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La República Arde. 2010, el enigna.
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Edición 223

LA REPÚBLICA ARDE
2010, el enigma

Abraham García Ibarra
(Exclusivo para Voces del Periodista)

Abraham1Corrupción, deterioro de los valores morales y principios de la familia, falta generalizada de honradez, menosprecio de la autoridad, permisividad sexual, egoísmo e indiferencia social, política y religiosa. Y más: crisis financiera, recesión, desempleo, inquietud política, incertidumbre y desconfianza. El compendio de esas doce taras que estrangulan el espíritu nacional -todo un retrato hablado- no proviene de la oposición partidista: Lo formuló un aliado (o ex) de Felipe Calderón, don Lorenzo Servitje Sendra, uno de los más conspicuos gurús del sector empresarial. Dos días antes, la calificadora estadunidense Fitch Ratings había advertido a México la baja del grado de inversión, argumentando débil perfil fiscal estructural contra dependencia de ingresos petroleros, a la baja, y un inquietante nivel de deuda. La agencia de enfrente, Estándar & Poor’s, nos pone en remojo y el británico Financial Times, boca de ganso del neoliberalismo, apunta que, de líder latinoamericano, México pasó a colero en la región. Transparencia Internacional bajó 17 puntos a México en materia de combate a la corrupción y lo colocó en el sitio 89 entre 180 países evaluados. Con Calderón -que endroga a México a razón de mil millones de pesos diarios-, la deuda pública interna se ha elevado a tres billones 748 mil 230 millones de pesos, cuyos intereses y servicios para 2010 sumarán un costo de un billón 81 mil millones de pesos. En el mercado de trabajo, según reportes del Inegi, 12 y medio millones de mexicanos subsisten en la economía negra, cuatro millones 122 mil en el subempleo y dos millones 782 en el desempleo. Así gobierna el PAN.

La verdad engendra el odio
Juvenal 
(Por eso, la mentira es hoy la gran industria)

Con independencia de la oscura trama urdida desde las tinieblas del poder trasnacionalizado para dar al Partido Acción Nacional (PAN) la presidencia de México -suceso que la historia, jueza insobornable, se encargará de desentrañar-, hoy, 1 de diciembre, se cumplen nueve años de que Vicente Fox Quesada se instaló en Los Pinos. Su propia madre, doña Mercedes Quesada de Fox, había llegado a exclamar: “No creo que sea Presidente, no  visualizó que llegue. No creo”. Como sea, Fox Quesada, de muy raquítica y perturbada sesera, llegó a la enrarecida cumbre con un solo sustantivo como bandera, declaración de principios y programa de acción: El cambio.


Abraham2No obstante contar en su cercanía con académicos e intelectuales, para los estándares mexicanos, calificados, ni como candidato ni como mandatario Fox Quesada logró racionalizar y desarrollar esa idea-fuerza que -dada la prolongada supremacía del PNR-PRM-PRI en el poder- requería de una  innovadora y sólida elaboración doctrinaria, científica y programática.  El régimen político se mantuvo intocado, el modelo económico enervó su potencial depredador y la política social se improvisó con retacería de los programas que por décadas sirvieron al PRI como recurso clientelar. En materia de administración pública, la única novedad que ofreció el foxismo fue la discrecional institución del gobierno en condominio con la frívola figura de La pareja presidencial, que se convirtió en el eje de la más monstruosa corrupción.

En el proceso de su propia sucesión, adelantada desde antes de que se cumpliera la primera mitad del sexenio, con el único objetivo de heredar el poder a “la señora Marta”, demencialmente Fox Quesada quemó etapas, dislocó el orden institucional e hizo de la normatividad electoral ley del embudo. Con ello, Fox Quesada desencadenó una crisis política sin solución de continuidad que, hasta hoy, tiene erizadas las relaciones entre los poderes la Unión, los partidos políticos, etcétera; pero, sobre todo, desquició las relaciones de producción, cuya anarquía está provocando el peor retroceso de la economía nacional que se haya conocido desde el periodo postrevolucionario.

Hoy, 1 de diciembre, se cumplen tres años de espuriato. Al presidente designado (““haiga sido, como haiga sido”), Felipe Calderón Hinojosa, para decirlo en términos ranchero, le quedó grande la yegua. La República arde y no hay bombero con la pericia suficiente para contener el fuego. En ocasión del 20 de noviembre, como efemérides descandelarizada a sabor de los fines contrarrevoluciorios, Calderón Hinojosa pretendió hablar como el líder que no es. Perdidos los primeros tres años de su administración, que no gobierno, el presidente anunció que 2010 tendrá que ser recordado como el año de la historia de México en el cual hubo un punto de inflexión, de transformación. Transformaciones tan profundas, dijo, que tengan la misma intensidad de una revolución Otra vez, recurrió a la zanahoria del lugar común: “Debemos cambiar lo que haya que cambiar” para que los ciudadanos tengan mayores oportunidades y hagan realidad sus anhelos. Por supuesto, ni él se lo cree.

Transformaciones...

¿Pacíficas?

Un imposible, inalcanzable adjetivo le puso Calderón Hinojosa a esas ofrecidas transformaciones: “Pacíficas”, acentuó. Pero 2010 trae más candela. La República se pondrá en alerta triple A con un solo y explosivo artefacto: El calendario electoral. Trece estados estarán en disputa comicial. En diez de ellos se renovará gobernador. Pero en el total habrá cambio de mil 524 gobiernos municipales (más de la mitad de los que existen en el país) y de 451 diputados locales. El escenario no puede ser más ominoso. Hasta estudios de la Secretaría de Gobernación reconocen que más de 70 por ciento de los mexicanos no cree en espantajo llamado democracia. ¿En qué está dispuesto a creer el mexicano?. En 2010 se cumple el bicentenario de la guerra de Independencia y el centenario de la Revolución. ¿Pacíficas, las transformaciones que enuncia Calderón Hinojosa? Ni él se lo cree. El enigma queda abierto. Los signos de incertidumbre hacia el 2012 no están en el vientre de las aves. Ese es un desafío para hombres verdaderos. ¿Los hay todavía?

Le dan bola al Presidente designado

Los encuestadores encargados -factura de por medio- de darle masajes al ego presidencial, se obcecan en mantener el indicador de aprobación a Felipe Calderón Hinojosa por encima del 60 por ciento. ¿Por cuál de las siguientes razones, se quiere hacer creer que los mexicanos aman al presidente designado, que cumple el 1 de diciembre tres años en el aciago encargo?:

  1. En menos de un  año, el México “gobernado” por Calderón ha descendido 17 sitios -del 72 al 89 entre 180 países evaluados- en el Índice de Percepción de la Corrupción, confeccionado por Transparencia Internacional. En el combate a esa devastadora peste, México apenas califica con 3.3 en una escala de 10 puntos. Ni los reyezuelos negros de África (Manuel Gómez Morín dixit) podrían calificar peor.
  2. De acuerdo con datos contenidos en reportes de organismos estatales e instituciones privadas, la deuda pública durante el gobierno de Calderón se ha disparado hasta el descomunal monto de tres billones 748  mil 230 millones de pesos, suma de los papeles gubernamentales colocados en el mercado financiero, los emitidos por el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB, depositario de la podredumbre del Fobaproa) y trácalas como las de los Pidiregas, etcétera. El acumulado del débito es 572 mil millones de pesos superior al presupuesto federal para 2010, que se fijó en tres billones 176 mil millones de pesos. En la lectura de algunos analistas, el endeudamiento ha galopado durante el gobierno calderoniano a un ritmo de mil millones de pesos diarios. Para 2010, el gobierno de Calderón habría destinado un billón 81 mil millones de pesos por concepto de intereses y servicios. Esta es uno de las más ricas vetas de la que extrae sus ganancias la banca extranjerizada.  Desde otro enfoque, la carga sobre los hombros de los mexicanos equivale al 30.7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Por eso, millones de compatriotas no pueden abonar a sus plásticos, causa por la cual han acumulado una cartera vencida de más de 64 mil millones de pesos. Aun con ese boquete del tamaño de un cráter lunar, calificadoras como Mody’s le obsequian al gobierno mexicano la llamada “calificación soberana”. Sobre todo soberana. En la gestión de esos certificados que, desde luego, no son gratuitos, anduvo hace algunas semanas por las capitales financieras de los Estados Unidos el secretario de Hacienda, Agustín Cartens Cartens.
  3. Según el gubernamental Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la economía mexicana llegó, entre junio y septiembre de 2009, a su cuarto trimestre consecutivo en el tobogán, acumulando 8.1 por ciento de deterioro, lo que representa en números absolutos una caída en el último año de un billón 557 mil millones de pesos del valor del PIB.
  4. El propio Inegi reveló en la primera quincena de noviembre que el desempleo  en México llegó a un nivel histórico, situándose en 6.2 por ciento, casi 200 por ciento por encima del estimado para 2008; esto es, un total de dos millones 935 mil 216 individuos. El censo de los ocupados en la economía negra reportó casi 12 y medio millones de personas. Aleatoriamente, para octubre pasado, la erosión del salario real de los trabajadores se había prolongado durante 19 meses consecutivos. Para ilustrar nuestro optimismo, analistas de Banamex calculan que, frente al incremento del desempleo (enervado por el cese de trabajadores y empleados de Luz y Fuerza del Centro y de fuentes de ocupación relacionadas) y las expectativas inflacionarias, la suerte futura del poder adquisitivo de la clase trabajadora no será positiva.
  5. Mientras que el gobierno deja embarradas en el papel las políticas públicas para el desarrollo agropecuario, 12 millones de pobladores rurales viven en pobreza alimentaria y 23.4 millones en pobreza patrimonial, en ambos rangos cercanas a la miseria. No hace mucho, el relator especial en México de las Naciones Unidas para Derechos Humanos de los Migrantes, doctor Jorge Bustamante, denunció, con pruebas audiovisuales al canto, que al menos un millón de mexicanos, la mayoría indígenas “enganchados” en territorios del sur, son explotados, “en grado de esclavitud”, en los valles agrícolas del norte de México. Para los niños jornaleros, agregamos nosotros, no se hizo la Ley Federal del Trabajo, cuya violación ha sido convertida en deporte nacional por el titular de la STPS de Calderón, Javier Lozano Alarcón.
  6. En tanto, como política pública, el hace poco defenestrado subsecretario de Fomento a los Agronegocios de la Secretaría de Agricultura, Jeffrey Max Jones Jones, terminó su gestión recomendando a los campesinos seguir el ejemplo de los narcos, impulsores, dijo, de un sector que ha aprendido a identificar un mercado y crear una logística para surtir y desarrollar una plataforma, a fin orientar su aparato productivo a satisfacer la demanda de los consumidores. Nomás le faltó postular como paradigma de eficacia competitiva a Joaquín El Chapo Guzmán Loera, timbre de orgullo nacional engomado en las aromatizadas postales  de Forbes. Dicho sea de paso, en los dominios de El Chapo no se pone el Sol: suya es Centroamérica.
  7. No es, ese, el único mérito de los mafiosos: También han sido hábiles en esquivar la ley. De acuerdo con análisis de la Procuraduría General de la República, entre enero de 2007 en que Calderón se enzarzó en su guerra contra el crimen organizado, a septiembre de 2009, de 226 mil 677 individuos capturados por su presunta implicación en el narcotráfico, 75 por ciento (esto es, tres de cada cuatro) ha sido puesto en libertad. Más de 17 mil ejecuciones en tres años… y contando, ha sido el costo de la permisividad disfrazada de energía gubernamental, tan eficaz que ya se multiplican las voces que claman por la presencia de los cascos azules de la ONU en nuestro solar patrio. Más peligroso aún: En su sección Fuerzas Armadas, ya citada en otras ocasiones en este espacio, Javier Ibarrola reprodujo recientemente el mensaje de una de sus lectoras, María Eugenia Guerrero: “Me pregunto en el estado actual de cosas, con un presidente inepto que solapa la corrupción y que ha incendiado al país y además no sólo eso, sino que sigue echando leña al fuego, me pregunto -repite- ¿no habrá manera de que el Ejército le ponga un alto, dentro de la ley, sin que implique un golpe militar pero sí una llamada de atención, en lugar de seguir permitiendo que lo enloden y le maten a sus soldados? Más electrizante expresión del hartazgo no puede haber.
  8. Si fuese menester formular una apretada síntesis de la aptitud del calderonismo para hacer frente a la tragedia nacional, bastaría con citar al Premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, quien en casa de jabonero sostuvo que el desempeño del gobierno de México para sortear el remezón de la crisis económica ha sido uno de los peores del mundo, a diferencia de Brasil y Australia, que acometieron los riesgos con una reacción gubernamental más fuerte y rápida.
  9. Ahora que -si de paisanazgos forzados se trata-, el michoacano hecho en los Estados Unidos, el astronauta abraham3José Hernández, le recomendó a Calderón que  México siga el ejemplo de Brasil, tanto por su inversión en ciencia y tecnología, como por ser ya una potencia aeroespacial. “Deseo ver un México desarrollado, con industrias competitivas, empleos calificados y, sobre todo, aprovechando nuestros talentos”. Ay, tan cómodo que es pretender la salvación del infelizaje soltando la rienda a la contratación de franquicias extranjeras para esto y para lo otro. Dicho mejor: patentar como propia la ley del menor esfuerzo, pues, como lo expresa la panista presidenta de la Comisión de Educación del Senado, María Teresa Ortuño, lo deseable es que las instituciones de enseñanza superior vivan con el cinturón apretado, de frente a una burocracia que no tiene llenadora, según lo confirman pagos hasta de mil 200 pesos diarios a probos magistrados, para que nuestra democracia “siga creciendo”. ¡Qué tal!

¿Quien cree en las encuestas que le endulzan y agitan las meninges al presidente designado? Como corolario, ni se requiere repetir que, como gobierno, al Partido Acción Nacional (PAN) se le ha hecho bolas el acedo engrudo, seguramente porque la levadura fue adquirida en los tianguis de la piratería. Eso ha quedado científicamente comprobado.



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