ya contagiados, e incluso cuando estas personas se encuentran asintomáticos.
La carga viral es la cantidad de partículas virales en los fluidos corporales como, por ejemplo, en una muestra de sangre.
De tal forma que para una enfermera, para un médico, así como para cualquier ser humano es tan peligrosa la cercanía con una persona con alta carga viral, como aquella exposición repetitiva debida a la cercanía de personas con baja carga viral. Al ser esta una enfermedad nueva, aún no se sabe con precisión cuánto podría afectar la repetida exposición al virus a la salud de los trabajadores del área de salud, que están en la primera línea de batalla contra esta pandemia.
Esta es la razón por la cual el personal de salud en muchos países está molesto por la falta de acceso a equipamiento de protección individual suficiente, y de calidad apropiada. Cabe mencionar que la mayor parte de estos equipos de protección son fabricados en China y en otros países asiáticos, lo que complica el suministro, sin contar con que países como EUA han llegado a prohibir la exportación de productos médicos en un afán de atender las necesidades de su propia poblacion.
Otras enfermedades respiratorias
Para tener una idea más clara analicemos lo que ha ocurrido con la Influenza, ya que se trata de una enfermedad viral, mucho mejor conocida que afecta las vías respiratorias.
En relación a la influenza la OMS da a conocer en su página web (https://tinyurl.com/ya9umqgf) un análisis publicado en la revista médica The Lancet (https://tinyurl.com/yarnq3kj) que la “estimación de muertes respiratorias debido a influenza estacional es de entre 290,000 a 650,000 personas anualmente”, esto, obviamente, ocurre a nivel internacional.
Se calcula que en el caso de EUA el 8 por ciento de su población (unos 26 millones de personas) se contagia con esta enfermedad cada año.
Se estima que para la temporada de influenza 2019-2020, tan sólo en EUA, entre el 1 de octubre del 2019 y el 4 de abril del 2020 hubo entre 24,000 a 62,000 casos de muerte por influenza (https://espanol.cdc.gov/flu/about/burden/preliminary-in-season-estimates.htm). De acuerdo con otros autores la cifra es menor, siendo de unos 14.000 fallecimientos, con una tasa de mortandad de 0,05 por ciento.
Se ha afirmado que el COVID-19 no es tan mortal si se compara con otros coronavirus que la humanidad ha padecido anteriormente, entre ellos el SARS y el MERS. El riesgo de muerte en el caso del SARS, fue mucho mayor cuando surgió el brote en 2003, con cerca de un 10 por ciento de tasa de mortalidad. En cuanto al MERS fue de entre el 20 por ciento y el 40 por ciento, dependiendo del lugar.
De acuerdo con información de la OMS relativa a la epidemia del SARS ocurrida en 2002-2003 indica que un 21 por ciento de los contagiados fueron de trabajadores de Salud. Algo similar se ha reportado en algunos sitios para quienes atienden a pacientes con COVID-19.
SARS-CoV-2 (COVID-19)
Algunas evidencias apuntan que es probable que la tasa de mortandad sea inferior al 2 por ciento en el caso de COVID-19. Sin embargo, al existir una mayor cantidad de casos que en otras enfermedades por coronavirus, al tener una capacidad de contagio mayor, la totalidad de las muertes a causa de esta nueva pandemia terminará siendo mucho mayor.
CHINA
La tasa de mortalidad debida al COVID-19, de acuerdo con el estudio efectuado por el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCDC), es de un 2,3 por ciento, siendo las personas mayores de 80 años las que corren más riesgo, con un índice de mortandad del 14,8 por ciento. Este estudio señala que alrededor del 80,9 por ciento de las infecciones del nuevo coronavirus se clasifican como leves, el 13,8 por ciento como graves y solo el 4,7 por ciento como críticas.
Las autoridades chinas estimaban, a principios de marzo de este año, que unos 3,300 trabajadores sanitarios habían resultado contagiados, es decir que entre 4 por ciento y 12 por ciento de los casos confirmados de coronavirus en ese momento correspondían, en este país, a personal de salud, de los que más de 200 se hallaban en estado grave. Siendo para entonces ocho los médicos que habían perecido por el coronavirus, lo que representa el 0,4 por ciento del total de muertes causadas, hasta entonces, por el coronavirus en China, según las declaraciones efectuadas por Zeng Yixin, subdirector del Ministerio de Sanidad chino.
EUROPA
En España, el diario El Español, lleva un censo de personal médico fallecido por causa de esta pandemia que no coincide con las cifras oficiales que son menores, y asegura que para mediados de este mes de mayo, hay 76 sanitarios fallecidos por el Sars CoV-2 (médicos 55, enfermeros 4, auxiliares de enfermería 7, personal de ambulancia 2, celadores 4, personal de limpieza sanitaria 3, dentistas 1), y no los 35 registrados oficialmente. Y asegura que esto ha ocurrido debido a la carencia de equipos de protección, de medios y de recursos humanos. Asegura que “España tiene la desgracia de liderar la clasificación mundial de países con la mayor tasa de sanitarios contagiados por Covid-19. Concretamente, según los últimos datos oficiales, un total de 48.320 sanitarios se han infectado desde el inicio de la crisis”. La pandemia deja en el país 27,650 muertos en estas fechas.
El caso italiano es importante. Para abril Italia ocupaba el segundo país de Europa con más casos de coronavirus confirmados (189, 973 contagios) y tenia el primer lugar del mundo en cuanto al número de víctimas mortales (25,549 decesos).
La Federación Nacional de Órdenes de Cirujanos y Dentistas (FNOMCeO, por sus siglas en italiano) informó que cerca de 150 médicos italianos habían fallecido por coronavirus. Esta organización aseguró que el personal de salud abarca el 10 por ciento de la cifra total de fallecidos a causa del coronavirus en Italia.
De acuerdo con Nursing Notes, en Gran Bretaña, para mediados de abril abrían fallecido más de 100 trabajadores de la salud, cifras superiores a las que proporciona oficialmente el gobierno inglés. El personal de salud se veía en la necesidad de rehusar equipo desechable.
Información, de mediados de mayo, publicada por el periódico The New York Times, menciona que más de 180 médicos, enfermeras, paramédicos y otros miembros del personal de salud han fallecido a causa del coronavirus en Rusia.
EUA
Diversas fuentes en EUA han señalado que la información sobre la afectación de la pandemia en el personal de salud se está perdiendo o se encuentra incompleta. Para principios de mayo se hablaba de 9,282 trabajadores de salud diagnosticados con la infección del nuevo virus, 723 fueron hospitalizados, incluyendo 184 en terapia intensiva, y 27 murieron por la infección de acuerdo a datos oficiales de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades han dado información muy interesante y reveladora, puesto que afirman que dentro de los trabajadores de salud enfermos el 73 por ciento son mujeres, y su edad promedio es de 42 años. Algo totalmente diferente a lo que ocurre con la población en general.
Lo que está ocurriendo oficialmente en EUA difiere a la realidad según la información recabada por el sitio web World Socialist Web Site. Este sitio informa que habían muerto, al menos, 130 trabajadores de salud para finales de abril.
La información presentada por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, también se encuentra en contradicción con la del sindicato National Nurses United union, que reporta que para fines de abril abrían fallecido 48 miembros del personal de enfermería.
En EUA los diarios The Guardian y Kaiser Health News llevan a cabo un proyecto independiente llamado “Lost on the Frontline”, con el que documentan las vidas del personal de salud que ha fallecido durante la pandemia. Aún no se cuentan con información concluyente.
Algunos Estados de la unión americana, incluyendo Ohio, reportan que 20 por ciento de las víctimas contagiadas por COVID-19 corresponden a personal de salud. El Hospital Henry Ford, en Detroit, reportó que más de 700 de sus empleados fueron positivos en las pruebas de COVID-19.
MÉXICO
En México tenemos para el 13 de mayo 4,200 lamentables defunciones debidas al COVID-19; y a nivel mundial 287,299 decesos.
Durante esta pandemia hemos tenido, en nuestro país, la desafortunada muerte, hasta el momento, por COVID-19, de 111 personas dentro de los trabajadores de salud, informó el Dr. Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud el día 11 de mayo próximo pasado, así como 8,544 casos confirmados acumulados de COVID-19 dentro del personal de salud. Del total de casos acumulados, la mayoría sea han presentado en mujeres de 35 a 49 años. De estos, el 41 por ciento han ocurrido en enfermeras y enfermeros, y 37 por ciento en médicos. Algo parecido a lo que a ocurrido en EUA en relación al género. ¿Será que la gravedad de la enfermedad dependa más de la carga viral que de una protección relacionada al cromosoma X?.
La mayoría de los infectados son trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con el 53 por ciento; la Secretaría de Salud, 35 por ciento; el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), con el 7 por ciento y otras registran el 5 por ciento.
Cuando comparamos los números fríos de México con las de otros países con mayores recursos económicos y de infraestructura observamos que no estamos tan mal, especialmente si consideramos que nuestro Sistema Nacional de Salud fue saqueado y desmantelado por sexenios enteros, y que estábamos minados por la corrupción. ¿Será que algo estamos haciendo bien en esta pandemia SARS-CoV-2 (COVID-19)?.
La afectación del gremio médico no terminará con la pandemia
Usualmente el nivel de estrés entre médicos es alto, particularmente en quienes laboran en servicios de urgencias, terapia intensiva y áreas quirúrgicas.
Aún antes de la pandemia se ha estimado que un 60 por ciento de los médicos que trabajan en servicios de urgencias sufren en algún momento del síndrome de bournout, con estrés, agotamiento físico, mental, emocional, que puede conducir a depresión profunda (American College of Emergency Physicians).
Se ha dicho que los médicos son las personas que más se suicidan a nivel mundial. La tasa de suicidio en la comunidad médica pertenece al doble de la tasa de la población mundial en general. Actualmente, la cifra de suicidios en el mundo pertenece al 4 por ciento, en médicos es del 8 por ciento y las mujeres presentan cifras superiores debido a los niveles de estrés que manejan.
En EUA, antes de la emergencia COVID-19, había una epidemia real de suicidios entre enfermeras, 10 veces mayor que en adultos de la población abierta.
La prestigiada revista médica Journal of the American Medical Association Network Open (JAMA Netw Open. 2020 Mar 2;3(3): e203976. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2020.3976.) publicó un artículo donde investigadores chinos documentan un estudio realizado a 1,800 enfermeras y médicos, en el que concluyen que este personal de salud tendría problemas psicológicos a partir de la pandemia. 71 por ciento de ellos sufrían estrés, 50 por ciento depresión, 44 por ciento ansiedad, y 34 por ciento insomnio.
En un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Roma, con 1,300 trabajadores de salud, se encontró que alrededor de la mitad de ellos sufría trastorno por estrés postraumático secundario a sus labores durante esta pandemia.
El daño psicológico y psiquiátrico que está dejando la pandemia COVID-19 entre el personal de salud es innegable, particularmente por lo que está viviendo directamente en los centros hospitalarios. Pero los médicos somos seres humanos, se agregan las presiones económicas, familiares cotidianas y propias de la pandemia, y también impacta sobre nuestra salud mental, al igual que sobre el resto de la población el pánico sembrado por noticias falsas lanzadas por conductores de medios y opinólogos, troles, bots e influencers, que se han convertido en un verdadero problema de salud pública, de salud mental social.
¿Qué papel juegan las sociedades médicas?
Hay muchas preguntas con relación a esta pandemia que aún no han podido ser aclaradas. Una de las grandes preocupaciones es que probablemente vamos a seguir viendo rebrotes de del COVID-19.
Si llegan a presentarse nuevos brotes de esta pandemia, en quienes primero impactarían sería sobre los médicos, ahora desafortunadamente menos que en esta pandemia, que se encuentran en el frente de batalla.
Por lo tanto, sería pertinente que las asociaciones médicas realmente se preocuparan por su gremio y por la sociedad, y presentaran, por un lado proyectos para mejorar la salud mental del personal de salud y de la población en general, y que por otra parte, revisaran responsablemente que industrias y poblaciones pueden salir de la cuarentena y cómo lo harán, impidiendo que las presiones de industriales pongan en riesgo al pueblo. Las sociedades médicas deben propugnar porque el contagio COVID-19 sea considerado como riesgo laboral. Asimismo, deben, ahora sí, pronunciarse en contra de la comida chatarra, cuyo consumo ha tenido como consecuencia la muerte de miles de personas en esta pandemia por obesidad, diabetes, hipertensión, etc.
*) Neurocirujano. Activista en defensa de derechos humanos. Ex presidente de la Comisión de Salud, VI Legislatura, ALDF. @DrOndarza
More articles by this author
|