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Edición 241 | ||||
Escrito por ABRAHAM GARCÍA IBARRA | ||||
Martes, 31 de Agosto de 2010 11:40 | ||||
PAPELES AL VIENTO
Los nacidos para perder
* Ni están todos los que estuvieron; ni estuvieron todos los que están
ABRAHAM GARCÍA IBARRA (Exclusivo para Voces del Periodista)
RECUADRO
Cuando planteamos, con los corchetes debidos, la duda sobre si habrá elecciones en 2012 -de sucesión presidencial-, resulta natural que los de la “clase política” se desgarren las vestiduras. Ellos, responsables de la degradación y el envilecimiento de la política. El tema es qué papel se asignarán las Fuerzas Armadas en ese proceso de impredecibles desarrollo y desenlace en un clima de ingobernabilidad galopante. En el registro cotidiano de la incesante parlocracia, nos parece normal que aparezcan voceros castrenses anunciando resultados de las operaciones en los que participan comandos y tropas militares. No parece tan normal, que funcionarios militares que no intervienen directamente en esas acciones sean colocados a mitad del foro para expresar de su ronco pecho criterios relacionados con la permanencia del Ejército en las calles. Sin embargo, conviene subrayar que las corporaciones castrenses se pliegan a la autoridad de quien reconocen como comandante supremo de las Fuerzas Armadas: el presidente de
Cuando se habla desde el campo Marte
Cuando estas líneas estén a la vista del lector, al presidente designado Felipe Calderón Hinojosa -si los dioses, veleidosos como son, no disponen otra cosa- , sólo le restarán 26 meses en Los Pinos y dos entregas del “Informe General del Estado que Guarda
Evento propio de la parlocracia galopante aquél, fue bajado de decibeles por la estridencia de la política a “la mexicana” que, dicho por el austriaco Carlos Clausewuitz, es la continuación de la guerra por otras vías. Guerra sucia por añadidura, que achica la dimensión de las desatadas por el PRI contra los réprobos del México lindo y querido. Guerra en la que no se distinguen ya los patos de los cuernos de chivo.
Julio de 2012 es
Gobernantes de dudosa representatividad
De la perspectiva realista de 2012, la clave la dio recientemente en Morelia, Michoacán, cuna del presidente designado, el coordinador residente de
Para ilustrar nuestro optimismo, en el mismo foro no podía faltar el consejero presidente del Instituto Federal Electoral, Leonardo Valdés Zurita, quien, de su lado, aseguró que, a pesar de los problemas que existen por la presencia del crimen organizado, en los procesos de julio se logró la seguridad de los votantes… se deben pulir los instrumentos para impedir que dinero ilícito ingrese a los partidos o candidatos.
Situados, pues, en el 2012 como si fuera hoy, aunque falta que corra mucha sangre bajo los puentes, vamos a otear la perspectiva desde el lado más oscuro de las aspiraciones frustradas desde que el PRI inició su cuestionado reinado y Miguel Alemán Valdés (1946-1952) promulgó una nueva Ley Electoral, que creó
Miguel Alemán Valdés inauguró el civilismo. Miguel Henríquez Guzmán, primer “presidente legítimo”.
Muchos los llamados; pocos los elegidos
Sin compadecerse de sus propias limitaciones y miserias, y sin aceptar que presidencia de México sólo hay una, en cada sucesión se forman cohortes ansiosas que olvidan la sentencia de que muchos son los llamados y pocos los elegidos.
Para el relevo del general Manuel Ávila Camacho en 1946, la cosa no fue diferente en el recién estrenado PRI: Por su tinte truculento como carta de presentación priista, el primer caso que merece mención es el del hidalguense Javier Rojo Gómez, regente del Distrito Federal en el gabinete de Ávila Camacho. Con independencia de sus posibilidades reales, su tentativa escandalizó porque, para echarlo de la competencia, fue necesario que el gobierno urdiera el encarcelamiento, sin previamente instruirles y resolver proceso de desafuero, de los diputados federales Carlos Alberto Madrazo, Pedro Téllez Vargas y Maximiliano Joffre, a la vez coordinadores de las bancadas parlamentarias de los sectores popular, obrero y campesino, respectivamente, quienes, en tal carácter tejieron redes de apoyo a Rojo Gómez en
Ezequiel Padilla. No le bastó el Departamento de Estado (USA).
Como signo revelador de que algunos creían, y siguen creyendo, que nadie llega a Palacio Nacional sin ser ungido antes por
El caso de Miguel Henríquez Guzmán
Si no vale la pena abundar en el nombre del secretario de Agricultura y Fomento, Marte R. Gómez, si lo vale la primera tentativa del general Miguel Henríquez Guzmán, hombre de armas que, reconocido por su lealtad a su superior y amigo Lázaro Cárdenas, escuchó el canto de
Aleatoriamente, no es que Cárdenas se sintiera necesariamente en deuda con Alemán Valdés, pero el 11 de marzo de 1938, una semana antes del decreto de Expropiación Petrolera, el entonces sonriente gobernador de Veracruz recibió un soplo providencial, reunió ese día a un importante grupo de gobernadores y, en presencia del embajador de los Estados Unidos en México, Josephus Daniels, expresó un mensaje de solidaridad al Presidente, de cara al conflicto con las compañías petroleras. “El ambiente de paz con el exterior -declaró- hacen más recia la obligación en que estamos de laborar de manera efectiva por la abolición real de cuanto en nuestro ambiente significa sujeción al imperialismo…”. Cárdenas no olvida: Ocho años después, Henríquez Guzmán queda en lista de espera para una segunda vuelta, y Alemán Valdés surge como portaestandarte del civilismo y primer presidente emanado del PRI.
Una perla alemianiana en su toma de posesión: “La moral es un patrimonio del pueblo, tan importante como la riqueza material. Queremos, por eso, insistir, en los conceptos de responsabilidad ciudadana y moralización pública que serán normas fundamentales del gobierno. Los funcionarios serán los primeros en el cumplimiento de estos propósitos…”. Je je je, extraño sonido gutural surgido de la cabeza del veracruzano Fidel Herrera Beltrán 64 años después.
Adolfo Ruiz Cortines, el fraude electoral.
La segunda vuelta de Henríquez Guzmán
Sobre la segunda vuelta del general Henríquez Guzmán, es el siguiente apartado, porque, a diferencia de la precampaña frustrada en 1944-45, la campaña para el cambio de guardia en Palacio Nacional en 1952 alcanzó, en calidad y riegos, dimensiones que estuvieron a punto de retrotraer al país al militarismo actuante, desde el mismo momento en que sus partidarios más conspicuos, insinuaron al aspirante presidencial de “la traición” de su ex jefe y “casi hermano” Lázaro Cárdenas, quien, en honor a la verdad, había ocupado los meses previos en desmontar la tentativa reeleccionista del alemanismo. Una amenaza que documentan diversas fuentes y que el jefe del Ejecutivo no se preocupó por exorcizar expresamente en el momento en que se gestó.
Las expectativas de Henríquez Guzmán se basaban en un supuesto pacto por el que retiró su candidatura en 1945, bajo el compromiso de que le tocaría gobernar el país en el siguiente sexenio, razón por la cual, la de 1952, se dio como un campaña adelantada desde que Alemán Valdés dio a conocer su gabinete, cuya nómina tuvo como dato significativo que no apareció el nombre de quien, por circunstancias fortuitas -la muerte de su titular-, pasó a ocupar
Del primer círculo de Alemán Valdés, los personajes mejor posicionados fueron el campechano Héctor Pérez Martínez, en
Nueva amenaza de sublevación militar
Sin expectativas objetivas dentro del PRI, el general Henríquez Guzmán transformó su Gran Frente Popular Democrático Mexicano, creado en 1944, en Federación de Partidos del Pueblo Mexicano. Se campaña tuvo como centro de gravedad un doble eje: Desempolvó el expediente que imputaba colaboracionismo de Ruiz Cortines con las tropas estadunidenses que invadieron Veracruz en abril de 1914, y la denuncia de corrupción del gobierno de Alemán Valdés, acusación que, además, compartía gran parte de la sociedad mexicana.
Si un dato parece anecdótico en esa campaña, es la participación del entrañable entonces joven, recientemente fallecido, Carlos Monsiváis; no lo es tanto la adhesión de intelectuales maduros de militancia progresista de corte izquierdista. Pero la base más poderosa de la candidatura henriquista fue la de los militares identificados con el cardenismo, como el general Francisco J. Múgica. Mención especial merece el general Marcelino García Barragán porque, 16 años después, como secretario de
Vicente Lombardo Toledano, con Ruiz Cortines, al registrar el Partido Popular Socialista, antes Partido Popular.
Los resultados oficiales de aquella elección, denunciada como fraudulenta, dieron a Ruiz Cortines 74.13 por ciento de la votación;
La otra oposición: La democracia sin demócratas
González Luna, aliado de Manuel Gómez Morín en la fundación del Partido Acción Nacional (PAN), fue el primer candidato pleno de éste partido. Fue, dicho sea de paso, uno de los sujetos de idolatría del biógrafo del partido, don Luis Calderón Vega (+), padre de Felipe Calderón. Fundado en 1939, el PAN indujo a parte de su militancia en favor de la candidatura rebelde de Juan Andrew Almazán en las elecciones de 1940. Para las elecciones de 1946 no pudo convencer al revolucionario y crítico de
Del “pico” de aquella votación de 1952, se sigue que hasta de algunas estadísticas electorales suprimen a su destinatario. Un cuarto candidato en esos comicios fue Vicente Lombardo Toledano, que contendió por el Partido Popular, por él creado en 1948, al romperse su dominio en el control de
Lombardo Toledano, de prolífica biografía, fue incluido en la nómina de los Siete sabios de México, en la que compartió experiencias con Gómez Morín. Filósofo que destacó como uno de los más cultos y tenaces propagandista del Materialismo dialéctico, fue también postulante de la vía mexicana hacia el socialismo. Diputado en varias ocasiones (la última coincidiendo con el jefe nacional del PAN, Adolfo Chistlieb Ibarrola), fue, no obstante su condición de intelectual, el primer gobernador obrero de México, al cubrir interinamente la gobernación de Puebla en los años veinte del siglo pasado. Militante en More articles by this author
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