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Edición 246
Escrito por JORGE GUILLERMO CANO   
Viernes, 12 de Noviembre de 2010 13:38

 

APUNTE{vozmestart}

 

Evaluar a las evaluadoras

 

Parafraseando a Marx (hay que educar a los educadores), en los tiempos que corren se precisa evaluar a las evaluadoras. En este caso me refiero a las internacionales como Standard and Poor’s, cuyas calificaciones con frecuencia se asumen (sobre todo desde los oficiales medios) como indicadores de necesaria referencia en los asuntos de la banca y las finanzas mundiales.

 

Standard and Poor's, como se sabe, es proveedora de información financiera. Se le tiene por una de las más importantes del mundo y realiza sus funciones desde hace siglo y medio; sus dictámenes se asumen como indicadores válidos para la toma de decisiones.

 

 

SededeMcGrawHillenNuevaYork

Sede de McGraw-Hill en Nueva York

 

Pertenece a The McGraw-Hill Companies, proveedor global de servicios de información que opera desde 1888 y tiene más de 280 oficinas en 40 países.

 

Según su propia información, Standard and Poor’s tuvo “ingresos operativos” (2009) de dos mil 610 millones de dólares, pero fuentes del Congreso estadounidense afirman que, en realidad, pasó de ganar poco menos de 3 mil millones de dólares en 2002 a más de 6 mil millones en 2007.

Calificadora descalificada

Pero no todos están de acuerdo en la confiabilidad de las calificaciones que Standard and Poor’s otorga y por las cuales cobra muy bien.

 

A fines de 2008, cuando la crisis hipotecaria en Estados Unidos, la que desencadenó la última crisis global de la que aún no salen muchos países, las agencias de calificación Moody’s, Standard and Poor’s y Fitch, fueron señaladas como “responsables de la crisis financiera” por congresistas de Estados Unidos.

Esas agencias dieron “notas altas a ciertas compañías y a sus inversiones en créditos hipotecarios de alto riesgo”, lo que trajo como consecuencia una sobrevaloración de activos que aprovecharon los especuladores y el consecuente desplome.

 

En esa ocasión, Henry Waxman, del Partido Demócrata y presidente del Comité de Supervisión de Asuntos de Gobierno de la Cámara de Representantes, declaró que "la historia de las firmas calificadores de riesgo son un fracaso descomunal".

 

Waxman señaló que "millones de inversores confían en sus evaluaciones”, pero las calificadoras “rompieron ese vínculo de confianza y los reguladores federales ignoraron las señales de alerta y no hicieron nada para proteger a la gente".

Vendiendo estrellitas

Tanto Standard and poor’s como Moody’s y Fitch, fueron acusadas de influir interesadamente en la credibilidad financiera de los países.

Los críticos documentaron casos en que determinada nación aparecía con baja, o alta, calificación (factor para obtener fondos de la banca mundial) en concordancia con localizados intereses de la misma banca.

 

Tanto a nivel de empresa privada como de naciones, “las necesitadas de una valoración pagan a las calificadoras para que las evalúen”, lo que configura un evidente “conflicto de intereses”, apuntó Waxman.

 

 

EdificiodelaStandardPoors

Edificio de la Standard & Poors

 

Por su parte el representante demócrata Stephen Lynch explicó que cuando las empresas calculan que podrían recibir una “mala nota”, si se atienen a su realidad, entonces no contratan a la agencia calificadora. Estas, en respuesta, comienzan a asegurar buenas notas para no perder a sus clientes.

Bonos basura

Standard and Poor’s otorgó notas triple A (las más altas) a “bonos basura”, denunció la representante demócrata Diane Watson.

En general y al contrario de lo que pasó después con quienes confiaron en sus evaluaciones, los ingresos de las calificadoras casi se duplicaron entre 2002 y 2007, durante la ola de “inversiones de riesgo” (activos vinculados a los préstamos hipotecarios) en Estados Unidos, agregó Watson.

 

En el resto del mercado, los analistas críticos aseguran que la forma de operar de las agencias como Standard and Poor’s se determina en dos vertientes: la simple especulación en búsqueda de ganancias, manipulando las tendencias del mercado, y la venta de evaluaciones.

A sabiendas, valoraciones infladas

Waxman citó un correo electrónico, del 16 de diciembre de 2006, en el que un funcionario de Standard and Poor’s expresaba su preocupación por la alta calificación otorgada a una inversión insegura: "esperemos ser ricos y estar jubilados para cuando este castillo de naipes se caiga", decía.

 

Y en la avalancha de críticas documentadas no se olvidó que fue precisamente Standard and Poor’s la agencia calificadora que avaló a la tristemente famosa firma Enron, unos días antes de su fraudulenta debacle financiera, la que muchos ubican como el inicio del deterioro económico de Estados Unidos.

 

En el caso de las hipotecarias, la conclusión fue que "las calificadoras otorgaron, a sabiendas, valoraciones falsas e infladas para los títulos respaldados por préstamos problemáticos, que luego se convirtieron en una pesadilla financiera para millones de familias”.

 

Así las cosas, no habría mucho que aplaudir a los festinados avales de Standard and Poor’s, como el que hace unas semanas otorgó al gobierno de Sinaloa.

 

Al contrario, es para preocuparse.

Ayuntamiento en apuros

Por cierto, el mismo día en que se publicitó el aval al gobierno sinaloense, el alcalde de Culiacán, Carlos David Ibarra, declaró que “se ve difícil” no dejar un pasivo considerable a la próxima administración.

 

La deuda a proveedores por parte del Ayuntamiento es de más de 130 millones de pesos; tan sólo al IMSS se le adeudan 16 millones de pesos.

 

En ese contexto, el alcalde solicitó un préstamo por 50 millones de pesos lo que, en opinión de regidores, agravará aún más las finanzas del municipio.

 

No sabemos si entre las centenas de clientes que atiende Standard and Poor’s en México, también se incluye el Ayuntamiento de Culiacán.

Espejismos

A otros temas: si nos atenemos a las cuestiones de fondo, la base estructural (a fuer del desuso decretado por las modas posmodernas) ¿Cuáles son los referentes evaluables de los cambios que prometen las alternancias de todos colores en todas partes?¿En dónde, cuál y cómo el “cambio” festinado por los “botútiles” foxistas y los epígonos de la permanencia presupuestal panrediana en los estados?

 

Me parece que lo que tenemos en la política actual, en tanto la horma capitalista impone alcances y hasta los modos de andar, son cruzadas sin cruzados y gestas de pacota.

No hay aquí, en consecuencia, lugar para la emoción por las pugnas entre etiquetas y ubicaciones geométricas que nada indican.

La misma gata igual, o casi, de revolcada.

Tamborazos

-Lo dicho: conforme se acerca la toma de posesión de la gubernatura de Sinaloa, por parte de Mario López Valdez, suben de tono las disputas al interior del equipo que lo rodea.

 

-A estas alturas, se ve cada vez más difícil que las ambiciones personales sean superadas, dadas las características de la gran mayoría de sus epígonos políticos. Pronto se verá.

 

-La Universidad Autónoma de Sinaloa tendrá que tomar la calle como en tiempos ni tan distantes. La inequidad de que es objeto no apunta hacia otra parte.{vozmeend} ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla ).


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