La ideología a la vera del camino
HÉCTOR TENORIO
LA MEMORIA LANGUIDECE mientras el consumo crece. En la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), apenas se escucha una grabación del mitin del Consejo Nacional de Huelga en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, la muerte de esos jóvenes ejemplares fue en vano.
Los estudiantes de hoy está más preocupados en cómo conseguir dinero para cigarros y cervezas. Vendrán tiempo sin tanta indolencia y más conciencia. A 41 años del crimen cometido por el grupo paramilitar denominado “Batallón Olimpia” y el Ejército Mexicano, este sigue impune y sin perspectivas de que cambien la situación. La única esperanza que queda es la justicia de los muertos donde no hay discriminaciones. El tiempo no borra las huellas del crimen; Luis Echeverría, languidece de viejo y de aburrimiento.
Hace 41 años la izquierda no tenía acceso al poder, hoy se encuentra en el congreso lo tiene y se comportan como sus verdugos, son clones amarillos de la dictadura que dijeron alguna vez combatir. Cabe recordar que el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), tuvo su origen en los años que siguieron al Movimiento estudiantil de 1968. Pero es hasta a mediados de la década de los 70, que logran constituirse como partido político y hasta 1984 consiguen su registro, participando en las elecciones del siguiente año. Después se sumara al movimiento encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas; donde entre otras cosas mueren más de quinientos muertos. Esa historia de lucha y sacrificio no cuenta, hoy los corderos se unen a los lobos. Los dueños del Partido de la Revolución Democrática (PRD), aspiran a aliarse con Acción Nacional (PAN), en Oaxaca.
El PRD es la suma de su historia y de su contradicciones, por eso a nadie extraña que se encuentre sumergidos en la narcopolítica hasta el cuello, noqueado por sus propios fraudes , enemistado y envenados por el caudillismo de Andrés Manuel López Obrador, cuyo fundamentalismo ha destrozado todo aquel que no sea su proyecto personal. Su peor enemigo se llama Andrés Manuel López Obrador. No obstante, en el entierro de la izquierda, no está solo, lo acompaña hombro con hombro, el actual dirigente nacional amarillo Jesús Ortega Martínez, quien ansia que la militancia se limite a ir como “borregos” a votar; aspira a ser de izquierda en los discursos y ser derecha en los hechos.
El último espectáculo de la degradación de la izquierda se llama Rafael Acosta, conocido Juanito, quien estuvo a punto de encabezar el primer gobierno ciudadano. La mafia amarilla mando a su comisario, Marcelo Ebrad para chantajear, golpear, comprar, enfermar y sobre todo muy claro que los señores de izquierda ya no tienen nada de izquierda. Practican una política PRDista, donde exhibe y presumen sus mecanismos coercitivos y que el cinismo no tiene límites. En el lugar del folclórico “Juanito” quedara la oriunda del Salvador, Clara Brugada, claro sino pasa algo extraordinario.
EL 2 de octubre, los hoy burócratas enquistados en el poder marchan para recordar cuando eran jóvenes y tenían ilusiones, cuando nadie los podía comprar, ahora compran a la disidencia los que no piensan como ellos. Compartirán el escenario con los universitarios de hoy que ni siquiera saben que hacer de su vida, también están invitados los porros quienes reventaran el evento, la policías los perseguirán y la fotografía en los medios se repetirá año con año. Al final del evento no habrá discursos, ¿para qué? no hay nada que celebrar, la derrota es huérfana y sólo los esquizofrénico piensan que se podrá remontar en tres años y así extender la corrupción. Es el final de una generación que dejo todo en el camino incluso la ideología.
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