PAN GOBIERNO ARRINCONADO ABRAHAM GARCÍA IBARRA (Exclusivo para Voces del Periodista) Antes de maquinar la Conspiración de Chipinque (Monterrey, Nuevo León, febrero de 1976) para derrocar al presidente Luis Echeverría Álvarez, la ultraderecha confesional-empresarial mexicana lanzó un obús de propaganda negra, acusando al gobierno de la República de haber emprendido en secreto una vasta campaña de esterilización de mujeres, utilizando como conejillos de Indias a indígenas mazahuas y otomíes radicadas o ambulantes en la zona metropolitana de la Ciudad de México. Obviamente, la reacción pública inmediata fue de indignación y pánico. Desde la década de los setenta del siglo pasado a la fecha, descontando los efectos de la mortandad materno-infantil y la emigración, la población mexicana se duplicado. ¿Existió, entonces, esa campaña esterilizadora? La misma odiosa técnica propagandística, avalada por un sector de la jerarquía clerical, fue utilizada posteriormente contra los acusados de “promover” el aborto -carteles con fotografías y dos textos: Matar comunistas no es un crimen, es un deporte y Se buscan vivos o muertos- y contra los enfermos de Sida. En ambos casos, contra esas amenazas de muerte, han avanzado las políticas de salud enfocadas a prevenir embarazos indeseados y la atención a los enfermos de Sida. En la concepción y práctica de ese tipo de propaganda negra, fueron señalados grupos como la Legión Mexicana de la Decencia, la Asociación Nacional Cívica Femenina (Ancifem), organizaciones de Padres de Familias de escuelas privadas, Desarrollo Humano Integral (DHIAC), Pro Vida y otros, que fueron denunciados por dirigentes del Partido Acción Nacional (PAN) -entre ellos su difunto ex presidente e ideólogo Carlos Castillo Peraza- por su ofensiva para infiltrar al partido. El argumento fue, invariablemente, que su apelación al miedo de la sociedad constituía una forma de antipolítica o de política bárbara. Con el ascenso electoral del PAN, esos neofascistas actuaron ya sin embozo y, finalmente, caracterizados en la denominación genérica El Yunque, empezaron a compartir el poder con Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa. Ahora, con la aparición de la influenza porcina mexicana en grado de pandemia, según alerta cuatro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) -agencia de la ONU-, el bumerang de la perversidad ideológica azota sobre el rostro de un inepto e inescrupuloso PAN-Gobierno. El destino lo alcanzó. El calificativo de inescrupuloso, asestado al PAN-Gobierno, no es casual ni gratuito. México ha padecido, secularmente, las llamadas enfermedades de la pobreza-miseria, muchas de ellas, según instituciones de investigación científica, prevenibles. Esas enfermedades, que se disparan en diversas temporadas como epidemias, incluso aquellas para las que demagógicamente se había levantado la bandera blanca -como en el caso del paludismo, la tuberculosis o el cólera- han reaparecido entre la población marginada en la era del neoliberalismo. Un aviso tremendista: Después del viaje de la Selección Mexicana de Fútbol para perder con Honduras en las jornadas eliminatorias al Mundial, algunos cronistas relataron que a su regreso a México, en el Aeropuerto Internacional capitalino la comitiva de prensa fue separada hacia una sala especial, esterilizada. Se nos sometió, dijo radiofónicamente uno de los protagonistas del episodio, a un examen de fiebre amarilla, contra la que gobiernos centroamericanos lanzaban alerta y tomaban en esos días medidas cautelares. Para el caso específico de la influenza, desde 2004, durante el gobierno del demente Fox Quesada, se planteó la necesidad de fabricar la vacuna preventiva, aun con antígeno importado. En plena crisis sanitaria actual, el secretario de Salud de Calderón Hinojosa, José Ángel Córdova Villalobos admite que esa vacuna no estaría disponible sino hasta 2011. Recientemente, en EL UNIVERSAL, el joven periodista mexicano Carlos Loret de Mola publicó una crónica de su aventura académica en la Universidad Harvard (USA). Entre los datos que consignó, aparece el de que, en el campus harvardiano, uno de los proyectos que mejores calificaciones obtiene es el del foxiano Seguro Popular (SP). El cronista describe ese éxito publicitario como obra de Julio Frenk, residente en aquel prestigiado centro de estudios. Frenk era el titular de Salud cuando la urgencia de la vacuna anti influenza fue tácitamente desoída. Dicho sea de paso, en México el SP, presentado por Frenk como un novedoso sistema alternativo de financiamiento de la política médico-asistencial, es tipificado por especialistas como una de las instituciones fallidas impulsadas por el foxismo. Peor aún, también recientemente, el mismo diario mexicano reveló que, desde el 15 de noviembre de 2007, la empresa farmacéutica (Laboratorios Biológicos y Reactivos Mexicanos-Birmex, asociada para ese efecto con la Asociación Sanofi) presentó al secretario de Hacienda y Crédito Público del calderonismo, Agustín Carstens, una iniciativa bajo el rubro Proyecto para la producción de vacunas contra la influenza/ Análisis y ahorro de divisas para México/Estudio costos-beneficios, cuyo arranque no requeriría entonces más de 20 millones de dólares. El obeso funcionario -tan espléndido con los acreedores del gobierno mexicano y tan generoso en el reparto de la reserva de divisas entre los plutócratas nacionales y extranjeros, para cuya satisfacción recurre a nuevos endeudamientos externos-, dejó de lado aquella iniciativa. Por asociación de ideas, uno no puede menos que sospechar por qué se le ha dado la categoría de porcina a la causa del drama mexicano. Para ensombrecer más el paisaje, circulan versiones de que los primeros casos del flagelo empezaron a registrarse desde diciembre pasado. En todo caso, podría haber registros desestimados durante marzo, semanas antes de que visitara México el presidente gringo Barack Obama. Ahora, con el pánico encima, el calderonismo pretende ocultar su cicatería ante las exigencias presupuestales de la pandemia, pero apela a la caridad internacional para hacerle frente. Apenas el pasado 28 de abril, el gobierno socialista de España, presidido por José Luis Rodríguez Zapatero, pese a la crisis económica que agobia a su pueblo, anunció la disposición de un millón de euros que ayuden a mitigar la contingencia. Tan creyentes que se dicen, los panistas debieran meditar si lo que enfrenta el PAN-Gobierno en los actuales tiempos no es la reproducción de los castigos bíblicos a Sodoma y Gomorra: devastadores huracanes y destructivas inundaciones; la peste económica resultante del neoliberalismo y la globalización; barbarie narca; terremotos; en fin, todos fenómenos tributarios de la ingobernabilidad. Y todavía ven la tempestad… y no se arrodillan.
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