- Una guerra sin cuartel entre los carteles
- La vida azarosa de los Grimaldi
- Suman Vega Sicilia y familia Rothschild
El gobierno de Felipe Calderón debe dar prioridad a la protección de la libertad de expresión en su agenda, porque la violencia, el miedo y la autocensura están socavando un derecho humano fundamental y poniendo en riesgo la estabilidad de la democracia mexicana.
Se sabe que la intensa ola de violencia que sacude al país, en medio de una tremenda guerra sin cuartel entre varios de los poderosos carteles del narcotráfico, tiene amordazado a los medios de comunicación “en un contexto de autocensura generalizada” (así opina el analista Carlos Lauría, coordinador senior del Programa de las Américas para la Protección de Periodistas de Nueva York), que está impactando al periodismo de investigación. La situación se volvió insostenible para los periodistas que informan desde áreas controladas por los carteles.
México superó ya a Colombia – sin embargo, Venezuela se lleva las palmas en el renglón de 46 secuestros que se llevan a cabo diariamente-- como el país de más riesgo “para el ejercicio de la profesión en Occidente”. Hablo de 51 periodistas asesinados desde 1992, al menos 22 de ellos “en represalia directa por su labor”, y 10 reporteros desaparecidos desde hace cinco años y medio.
En nuestro país, el delicado problema de la violencia no sólo está restringido a la libertad de prensa. Existen números impactantes: 28.000 asesinatos vinculados con el crimen organizado desde que asumió la presidencia Felipe Calderón (2006). Y por supuesto, miles de compatriotas se ven privados de su derecho constitucional a la libertad de expresión.
Y lo peor: las organizaciones criminales –como subraya Lauría--, “ya transformadas en grupos transnacionales que operan en muchos países –sí, leyó usted bien--, manejan un poder de influencia cada vez mayor que abarca a todos los sectores sociales”. El reciente secuestro de cuatro periodistas y la exigencia que dos cadenas de televisión difundieran videos como condición para liberarlos fue un hecho sin precedentes en esta escalada de violencia. No hay castigo para los responsables. La norma es la impunidad. En el Congreso, mientras tanto, se encuentran estancadas iniciativas (¿por qué será?) destinadas a que la federación tenga jurisdicción amplia en la investigación de casos involucrados con el ejercicio de la actividad periodística y la libre expresión. O sea, el narcotráfico también manipula a periodistas y medios “para enviar mensajes a sus rivales”.
UNA DE LAS GRANDES PROTAGONISTAS
Finalmente, Alberto de Mónaco se decidió a cumplir con su ¿obligación? Como príncipe ha anunciado su compromiso matrimonial con la nadadora sudafricana Charlene Wittstock. El hijo de Rainiero y Grace ha sido objeto de debates por sus preferencias sexuales
El Principado de Mónaco, considerado un paraíso fiscal y una de las zonas residenciales más lujosas del mundo, si quiere seguir existiendo como tal depende, en gran parte, de que la familia Grimaldi (en México viven familiares de ellos, los De Teresa y Polignac) “mantenga en pie la dinastía”. Alberto, que había defendido su soltería “a capa y espada”, decidió comprometerse a sus 52 años con la mujer a la que conoció en 2001 y con la que vivía desde hace cuatro años. Ella tiene 32 años.
Nadie puede dudar de que la familia Grimaldi es una de las grandes protagonistas de las revistas de la crónica social (este columnista estuvo en Mónaco, durante la boda de Carolina con el ex play boy Phillipe, Junot; en otra ocasión, invitado por la Societé de Bans de Mer, y la última con la colega Rocío Villagarcía). Las hermanas de Alberto, Carolina y Estefanía, suman entre las dos cuatro matrimonios, tres divorcios y siete hijos.
Cuando Carolina se reponía del divorcio de su separación con Junot, un accidente acabó con la vida de su madre, la princesa Gracia de Mónaco. Era el 13 de septiembre de 1982. Un año después se casaba con el multimillonario italiano Stefano Casiraghi. Se casaron por lo civil el 29 de diciembre de 1983 y tuvieron tres hijos: Andrés Alberto, Carlota y Pierre. Pero otro grave accidente (opinan que fue otro asunto relacionado con la mafia) marcó la vida de Carolina, ya que como señalé, Stefano murió en un accidente náutico. En 1999 rehizo su vida junto a un amigo de toda la vida, el príncipe Ernesto Augusto de Hannover, y nació su hija Alejandra. La pareja dejó de convivir hace trece meses. Por su parte, Estefanía, tras múltiples romances, se matrimonió con su guardaespaldas Daniel Ducruet y tuvo dos hijos, Louis y Pauline. Se divorció y de una relación con otro guardaespaldas nació Camille.
Lo único que sorprendió en Estocolmo (durante la boda de Victoria y Daniel de Suecia) e incluso fue interpretado como ¿un fallo de protocolo?, fue la presencia de Charlene junto al príncipe, ya que a este tipo de ceremonias de alto rango sólo se acude con acompañantes oficiales y ella todavía no lo era. Charlene, nacida en Zimbabwe pero nacionalizada sudafricana, ganó una medalla de oro en la especialidad de 200 metros espalda.
UNA SOCIEDAD CONJUNTA
Cuando uno ha viajado largo tiempo por Francia y España, además de haber valorado sus mejores viñedos, puedo asegurarle que una o dos copas de un buen tinto (mi favorito: Cháteau Petrus 1982), son sumamente beneficiosas para la salud de un mortal. Así lo subraya la Biblia (en una de las cartas del apóstol Pablo) y los científicos de la era moderna.
Y claro, el Grupo Vega Sicilia en España (fundado en 1864, con una facturación en torno a los 40 millones de euros) suma ahora a su bodega matriz de Valbuena de Duero, Bodegas y Viñedos Alión (léase: Peñafiel), constituida en 1991 con una inversión de 20 millones de euros y una superficie de 120 hectáreas, y Bodegas y Viñedos Pintia (San Román de Hornija, en Toro, constituida en 2001 con una inversión de 13 millones de euros y unas 100 hectáreas de viñedos).
En los casos mencionados se ha mantenido la misma filosofía que para la bodega matriz. Por ende, suma ahora con la familia Rothschild, ya que se acaban de unir para construir una bodega en la Rioja Alavesa, con una inversión aproximada de 36 millones de euros. Esto es un ejemplo de lo que las bodegas mexicanas (Madero, Domecq, Monte Xanic, Casa de Piedra, Camou, etcétera) deberían hacer, combinando sus inversiones con bodegas europeas y de esa forma abaratar sus vinos, ya que los vinos mexicanos (sí, los hay excelentes, pero carísimos y no pueden competir con el precio—calidad de los españoles, chilenos, argentinos, californianos, surafricanos, australianos, neozelandeses y muchos más.
El barón Benjamín de Rothschild (que una noche estuvo presente en casa de Alejandro y Alma Vargas, para degustar vinos mexicanos) es el socio principal de un grupo financiero dedicado a la gestión de capitales, ya que mueven un volumen de 110.000 millones de euros y, además, tiene ya una importante presencia histórica en el sector del vino francés, al ser accionista de Cháteau Lafite, al que se unen Cháteau Clarke, Peyrelebade, Maimaison y Cháteau des Laurets en Saint Emilion. A estas bodegas se suma otra en Suráfrica, “con un socio local, y otra en Argentina”. El grupo vende anualmente 2.5 millones de botellas en 50 países.
Por su parte, la baronesa Ariane de Rothschild dijo a Publimetro que “acabamos de suscribir un acuerdo con el Grupo Vega Sicilia para constituir al 50% una sociedad conjunta: Bodegas Benjamín de Rothschild & Vega Sicilia”. Y tanto Alejandro Vargas (hijo del tenor Continental, Pedro Vargas) como este columnista, hemos degustado estos vinos en la residencia del cantante Julio Iglesias, en sus bodegas de Punta Cana (República Dominicana), Miami, y Los Angeles. Ariane agregó que “los vinos procedentes de la nueva bodega se comercializarán bajo la estructura del resto de las bodegas del grupo”. Y hasta la próxima, ¡abur¡
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