
PENINSULA BANGKOK
ENRIQUE CASTILLO-PESADO
Es complicado poder conocer todas las maravillas que tiene nuestro mundo en el cual habitamos. Cada vez que he tenido la oportunidad de experimentar en algunos de los países que he visitado, siempre hay algo nuevo por aprender sobretodo la cultura de sus habitantes, costumbres, historia, su desarrollo económico y diversos espectáculos que ofrecen a los visitantes.
Bangkok es considerada como una de las ciudades más asombrosas del mundo, por algo ha recibido el nombre de “La Ciudad de los Ángeles”; es una metrópoli con seis millones de habitantes. Lo más curioso fue que llegamos a una ciudad que nos muestra una doble apariencia. Nos encontramos con la ciudad antigua con sus palacios y templos que datan del siglo XVIII y, la ciudad moderna que cuenta con grandes centros comerciales como símbolo de desarrollo urbano.
Les comparto mi experiencia que viví en el mes de febrero en Tailandia, viajé con una estupenda amiga tailandesa, Kai, quien me recomendó desplazarnos principalmente a la capital de Bangkok como punto de partida, seleccionado, un sitio para descansar, el Peninsula Bangkok donde verdaderamente nuestra visita se transformó en una sensación agradable porque éste hotel tiene el programa “Behind the Scenes”, para aprender de la vida y estilo, gastronomía, arte, entre otras cosas, con actividades personalizadas.

Después de un día por Bangkok, las circunstancias del día nos permitieron pasar al restaurante Mei Jiang, ubicado en el interior del Peninsula Bangkok, con ambiente tranquilo, elegante y los mejores platillos cantoneses, aquí degustamos lo mejor del arte culinario con el que consienten a cado uno de los huéspedes, por ejemplo, el almuerzo dim sum, que es una verdadera delicia.
Para el gourmet urbano, no podrá resistir la tentación de apreciar la gastronomía tailandesa que es como tener un encuentro con la cultura de éste país. A la orilla del río Chao Phraya de Bangkok pasamos un rato agradable en el Thiptara donde se sirve la auténtica comida tailandesa. Kevin Tsang, director de alimentos y bebidas del Peninsula Bangkok, señaló que se enorgullece de sus chefs, porque son seres humanos que se apasionan por su trabajo y el gusto por compartir su pasión con cada uno de los huéspedes, incluso tras bambalinas.
Son innumerables atracciones las que merecen atención especial al estar en Tailandia, una de ellas es el Palacio Real y el Templo de Buda Esmeralda (Wat Phra Kaeo --por cierto, está prohibido sacar imágenes de Buda originales del país--). Esta parte de la ciudad que conserva los templos dorados, las torres famosas en forma espiral y esas decoraciones con su brillo que las distingue, nos remonta a aquellas épocas en que fue una fortaleza blanca para proteger a sus pobladores.
Existe la posibilidad de que quien viaja a Tailandia, llegue el momento de sentir el cansancio, sin embargo, el Peninsula Bangkok cuenta con la actividad de fitness para estar en buena condición física a base de frutas y verduras, digamos que es un plan completo que puede convencer a jóvenes y adultos que desean gozar de una excelente salud. Sí, su Spa está considerado entre los mejores del orbe, cuyos precios van de 300 a 1.000 dólares. El hotel cuenta con 370 habitaciones, cuyos costos fluctúan desde los 300 hasta los 20.000 dólares (mmm… la suite Real). Y se localiza en el Distrito Histórico de Sanam Luang.

Les puedo decir que llegamos a un paraíso como pocos y no es para menos. Dedicar el tiempo a las compras nos puede absorber mínimo dos horas. Bangkok tiene la característica de ser considerado centro mundial donde existe la posibilidad de encontrar finas piedras preciosas, sedas, artesanía en madera, bronce, cerámica, antigüedades Thai y permítanme decirles que se puede practicar el regateo en precio, algo que ya sabemos los mexicanos de cómo obtener el mejor producto con la mejor oferta de compra.
Han sido casi diez días de transitar por las calles de Bangkok, gracias a las oportunas sugerencias de la gente del Peninsula Bangkok, que hacen que Tailandia sea uno de los países a visitar desde cualquier parte del mundo. Sitios como el Templo de Buda de Oro, el Museo Nacional y el Mercado Flotante, etcétera, son vitales para una vida muy al estilo tailandés.
No perdimos la oportunidad de ir al espectáculo de la danza que esta lleno de toda la expresión tailandesa que esta ligada a las celebraciones religiosas y a la actividad agrícola. Apreciamos la elegancia, la disciplina tailandesa que tiene una posición importante en las costumbres y cultura de éste país asiático, la danza “Nora”, uno de los bailes tradicionales, nos describe una historia de amor, otra de las más famosas es la danza “Fon Thien” realizada, en su mayoría, por jóvenes.
Estamos a punto de salir de este paraíso, la vida en Tailandia aun tiene motivos para permanecer más tiempo en el Peninsula Bangkok. Y hasta la próxima, ¡abur!
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