Edición 415 |
De Adicto a ADICTO |
Muerto en vida, atrapado sin salida Ernesto SalayandÃa GarcÃa Una noche, como muchas otras, sufrÃa de desesperación por no poder respirar bien, tenÃa dificultad al inhalar oxigeno debido a que mis fosas nasales estaban completamente taponadas, secas, con costras de cocaÃna; mi quijada, entumida, enclochada como mis manos y brazos, desesperado me eche gotas para la nariz. |
DROGADO me fui a la estufa y puse una hoya con agua a hervir y Vick VapoRub, inhale el vapor, una y otra vez, sin lograr mayores resultados, me unte vaselina, me puse gotas para los ojos y nada, no podÃa respirar debido a los enormes tapones de mucosidad en mis orificios nasales, secos y por la porquerÃa, generándome dolor en el tabique y una enorme frustración por no poder respirar. Puedes visualizar mi recamara, la de un borracho drogadicto, maniaco depresivo, ropa sucia tirada por todos los, ceniceros desbordando cenizas y colillas de cigarros, papel de baño, clÃnex, calzones, calcetines, imprentados de mocos con sangre. Me sonaba la nariz con las sabanas, fundas, con cualquier cosa, me daba pereza levantarme al baño, puedes ver, los vasos medios llenos, medios vacÃos, platos, cubiertos, tasas, sucios, y mucha basura, por supuesto. El cuarto olÃa a los mil demonios y yo, pasaba ahà hasta cinco dÃas sin salir, sin bañarme, fumando y bebiendo, periqueando e inyectándome a cada momento, tres miligramos de morfina sintética. Ahà estaba hundido en depresión, sin fuerzas, atrapado por la maldita rutina de sustanciarme, de trágame un mundo de pastillas antidepresivas. No hubo poder humano que me sacara de ese infierno, no podÃa parar, recuerdo, que después de dÃas de abstinencia, que los tuve, yo lloraba cada vez que inhalaba el primer pase de cocaÃna, súper rebajada, porque sabÃa perfectamente lo que venÃa, la tormenta de las emociones que me secuestraba y se adueñaba de mi vida. —No puedo respirar, voy a morir asfixiado.
Un adicto, un marihuano muere lentamente
Mi cuerpo agotado, débil, después de haberme chutado la botella de vodka que consumÃa todos los dÃas, rendido por haber inhalado durante el dÃa y la noche, más de 15 pases de cocaÃna, asqueado por haberme fumado cerca de tres cajetillas de cigarro, súper drogado por la combinación de morfina y fármacos. Por supuesto, atormentado por mi mente enferma, mis pensamientos psicóticos, patológicos, recurrentes, por mi celotipia y mis obsesiones mentales, lo que hora llamo, secuestrado por la loca de la azotea, asÃ, fue un parte de mi agonÃa, encerrado en la soledad de mi recamara, con delirios persecución, generando que dos tipos estaban adentro de los conductos del aire acondicionado. Yo dormÃa con cuchillos, oÃa sus pasos y risas, en las rejillas de las paredes, ponÃa papel periódico o trapos imprentados de alcohol, les prendÃa fuego y escuchaba como corrÃan, yo los perseguÃa con los cuchillos en manos, queme mi casa cuatro veces, yo los vi, los escuche y me lleno de miedos.
Muerto en vida
Esa noche, mi cuerpo cayo boca abajo en mi cama king size, cansado de mis excesos, rendido, ya dormido, vi una cara mÃa en mi mente, luego, entre a un largo túnel negro, vi, sentÃ, como dos caras mÃas se movÃan con gran fuerza, tratando de choca una con la otra, fue una sensación extraña, demasiado rara, luego caà en un abismo, como dirÃa el poeta, profundo y negro, toque fondo, la oscuridad era inmensa por todos lados, después, vino el silencio absoluto, cero ruido, ahà se perfectamente que estoy muerto, no respiro, en ese instante, le grito a Dios.
—¡Dios, Dios, no quiero morir¡, por favor, Dios, no quiero morir, me levanto de la cama, sudando, temblando, lleno de miedos, me voy al baño, me miro al espejo, soy la tristeza arrolladora, mis hombros caÃdos, mi mirada apagada, mi piel amarilla, seca, áspera, lo blando de mis ojos, que se llama esclerótica, ofrece un café cenizo, ojeroso, apagado sin luz, me miro, lloro frente a mi rostro deprimido. —¡Estúpido, estúpido, mira lo que has hecho con tu vida, eres un vil mediocre, drogadicto, estas en la ruina!—. Sigo llorando y me sigo viendo, muy decepcionado de mà mismo, sé que tuve un paro respiratorio, que estuve muerto, sé que Dios me dio una oportunidad, porque cuando comencé a despertar, vi, sentà una fuerte luz, esplendorosa dentro de mÃ, tuve un despertar espiritual.
No querÃa o no podÃa abandonar mi adicción
Dejé de llorar, me eché agua en mis fosas nasales, ahà mismo, presioné los orificios, me soné con fuerza, salió el primer tapo de porquerÃa, después, atrás de él, el chorro de sangre, sangre que llego a mis labios y mi lengua, sangre y cocaÃna que los anestesio. Me soné la otra fosa, liberé el enorme obstáculo, pude respira y verme al espejo, sucio, despeinado, abandonado de mà mismo, respire con profundidad, suspire desde lo más fondo de mi ser, me eche agua en la cara y después, ¿qué te imaginas que hice? Para evitar que la cocaÃna se humedeciera y exterminar el polvo, colocaba los pases en el travesaño de las puertas, a un lado de la jeringa y la morfina, después de libérame, tome un pase completo y de dos jalones los metà a mi cuerpo, luego cargue la jeringa con tres miligramos de morfina y me arponeé en la nalga, luego, me senté en el escusado, prendà un cigarro, que fume placenteramente, como si nada hubiera pasado, olvidándome de esa imagen de mediocre que mostraba a los cuatro vientos, de ahà vengo, soy vÃctima de La Saliva del Diablo. Me volvà loco por tantas drogas, perdà el sano juicio.
Nada es para siempre, ni bueno ni malo. —Nada.
Hoy, recupere a Ernesto, disfruto verme al espejo, contemplar mi armonÃa, la sinceridad de mi mirada, palpar mi paz interior, me gusta sonreÃrme y desearme lo mejor de lo mejor, decretar, que este va a ser el mejor de mis dÃas, comprender que mi enfermedad es emocional, progresiva, incurable, mortal, por demás contagiosa, no se me debe de olvida los fondos que vivÃ, el dolor qué me cause y le genere a mis seres queridos, perdà mi libertad, la droga me robo mi dignidad, lleno de ansiedad a las cuatro de la mañana iba a comprar cocaÃna, andaba todas las mañanas, de farmacia en farmacia, buscando la morfina sintética, mi ansiadas me hacÃa consumir una botella diaria de vodka, no se me debe de olvidar mis delirios auditivos, mis depresiones, lo que la droga ocasiono, como el que me corrieran de mi trabajo, los pleitos constantes con mi mujer, el haber tratado de matarla, de ahorrarla invadido por la ira, por el odio desbordado, no se me debe de olvidar mi soberbia, que es la madre de mi enfermedad, tampoco mis egos, mi falso orgullo, ni el cumulo e defectos de carácter que distinguió en mà una vida completamente ingobernable, hoy me miro al espejo y me digo. Solo por hoy no soy el mismo que antes, erradique mi celotipia obsesiva, disminuà mi corto impulso neurótico, rebaje mi egocentrismo, le eché humildad, recupere mi seguridad y autoestima, perdà mis miedos y le dije adiós a mi ansiedad, dejé de ser el mediocre del año, el borracho del barrió, abandoné mi compulsión, le di la espalda a mi necesidad de intoxÃcame, recuperé la vida, soy un milagro, solo por la gracia de Dios, sé que no tengo todo lo que quiero, pero hoy quiero todo lo que tengo. Me queda claro que soy en extremo un completo narcisista, que en 22 años me he estado recuperando poco a poco.
De farmacia en farmacia LA COCAÃNA descalcifico mis huesos, cuando se iba la anestesia, el dolor era intenso, muy agudo, sentÃa como si me clavaran una daga en varias partes de mi espalda, no podÃa caminar, sin ofrecer serias dificultades para hacerlo, establecà una fuerte dependencia con el Nubain, morfina sintética y comencé a inyectarme, poquito, luego más, y más, hasta que llegue a meterme tres miligramos en la mañana., tres miligramos al medio dÃa y tres más o más en la noche, en complemento, cocaÃna, Tafil, vodka y cigarros, pero el Nubain, anestesiaba mis emociones, me drogaba, me liberaba del dolor, pero cuando se iba el efecto, la resaca era un verdadero tormento, me tenÃa que meter más droga, un doctor amigo, me lo advirtió, me hizo ver la bola de cristal, y me dijo. —Ten mucho cuidado, es una droga muy peligrosa con efectos severos a tu cerebro, trata de evitarlo. —Por supuesto, que no le hice caso, me prendà de esta sustancia toxica derivada del opio, recuerdo lo que sufrÃa todos los dÃas, andar recorriendo toda la ciudad, de farmacia en farmacia, es un medicamento que escasea mucho, tiene una gran demanda, con el tiempo, me volvà loco, perdà el sano juicio, caà en depresiones y me volvà más neurótico. —No hice caso, ni reflexioné sobre la bola de cristal que me enseñaron, no creà lo que me iba a suceder… Se quedaron cortos. |
No hay peor ciego…
Juan, de 17 años, tiene mala copa, borracho le da por llorar o por echar bronca, es un tipo violento, por lo mismo, sin amigos, toma, dice el, los fines de semana, jueves, viernes, sábado y domingo, toma con general. —No uso drogas. —Me dice muy orgulloso y le pregunto. —Sabes que la cerveza es unas droga, que anestesia tu sano juicio?—. Te trasforma y no eres tú. —Juan, escucho testimonios de otros jóvenes y como lo dije yo, muchas veces. —Juan dijo. —Yo no estoy tan mal. —Ya han pasado seis meses y este joven, está sufriendo los amargos estragos de la enfermedad del alcoholismo, ya golpeo a su novia en dos ocasiones, su nivel de neurosis lo hace intocable e insoportable, muy agresivo contra su mama y por supuesto, que sus dÃas de consumo, aumentaron, ahora se emborracha todos los dÃas, cuando advertimos a este joven de tomar conciencia, nos tiró de a Lucas, es más, se sintió ofendido, las negación le aflora y su sentido de irresponsabilidad los expresa a flor de piel, Juan, tendrá que vivir su propia experiencia. Analizo el hecho de que he visto a nadie que le gane a una adicción, menos que salgas bien librado, nadie le hemos vivido gratis, los estragos son amargos, muy amargos y si quieres que te lean la mano, que pronostiquen tu futuro, que interpreten tu bola de cristal, ten la humildad de acercarte a una junta de Alcohólicos Anónimos, cubre, por lo menos un mes y escucha las tribunas, después de ello, se honesto contigo mismo y decide si tienes o no el problema por tu manera de beber y de usar sustancias. Muchos han muerto, otros ahà están en la antesala, muchos más, solo han tapado la botella, ahora viven solos, sus mujeres se hartaron de tanta neurosis, es pues, esta enfermedad, el mal de muchos, muchos que como yo, están tocando fondos, esto es de fondos y la perra enfermedad te llevara de la mano a que los toques, a que los vivas y los sufras y solo asÃ, solamente asÃ, tocando fondo, podrás despertar.
Nacidos para perder En este proceso de recuperación, sé que el tiempo no es recuperación, son los hechos los que hablan por sà solos, he tratado con infinidad de enfermos como yo, alcohólicos, fármacos, marihuanos, adictos, he tratado de ayudarlos, con algunos he tenido éxito gracias a Dios y a ellos mismos con otros he fracasado, siguen enfrascados en el callejón sin salida, algunos murieron de sobredosis y congestión alcohólica, otros más se suicidaron, muchos otros, están hundidos en depresión, son vÃctimas de esta perra enfermedad, maldita enfermedad perversa del alma, perra, ellos no han querido salir del hoyo, no vieron la luz al final del túnel, no creyeron que si es posible vivir libre de drogas y de sustancias toxicas, por mi parte, no me descuido, dÃa a dÃa, trabajo mi recuperación, le echo ganas a trabajar mi vida ingobernable, a bajar la ansiedad, a controlar mis emociones, no tengo todo lo que quiero, pero quiero y mucho todo lo que tengo, al menos solo por hoy. |
*Gracias por leerme y más por escribirme Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla 614 256 85 20. Sigue la huella de diálogos al desnudo todos los lunes a las 6 de la tarde tiempo de chihuahua, México. Link: https://cutt.ly/mz5vY3v. (Gracias por compartir).
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