Apunte
JORGE GUILLERMO CANO
(Exclusivo para Voces del Periodista)
Figuraciones de la alternancia
Un análisis responsable de sus derivaciones no lo es tal si se ve atrapado en preferencias que desdibujan el acercamiento a la objetividad que, como se sabe, a menos que se ignoren cuestiones básicas de la comunicación, no puede ser más que acercamiento.
De los ánimos, en consecuencia, es recomendable tomar distancia sin pretender que serán del todo eliminados, mas si se quiere legitimar la opinión no conviene dejarles la batuta de la doxa.
Preciso decir, entonces, que las llevadas y traídas alternancias y “cambios” del sistema político mexicano, prácticamente todas, a la luz de sus resultados, no han sido más que figuraciones en un entorno social, económico, cultural y político, donde el dinero impone las reglas.
Referentes al canto
La cuestión es simple: ¿De qué han servido? ¿Quiénes han sido y son sus reales beneficiarios? ¿El pueblo, acaso, que sigue igual o peor en todas partes donde se han dado?
Véanse las evidencias y no se va lejos por las respuestas.
Lo que ha sucedido en realidad es que, asegurado el mando, los dueños del dinero se dan el gusto de jugar con la esperanza nacional, estatal y local, inventando gestas de pacota.
Que si pierden los de un lado del mismo lado ¿Fin de la “hegemonía” contraria? ¿Alternancia real? ¿Qué ganó el pueblo? ¿El corazón sobre lo material?
Y en el rejuego de las “argumentaciones” manidas, rayanas en el cinismo, no paran los desfiguros de políticos que tratan de acomodarse aunque sea en el cabuz del “nuevo régimen” (el que sea, por ahora).
Compromisos de incierta realidad
El pasado miércoles 14 de julio, los tres gobernadores electos que fueron candidateados por “alianzas opositoras” (Oaxaca, Gabino Cué; Puebla, Rafael Moreno Valle, y Sinaloa, Mario López Valdez) todos de origen priísta no negado, se reunieron para firmar el compromiso de “garantizar un pluralismo eficaz, transparente y justo”.
Es decir, sin eufemismos, que habrá para todos pero con las reservas de cada caso.
Acordaron 12 acciones comunes de gobierno para impulsar “la transición democrática en los estados de Sinaloa, Oaxaca y Puebla” y así “responder al reclamo del cambio por un buen gobierno, con justicia e inclusión social”.
De los compromisos destaca, el primero, que los de ellos “serán gobiernos plurales, pero no de reparto de cuotas entre las burocracias partidistas” (está por verse); el segundo: que “el pluralismo debe de ir acompañado de eficacia para gobernar”, en consecuencia los gabinetes respectivos serán integrados “con los mejores profesionales, hombres y mujeres, que contribuyan al cumplimiento de los compromisos (hechos) ante los ciudadanos, con independencia de sus filiaciones partidistas”.
¿Retórica habemus?
También, tercero, que su interés “es reconciliar a la sociedad, actuando con estricto apego a la ley: sin rencores ni impunidad”. Desde luego, declaran que “no se criminalizará la lucha política ni social”.
Las alianzas (cuarto) serán preservadas, dicen; los recursos serán ejercidos “de manera austera, transparente y responsable” (quinto) y “se reducirán los gastos suntuarios y los privilegios de los servidores públicos”.
Además, “los gastos de publicidad y medios estarán enfocados a informar y dar a conocer acciones de gobierno”.
En el punto seis hablan de impulsar “una agenda de reformas para la transición democrática que incluya la ciudadanización de los órganos electorales, de órganos autónomos en materia de derechos humanos, de rendición de cuentas y para la orientación editorial de los medios de comunicación del estado”.
¿Para que entiendas prensa?
La parte final del punto cinco y seis deberían ser mejor explicadas. Hay diferencia entre información y propaganda, por ejemplo, que se puede diluir con esa previsión de sólo “dar a conocer acciones de gobierno”.
Y del sexto punto, la confusión puede venir de no distinguir entre “Estado”, el aparato rector de la vida pública, y “estado” (con minúscula) que alude a una entidad federativa.
Si se trata de un error (impropio en redactores tales) no habría mayor problema, pero de no aclararse se entiende que tratarán de “orientar” editorialmente a los medios de sus entidades federativas.
Esperemos que no sea eso lo que pretenden, pues se estarían metiendo en un terreno de suyo espinoso (Fox lo intentó, recordemos).
Veremos ¿veremos?
En el resto de los “compromisos” se reitera lo prometido en agendas previas, tanto priístas como panistas: “en procuración de justicia y seguridad pública (punto siete), la mejor coordinación entre los gobiernos federal, del estado y de los municipios”.
En el noveno: “una política social de gran calado para hacer frente a los grandes problemas de pobreza y desigualdad”; la “promoción del desarrollo económico y social que logren la participación de todos los sectores” (décimo).
En el undécimo, declaran que “en Oaxaca, Puebla y Sinaloa se ha iniciado un proceso de transición” y se buscará “enriquecer nuestras propuestas con la participación de los más prestigiados especialistas y de una representación amplia de la sociedad”.
Finalmente, doce, se dice que “la participación de los ciudadanos que ocurrió en la elección” será canalizada “a la preparación de los trabajos para la integración del gobierno y a su futuro ejercicio”.
En suma, prometen “construir gobiernos que afiancen un pluralismo eficaz, rindan cuentas, busquen la inclusión social y estén controlados por la ley”, pues “los gobiernos de las alianzas deben ser gobiernos de la sociedad”.
Y la sociedad que se privilegia en el discurso deberá estar muy atenta de que esos 12 compromisos no queden en simple palabrería, como ha sucedido con alternantes o sin ellos.
Lo que sea, más temprano que tarde se verá.
Tamborazos
-Condenable, desde todo punto de vista, el reciente secuestro de cuatro trabajadores de los medios en Durango; gran atención al asunto, como debiera ser en todos los casos, particularmente de las entidades donde los periodistas están más desprotegidos y en riesgo grave, sin exageraciones.
-Años ha, al final de cada trienio, el columnista se dice: la próxima legislatura de Sinaloa no puede ser peor que la que se va, pero la realidad se impone. La que ahora se va ha sido peor que todas las anteriores. A ver la que sigue.
-Se acabó el “sueño americano”, afirma la Arquidiócesis Primada de México y tiene razón: “los inmigrantes mexicanos y centroamericanos viven en condiciones deplorables en EU”, en efecto. Pero mientras el gobierno mexicano no asuma su papel en serio, el éxodo seguirá.
-En los días que vienen, aunque él remite el asunto a diciembre próximo, Mario López deberá estar muy atento a las presiones de actores políticos devaluados que presumen de que el triunfo a ellos se les debe. Quieren la paga, pues.
-Y ya está encima el bicentenario del mito. (
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