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Edición 237 | ||||
Escrito por MOURIS SALLOUM GEORGE | ||||
Miércoles, 30 de Junio de 2010 14:50 | ||||
¿Qué fue del humanismo cristiano?
Entre el rico acervo documental recuperado para exhibirlo como evocación de
En pleno vendaval económico desatado por el error de diciembre de 1994, el presidente Ernesto Zedillo se dio como prioridad, sin embargo, dar golpe de timón contra el Poder Judicial de
Tres años después (6-XI-1997) en pleno, los ministros de
No es la defensa del juicio de amparo, lo que ahora nos llama la atención. Consideramos que el quid del asunto, de ahí que califiquemos insólito el manifiesto, es el alegato de los ministros que se apoya en los artículos 39 constitucional, que establece que la soberanía reside en el pueblo; el 41, que señala que el pueblo ejerce esa soberanía por medio de los Poderes de
Loable, el reconocimiento de la soberanía popular y su ejercicio por medio de los Poderes de
Once meses después, octubre de 1998, precisamente en juicio de amparo, los mismos ministros de
Pero, vamos: En aquel documento comentado, está la reivindicación del Judicial como poder político por los ministros firmantes, algunos de los cuales permanecen en activo, sentencia que sentencia. En enero de 1961, un ministro de
Tomamos al azar: “Ética y política: La noción de persona, del hombre fin en si mismo, es el eje ético sustentador de la idea pura del Estado que brota, como planta de su semilla, de la coincidencia esencial de la ética, del derecho y, consiguientemente, de lo político. Todo se traduce o expresa en conducta humana. Ningún acto jurídico -y ningún acto del hombre- es indiferente a la ética. Y el hacer político, por político -por referirse al Estado o ser del Estado- no se sustrae al juicio ético, ni a las exigencias de lo jurídico, y como la ética y como el derecho, la política: es decir, el Estado, tiene sus raíces más allá o más adentro -donde se forja el rayo que ilumina con la luz que viene de lo alto- de la conciencia de la persona humana: alta y luminosa la luz de ese rayo en la medida en que la persona haya ahondado en si misma”. (Alfonso González Posada y Biezca, Tratadista español.)
Lo que el ministro Ramírez pretendía con su obra, era derivar, del pensamiento de los clásicos, enseñanza y ejemplo. Advertía: En las clases directoras y en los simples ciudadanos es de pedirse más dedicación a la política. Hay que destruir viejos prejuicios de indiferencia y abstención, porque es criminal el abandonarla al dinamismo de los más audaces. Un alejamiento prolongado de las prácticas cívicas, ha sido siempre el origen de la dictadura.
Pero hay, en la presentación de la obra por el mismo autor, un rescate de Jacques Maritain, padre doctrinario de los fundadores del Partido Acción Nacional: El hombre del humanismo cristiano sabe que la obra común debe tender, sobre todo, a mejorar la vida humana misma, a hacer posible que todos vivan en la tierra como hombres libres y gocen de los fruto de la cultura y el espíritu. Sabe que la autoridad de quienes están a cargo del bien común y que, en una comunidad de hombres libres, son designados por el pueblo, se origina en el Autor de la naturaleza y está ligada a la conciencia, siempre que dicha autoridad sea justa (…) el hombre del humanismo cristiano no busca una civilización meramente industrial, sino una civilización íntegramente humana y de inspiración evangélica”.
La esencia de este tema es, pues, la cuestión, más que de la ley, de la justicia. Es el caso que, al ventilarse recientemente el criminal asunto de la guardería ABC, de Hermosillo, donde perdieron la vida 49 niñas y niños y otros tantos quedaron expuestos al trauma de la invalidez, cabildeados ministros de
Cuando iba a tratarse el asunto de
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