A FUEGO LENTO

ENRIQUE PASTOR CRUZ CARRANZA

Montaje

“La hipocresía es el colmo de todas las maldades”

MOLIÉRE

En medio de auténticas incongruencias, datos que no representan ninguna lógica de conducción en la vida del  lúgubre personaje que significa -indiscutiblemente- la decadencia del ejercicio de la política bajo la premisa de la inescrupulosidad, donde los fines, justifican los medios; se dio la noticia de la desaparición de Diego Fernández de Cevallos a  inoportunas horas, vísperas de que el usurpador presidencial  Felipe Calderón Hinojosa, iniciara su tour internacional a Europa, donde la Corona Española y la extrema radical derecha de la península Ibérica le otorgó un reconocimiento, con honores de héroe por su majestad Juan Carlos de Borbón (representado por el príncipe), exaltando todos los servicios prestados a la Madre Patria de esta peculiar figura impuesta a los mexicanos como titular del Ejecutivo y que ha significado para los españoles (después de Hernán Cortés en América) el más productivo apátrida que ha sido parido en el mestizaje de La Nueva España, en beneficio de quienes, no teniendo ni petróleo, ni gas, ahora resulta son de vital urgencia que se apoderen de Pemex y la CFE para que las cortes y noblezas de la superada conquista, retornen a su hegemonía integral   en  México que con tanto éxito lleva avanzada en más de 15 Estados, el Grupo Energético del Sureste ESGES del patriarca Carlos Mouriño Atanes, ex mariscal peninsular de los Amigos de Fox y auténtico maniqueísta de las decisiones que se toman en contra del patrimonio energético de todos los mexicanos.

Diego, el tristemente célebre “jefe” operador salinista de la “mafia de las concertacesiones”, indiscutiblemente ha escrito su nombre con letras de heces  y sangre en los sumideros de la historia, representando la mezquindad ilustrada en su máxima prepotencia e intolerancia. Es el símbolo de la decadencia republicana, el icono de los tráficos de influencia, abuso de poder y blindaje de impunidad a todas sus acciones, que van, desde su inmoral omisión en los extraños accidentes del ex candidato democrático del PAN a la presidencia  Manuel J. Clouthier, del senador nacionalista José Ángel Conchello, quien denunció los acuerdos  de alta traición sobre la Isla Bermeja y el Hoyo de Dona; hasta la quema de boletas y el recinto de la Cámara de Diputados, para borrar todo indicio del fraude electoral de 1988 y ni qué decir,  su participación en los vergonzosos atracos (legalizados) del FOBAPROA, el tongo del 2000 y el fraude con sus cómplices del PRIAN el 2006 para entronizar en Los Pinos la tragedia disfuncional,  patológica y  aguda dipsomanía que representa Felipe Calderón.

Muchas son  las versiones del extraño caso de Diego Fernández que de la nada, desaparece en su rancho-nido de amor, dejando solamente unas manchas de sangre (roja) y muchas interrogantes que no encajan con las interpretaciones iniciales de un posible secuestro, ajuste de cuentas, objeto de trueque y   hasta la pícara versión por arrebatos pasionales que cuando se encuentra en la  etapa cronológica-decrépita-senil suelen tener desenlaces de telenovela con horario estelar y su anexo: “¡Aunque Ud. no lo crea!, pudiendo significar un nuevo capítulo para las compilaciones históricas hormonales  del maestro y escritor  Francisco Martín Moreno.

Las faramallas de su alumno, convertido en vocero del drama Antonio Lozano Gracia, aumentan la intensidad del presunto melodrama, estando en vilo, la natural posibilidad de convocar con aptitud de emergencia, una calificada comisión de brujos, médiums, santeros, yerberos y chamanes  que nos den la certidumbre de poder establecer contacto fiable  y saber si está tramitándole un amparo en el infierno al incomparable   Marcial Maciel, está secuestrado, de luna de miel o pasando el cáliz de no poder sacar fuerzas de su pasado, a requerimientos del presente. No puedo sentir más que una profunda indignación, por el escenario dantesco que hoy se vive en toda la patria para tratar de convertir en “Pepe el toro”  a Diego.

Más de 23 mil asesinatos por culpa de Felipe Calderón y su espurio gobierno. Plena impunidad a la muerte de  49 niños  inocentes de la guardería ABC de Sonora, siendo inaceptable que a un año, aún no se  tengan culpables en las cárceles  y los padres de estos ángeles, siguen sangrando del alma y exigiendo justicia o los deudos de 22 seres humanos  quienes murieron en la Plataforma Usumacinta en el Manto Cantarell  Pemex y que gracias al Premio Nobel de Química Mario Molina terminaron siendo culpables de su propia tragedia.    ¿Cuándo sabremos de alguna investigación real para encontrar a los asesinos materiales e intelectuales de 60 periodistas  y de ocho que están desaparecidos desde el inicio del 2000, sin que se vea el mínimo interés por resolverlos?

La historia actual de Fernández de Cevallos adquiere la vertiente que va a la teoría  Burlesque (Producciones Antonio Solá y CIA) orquestado, para verlo aparecer- después  que FECAL concluya su recorrido intercontinental  valiente-  como el Mesías Barbado  que (sano  salvo y viril)  logró superar con su arrolladora personalidad la infamia delincuencial y buscará salvar del flagelo ( todo parecido al montaje de la pandemia  A–H1N1, es pura coincidencia) tomando la bandera trigarante del PRIANRED, para cumplir la misión neo-colonizadora del neoliberal  “Plan 2030”.

De ser un desenlace trágico no me gustaría que para inmortalizarlo, se tenga la bribonada de erigirle un monumento al Bicentenario de la Independencia en nuestra mancillada “Avenida de los Héroes” en la capital Campechana  a lado del  ex Secretario de Gobernación Juan Camilo alter ego de la ridícula minoría que junto con el usurpador  Felipe Calderón   tienen secuestradas nuestras instituciones.

¡Protesto lo necesario!

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