Tres tristes gobernadores
Héctor Tenorio
Las victimas de la guerra sucia empiezan a reventar. Los gobernadores Fidel Herrera Beltrán de Veracruz; Mario Marín de Puebla; Ulises Ruiz de Oaxaca han quedado exhibido como delincuentes electorales. A esta lista se suma el gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio, por su intromisión directa en el proceso electoral, favoreciendo a los candidatos del tricolor. (De este cuarteto de políticos sólo el gobernador de Hidalgo tiene posibilidades de continuar su carrera). Todo ellos rendirán cuentas ante la Fiscalía Especializada para Delitos Electorales (Fepade). Sin que pase absolutamente nada. La defensa de los priístas se basa en que el gobierno federal utiliza los sistemas de inteligencia. En consecuencia el aparato burocrático juega en contra de la oposición.
Él más desconcertado es Herrera Beltrán quien ahora solicita a las autoridades migratorias una explicación de la situación legal de dos ex integrantes de los aparatos de inteligencia israelís que están operando en la campaña del candidato a la gubernatura de la coalición Viva Veracruz (PAN-PANAL), Miguel Ángel Yunes Linares. Son cortinas de humo. Se calcula que Fidel Herrera desvió por lo menos mil millones del presupuesto estatal en este proceso electoral.
Por su parte, Mario Marín analiza la posibilidad de emprender una denuncia penal en contra de quien resulte responsable por la creación y difusión de una serie de cinco capítulos que pueden observarse a través del canal de videos YouTube y que adjudican al gobernador la comisión del delito de estupro.
Mientras que los representantes de los partidos políticos que conforman la Coalición Unidos por la Paz y el Progreso de Oaxaca en sesión extraordinaria del Instituto Estatal Electoral (IEE), solicitaron la renuncia de José Luis Echeverría Morales, Presidente Consejero de ese órgano electoral, luego de difundirse las llamadas telefónicas que éste sostuvo con el gobernador del estado, Ulises Ruiz Ortiz, a quien le informó cómo se repartirán las boletas y cuántas se imprimieron.
FIDEL HERRERA MARIO MARÍN ULISE RUIZ
Los tres tristes gobernadores, se niegan aceptar la hipótesis de fuego amigo. No podemos olvidar que si alguien sabe de espionaje y del uso de inteligencia con fines políticos es el Partido Revolucionario Institucional (PRI). En noviembre 2008, en el estado de México, operaba un centro de espionaje telefónico que vigiló a personajes políticos de manera ilegal. Entre los sujetos espiados se cuenta a Gustavo Madero, coordinador de los senadores del PAN, también al ex secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y al el coordinador de los senadores del PRI, Manlio Fabio Beltrones. Todos fueron espiados por Enrique Peña Nieto.
La Procuraduría General de la República mantiene un expediente de espionaje telefónico que vincula al Gobernador del Estado de México, Peña Nieto, con una red de escuchas, integrada por ex funcionarios del CISEN (Centro de Investigación y Seguridad Nacional), que cobraban en la nómina de la Secretaría General de Gobierno mexiquense.
La tesis del fuego amigo se va configurando y tomando forma. El objetivo de Peña Nieto fue golpear a estos gobernadores, frenarlos en seco, en sus aspiraciones para alcanzar la presidencia del PRI. Ellos representan el ala más dura del tricolor. Su imagen va en detrimento de la nueva imagen del PRI.
Para evitar todo este desorden de corrupción y engaño se requiere que la sociedad se organice para evitar el regreso de este viejo PRI, con las mismas prácticas, los mismos vicios, las mismas actitudes de antaño. Resulta urgente ponerle un alto a este grupo de gobernadores que a toda costa intentan mantener el poder a cambio de impunidad. Son el club de Toby, pero en versión XXX.
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