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Ediciòn 292

OBSERVATORIO 2012-2018
ABRAHAM GARCÍA IBARRA
(Exclusivo para Voces del Periodista)

 

Observa6
Hank González         El presidente electo       Salinas de Gortari

PARADIGMAS PARA UN DEBUTANTE MEXIQUENSE

Patriotas a carta cabal o

santanistas trasnochados


“Las componendas con los interventores
a base de sacrificio de la libertad,
la hipoteca y aun la venta del territorio patrio,
eso quedas para los traidores…
”.
Isidro Fabela (carta al general de hombres
libres
, Augusto César Sandino, 1928.)

 

“AHORA, PUES, ¡OH REYES!, obrad prudentemente; dejaos persuadir, rectores todos de la Tierra”. Este mensaje, contenido en el libro de Salmos (II, 10), se atribuye a David como recordatorio de que, en el cuadrante humano en el que nos toque actuar, debemos aprovechar la experiencia de los demás.

¿En qué experiencias ha abrevado el joven Presidente electo Enrique Peña Nieto para trazar su ruta de navegación en el incierto sexenio en que le tocará cumplir la guardia como custodio y conductor de las instituciones republicanas de México, degradado hacia 2017 al sitio 15 entre las economías mundiales? Dicho con más precisión, ¿qué elección hará entre esas experiencias para satisfacer los imperativos de paz y justicia por los que claman 115 millones de mexicanos?

Más grave aún: Una vez ceñida la banda presidencial el 1 de diciembre, ¿de qué margen de autonomía personal e institucional dispondrá quien asume el Supremo Poder Ejecutivo que, de acuerdo con la Constitución mexicana, se deposita para su ejercicio en un solo individuo que se denominará Presidente de los Estados Unidos Mexicanos?

En su incesante trote frente a cámaras y micrófonos de los medios electrónicos, el ex presidente fraudulento Carlos Salinas de Gortari, pretendido factótum de la elección presidencial del pasado 1 de julio, ha dicho hace unos días -jactanciosamente- que necesitará la intervención de un cirujano para que le borre la sonrisa de triunfo que le dejó el resultado electoral dictaminado por unanimidad por los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Con esa misma sonrisa, el innombrable placea ahora a sus compinches del 88-94, entre ellos dos de sus secretarios de despacho para que los integren al próximo gabinete presidencial.

Como el usurpador de 1988, otros personeros de los poderes fácticos, que se forman en legión, procesan las facturas de cuyo pago de sienten acreedores por su decisiva participación en la reciente campaña presidencial del Partido Revolucionario Institucional. Por lo menos cinco “líderes” de opinión, tienen nominados a siete secretarios en activo para que repitan. Los postulantes son legiones para menos de 20 posiciones-plataforma hacia 2018.

“Un político pobre es un pobre político”

Los publicistas de Peña Nieto, aun desde su campaña para gobernador del Estado de México, lo presentaron como el infante del Grupo Atlacomulco, como si -a falta de méritos propios- tal inscripción fuera determinante en su veloz carrera política.

Es el caso que, después de muerto el profesor de la eterna sonrisa, Carlos Hank González (“un político pobre, es un pobre político”), a quien se le asignaba el liderazgo de aquella facción, a algunos conspicuos políticos mexiquenses les dio por declarar inexplicablemente que la existencia del Grupo Atlacomulco era un mito genial.

Sin embargo, precisamente cuando El profesor Carlos Hank González -quien, dicho sea de paso, era nativo de Santiago Tianguistenco- se hizo de la gobernación del Estado de México a principio de los años setenta del año siglo pasado y desde entonces se le construyó imagen de presidenciable, a su generación política se le fabricó la heredad del Grupo Atlacomulco. En lo sucesivo, a otros tres ex gobernadores mexiquenses, también aspirantes a la presidencia de México, Alfredo del Mazo González, Emilio Chuayffet Chemor y Arturo Montiel Rojas, se les prendió el mismo marbete propagandístico.

Fabela: “Héroe civil y santo laico”

Atlacomulco es ahora el más célebre municipio del Estado de México. Constitucionalmente, se le nombra “Atlacomulco de Fabela”. Es que ahí nació don Isidro Fabela, hombre fuera de serie, el 29 de junio de 1882. Pero, cuando el patriota fue gobernador de la entidad, paró en seco a sus aduladores de dientes para fuera, que proponían darle su nombre a calles, plazas o edificios, expidiendo expresamente el decreto 87 en el que escribió que, por razones de elemental “ética política”, recompensas o distinciones al primer mandatario no se hicieran mientras fuera representante del Poder Ejecutivo del Estado.

Leerlo bien. Subrayaba don Isidro: representante, no Príncipe ni virrey. De cara a la arrogancia de ciertos especímenes que hacen de cualquier charola oficial patente de corso, siguiendo la trayectoria de aquel enorme mexicano es dable hablar de su auténtica modestia y probada ética, de las que hizo bandera propia desde que, en su condición de diputado a la trágica XXVI Legislatura federal, representando al distrito de Ixtlahuaca (diez años después lo haría por el distrito El Oro, del mismo estado), supo cuestionar -con elegancia retórica, pero con energía- a sus homólogos del Grupo Renovador, cuando dieron por aceptadas las “renuncias” del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez.

Es el sino al que fue congruente hasta su muerte -el 12 de agosto de 1964- el confeso antiimperialista. “Héroe civil y santo laico, ejemplo que, para el bien de México, deben imitar las juventudes”, dijo de él, otro gran maestro mexicano: Jesús Silva Hérzog.

Estados Unidos  contra la libertad

A su paso por la Universidad Panamericana, ¿le habrán permitido a Peña Nieto siquiera hojear u ojear Don Quijote, Mi señor Don Quijote, Estados Unidos contra la libertad, Las Doctrinas Monroe y Drago o Buena y mala vecindad, de su paisano, don Isidro?

Cuando don Isidro frisaba los 28 años de edad, y seis meses antes de que estallara el movimiento armado, en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, nació el 26 de mayo de 1910 Adolfo, después identificado como El joven López Mateos, para distinguirlo respecto de El viejo Adolfo Ruiz Cortines, de quien recibiera la guardia presidencial en 1958.

A sus 40 años de edad, para entonces senador de la República y secretario general de la dirección nacional del Partido Revolucionario Institucional, López Mateos fue caracterizado en 1951 como líder del ruizscortinismo. Es ya un maduro orador informado, alegre y viril. Más adelante, veremos cómo convergen las rutas patrióticas de don Isidro y López Mateos.

El humanismo político de don Isidro Fabela

La gente virtuosa rara vez se siente obligada a proclamar su propia virtud. El hecho mismo de que una disciplina se sienta obligada a anunciar una y otra vez su ‘incansable búsqueda’ de la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, despierta la sospecha de que algo muy diferente se está haciendo. (W. Michael Reisman, ¿Remedios contra la corrupción?/ Cohecho, cruzadas y reformas. Ediciones Fondo de Cultura Económica-CREA.)

Isidro Favela
Don Isidro Fabela, verdadero hombre de Atlacomulco

Desde hace 73 años, el Partido Acción Nacional ha venido proclamando el humanismo político como leitmotiv de su lucha “por la democracia”. Están a la vista los saldos de su extravagante gestión gubernamental.

Como alabanza en boca propia, es vituperio, sabemos que a don Isidro Fabela nunca le dio por blasonar sus virtudes. Han sido contemporáneos de él, como el citado maestro Silva Hérzog, con conocimiento de causa y autoridad moral bastante, los que han hecho leal reconocimiento de sus atributos; que no son pocos.

Hombre universal (de esos que .hacía nuestra universidad pública), la impronta de don Isidro está grabada en la viejas escuelas Nacional Preparatoria y Nacional de Jurisprudencia, donde obtuvo el título de licenciado en Derecho; en los anales de la Revolución y en los recintos de la antigua Sociedad de las Naciones y de la Organización de las Naciones Unidas. Acaso en la brega internacionalista de don Isidro, se gestó el Premio Nobel de la Paz, otorgado a México en los años 70s, en la persona del zamorano don Alfonso García Robles, un indómito combatiente contra las armas nucleares, para que se sepa que no  todos los michoacanos están impregnados de la mística de la sangre, ni traen el dedo en el gatillo.

Que haya sido, don Isidro, representante de México ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), habla de la anchura de sus preocupaciones: Estoy convencido de que, sin una verdadera justicia social que dé amparo al campesino y al obrero los derechos que garanticen una vida constante de elevación moral, intelectual y moral (inútil hablar de justicia); estoy convencido de que el progreso del pueblo mexicano está en los caminos del campo, del taller y la fábrica”.

De defensor de oficio a la diplomacia de altos vuelos

Durante la efímera, y de cruel desenlace, presidencia de Madero, don Isidro fungió como jefe de la oficina de defensores de oficio y director de la penitenciaría del  Distrito Federal. Es diputado federal con licencia para dirigir la Oficialía Mayor del gobernador de Chihuahua Abraham González, cuando, en comisión en la Ciudad de México, lo sorprende el cuartelazo de Victoriano Huerta contra México.

En el entorno de la Decena Trágica, se desplaza hacia Veracruz desde donde después se embarcaría hacia Nueva York, vía La Habana, para entrar de nuevo a territorio nacional y afiliarse en Coahuila al movimiento de Venustiano Carranza, designado jefe del ejército constitucionalista y encargado del Poder Ejecutivo federal.

Usurpación y cobardía del Congreso

Ahora que México retorna al tiempo de las usurpaciones aupadas por sedicentes órganos electorales autónomos, no está por demás retomar la carta que don Isidro dirigió a la XXVI Legislatura, en la que, de entrada, subraya que Don Francisco I. Madero “ha sido en nuestra historia política el presidente de la República mejor electo. Ninguna elección democrática en nuestros anales puede compararse a la suya. Subió al poder por la voluntad soberana del pueblo.

“¿Quién tenía el derecho a arrebatarle su augusta investidura? Nadie, ni el pueblo mismo (…) las renuncias presentadas a la Cámara la tarde del 19 de febrero de 1913 por los ciudadanos presidente y vicepresidente de la República, ¿eran admisibles?  ¿Debían ser admitidas? No, en absoluto. Ninguna de las personalidades que se atrevieron a pedir al señor Madero que renunciara a la presidencia tenían derecho alguno para tan absurda demanda…”.

El Cuartelazo de la Ciudadela, dice don Isidro, no fue una revolución, sino una asonada militar, y nunca en la historia del mundo los cuartelazos han llevado en sus bayonetas envenenadas de odios y despechos la voz de todo el pueblo. En su condición de jurista, tipifica los delitos cometidos por Victoriano Huerta: El de rebelión, según el Código de Justicia Militar merecedor de la pena de muerte, y de usurpación de funciones. Acusa a los diputados de atentado inexcusable al autorizar la usurpación, y reflexiona: Primero son los principios que la vida de un hombre, “porque el pueblo sabe que las páginas de historia de todos los países ostentan honrosamente millares de episodios en que los buenos ciudadanos sacrifican sus vidas en aras de la Patria. No, no supisteis algunos diputados cumplir con vuestro deber de representantes del pueblo”.

El 18 de diciembre de 1913, Carranza nombra a don Isidro oficial mayor de la Secretaría de Relaciones, encargado del despacho; función que desempeñó hasta el 10 de diciembre de 1914. Ahí empieza una luminosa e iluminante carrera de decoro y valor, que sólo paró hasta su muerte medio siglo después. En sus primeros años de gestión, fue uno de los artífices de la Doctrina Carranza, como oposición al monroismo made in USA.

Conjura internacional contra el pueblo cubano

En las elecciones presidenciales de 1958, la noticia no fue que el candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Luis H. Álvarez, de grata memoria ahora para los salinistas, fuera derrotado por el candidato priista Adolfo López Mateos. La noticia fue que, sin estar registrado, don Isidro Fabela recibió un voto para la sucesión de Adolfo Ruiz Cortines: Cruzó la boleta por su apreciado maestro, el candidato Adolfo López Mateos.

Traviesos manes revolucionarios de 1910. Cincuenta años después de que el joven Isidro Fabela fuera defensor de oficio en el maderismo, a sus 78 años de edad acomete, brioso, una nueva defensa de los pueblos sojuzgados por el imperialismo. En 1960, Cuba, que ha derrocado al dictador Fulgencio Batista,  lava su rostro en alborada nueva. La sorpresa no le gusta al Tío Sam.

Una conjura internacional pretende impedir al pueblo cubano que realice su ideal de libertad e independencia política y económica, sólo porque para conseguir esa felicidad lesiona los intereses privados de algunas grandes empresas multimillonarias…

Las urticarias del Tío Sam

Con aquella denuncia, el anciano patricio de Atlacomulco hace sonar su voz de trueno. Es que al Tío Sam le da urticaria la autodeterminación de los pueblos: Ahí, en Cuba -dice- ronda el cococomunista. El amo dicta a su ministerio de colonias, la Organización de Estados Americanos (OEA), la agenda para dos conferencias de cancilleres, en Costa Rica. El móvil es pretextoso: El presidente venezolano, con la huella dactilar del Coloso, ha sufrido un atentado. Los chivos expiatorios son altos funcionarios de la República Dominicana. Hay que castigar al gobierno insular. Establecido el precedente, ¡Vámonos sobre Fidel Castro!

¡Un momento! Ataja don Isidro: “No es la OEA la que tiene que resolver en última instancia ese asunto, sino el Consejo, y eventualmente la Asamblea de las Naciones Unidas”.

Tercia el embajador de los Estados Unidos en México, Robert C. Hill, sólo para confirmar la sospecha de don Isidro. Efectivamente, el imperio tiene en la mira a Cuba. Cuando la cancillería mexicana le recomienda a don Isidro que retire lo dicho, el sagaz diplomático responde: Demasiado tarde. La conferencia ya terminó. El embajador Hill sería congruente con sus vocaciones: Dejó el servicio diplomático para ponerse al servicio de la United Fruit, la temida y temible golpista Mamita yunait.

Por eso defiendo con ahínco a nuestra hermana Cuba, que está en grave peligro de perder su soberanía. No sólo porque pudiera atacarla una potencia extracontinental -lo que sería remotísimo-, sino que otra gran potencia de este continente, con el pretexto de evitar la intromisión comunista en nuestro hemisferio, la trocara en estado semisoberano, razonaría don Isidro Fabela.

Desde dónde amigo vengo

Isidro Fabela tiene 32 años cuando Carranza lo envía como agente confidencial a Europa. Entre 1915 y 1916 se mueve entre Inglaterra, España, Francia e Italia. Al año siguiente ya está en el Cono Sur americano. En 1920 está en Alemania donde lo sorprende el asesinato de Carranza. Dimite. Es en 1923 cuando es elegido por segunda vez diputado federal por el Estado de México.  Diez años después es designado juez en la Comisión de Reclamaciones México-Italia.

 

Observa5
Con Cárdenas, Fabela se consolidó como internacionalista.

Es en la presidencia del general Lázaro Cárdenas del Río en que se burila el perfil de gran estadista de don Isidro, c al ser nombrado ministro plenipotenciario ante la Asamblea General de la Sociedad de las Naciones. Participa en la Conferencia de Bruselas sobre el conflicto China-Japón. Si encara a Benito Mussolini en su ataque a Etiopía (“México defenderá los derechos abisinios en cualesquiera circunstancia en que sean o pretendan ser conculcados”), es en España donde don Isidro se consagra como el gran humanista: El gobierno mexicano no reconoce, ni puede reconocer, otro representante legal del Estado español, que el gobierno republicano que preside don Manuel Azaña. Su posición contra el nazismo se da por descontada.

Modesto, ya dijimos, como todo gran hombre y hombre grande, a don Isidro no duelen prendas para atribuir aquellos criterios a Cárdenas. Lo mismo da: El supo interpretarlos y ejecutarlos con acerado rigor. Ese era don Isidro Fabela. ¿A qué insultar su memoria con el engendro del Grupo Atlacomulco?

 



 

Con López Mateos México agigantó
su estatura universal

CASACAS Y SOTANAS/ dominan donde quiera/ los sabios de montera/ felices nos harán/ Congrejos al compás/ Marchemos hacia atrás/ ¡Zis, Zis, Zás! Marchemos hacia atrás. Horrible el contrabando/ cual plaga lo denuncio/pero entretanto el nuncio/ repite sin cesar:Cangrejos al compás/ marchemos hacia atrás…


Kennedy y López Mateos
Kennedy y López Mateos, relación de nuevo tipo.

Discurso recepcional en la Academia Literaria de San Juan de Letrán de un egresado de la Universidad Pontificia de México: No hay Dios. Los seres de la naturaleza se sostienen a si mismos.

El autor de Cangrejos, un canto contra los conservadores, es Guillermo Prieto, el que dijo en Guadalajara: Los valientes no disparan… Y le salvó la vida a Benito Juárez. Prieto fue compañero de peligrosas andanzas de El Nigromante Juan Ignacio Paulino Ramírez Calzada, cuyos padres fueron indígenas puros y la madre se llamaba Sinforosa. Ramírez, el que dijo No hay Dios, escribió un artículo, Los indios, y fue a parar a prisión.

El Nigromante, ¿se le puede llamar padre de nuestro atacado Estado laico?, fue mentor y protector, en el Instituto Literario de Toluca, del indio guerrerense Ignacio Manuel Altamirano Basilio, el que aprendió a hablar la castilla a los 15 años, se adhirió al Plan de Ayutla, combatió contra el clero político en la Guerra de Reforma y lo mismo hizo contra Maximiliano. Aquél indio, cuyo nombre lleva el aula magna de la Universidad del Estado de México, llegó a ser ministro de la Suprema Corte de Justicia y sirvió a la diplomacia mexicana.

Nacido en Atizapán de Zaragoza y Egresado del Instituto Científico y Literario del Estado de México, que alternó su estudio con la fascinante tarea de ayudante de bibliotecario, seguramente Adolfo López Mateos podía recitar de memoria la trayectoria de Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez e Ignacio Manuel Altamirano. Acaso inspirado en esos rebeldes, su primera experiencia político-electoral la acometió antes de cumplir los veinte años en la campaña presidencial de José Vasconcelos. A la derrota de éste, se desplazó hacia el sureño territorio chiapaneco-tabasqueño: Selva emputecida de verdor, donde se ensimismó a la vista de Palenque, Bonampak, Yashilán, El Tacaná… ¿De allá le vino la inspiración para crear el alucinante Museo Nacional de Antropología e Historia? Es posible.

“Los empeños de la casa”

Pero las neuronas de López Mateos almacenaban más: El registro de que don Ángel María Garibay, quien, entre otras obras, escribió sobre la poesía lírica azteca. Algo sabía de eso y más el disciplinado don Ángel María, que dominaba el náhuatl y el otomí, y no los confundía en su conocimiento del latín, el griego y el hebreo.

También sabía López Mateos de la ayudanta de la marquesa de Mancera, la virreina de España. Ayudante de cinco estrellas: Era autoridad en Teología, Filosofía, Astronomía, Matemáticas, Música y Pintura. Acaso ahora, en momentos de crisis socioeconómica todos pasen por Los empeños de la casa y las feministas declamen: Hombres necios que acusáis… De haber estado en el siglo XX, quién sabe si Sor Juana Inés de la Cruz se hubiera adelantado a Octavio Paz en el Nobel de Literatura.

Juan Antonio Alzate y Ramírez fue sacerdote y, paradoja, científico, economista, físico-matemático, arqueólogo, periodista y escritor. Sólo a alguien como él se le ocurriría escribir Observaciones del Planeta Venus a su paso por el disco solar. Al también sacerdote y escritor Joaquín Antonio Pagaza se le debe Murmullos de la selva. José María Velasco estudió zoología, anatomía y botánica; fue, pues, pintor y agrimensor. Sigue siendo reconocido como el mejor paisajista del Valle de México y sus alrededores, desde la atalaya de Tacubaya, que salió en verso. La Pirámide del Sol lo remite a tiempos prehispánicos.

Los políticos del siglo XX

De diferente talante fueron el médico Gustavo Baz, único zapatista que ha llegado a ser rector de la Universidad Nacional Autónoma de México; don Andrés Molina Enríquez, nomás proclamador del Plan de Texcoco, porque algo sabía de Los grandes problemas nacionales; Narciso Bassols, autor de la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional y secretario de Educación Pública (educación, pero socialista); de Gobernación y Hacienda; y hasta Felipa Alonso Martínez, la primera servidora pública en Huehuetoca. Decir que todos los presentes descendieron culturalmente del poeta Nezahualcóyotl podría resultar un despropósito que, sin embargo, no irritaría al nacionalista López Mateos, pero mejor la dejamos de ese tamaño.

De los últimos nueve presidentes de México, los López, Adolfo  y José López Portillo, comparten el título de mexicanos con más vasta, pero profunda, cultura. También su galanura. La compositora Ema Elena Valdelamar llegó a confesar que a López Mateos le dedicó la composición del bolero Por qué no fuiste tú. Hasta aquí las frivolidades.

Desde su etapa de preparatoriano, López Mateos le tomó sabor a la política en las secretarías particulares del gobernador del Estado de México, coronel Filiberto Gómez, y del presidente del Partido Nacional Revolucionario, su paisano Carlos Riva Palacios. Pasaría por la secretaría general del PRI del Distrito Federal y, con el mismo rango, al comité nacional del tricolor.

La batalla por El Chamizal

Un signo de la formación y del temple de López Mateos, que parecería menor, si no fuera por lo que se ha visto de los presidentes mexicanos de los últimos treinta años, es su terquedad en reivindicar para México 177 hectáreas del predio El Chamizal. Desde 1866, lo reclamó Benito Juárez. No obstante sentencias de tribunales internacionales, los gringos se rehusaban sistemáticamente a entregarlo. López Mateos no cejó en la demanda. Cuando se reunió primero con John F. Kennedy en 1962 (“abrimos una nueva era de amistad y comprensión”) y luego con Lyndon B. Johnson porfió en el reclamo. Fue hasta el 28 de octubre de 1967, ya con Gustavo Díaz Ordaz, en que se logró la restitución material de aquel símbolo, una partícula del inmenso territorio de que los Estados Unidos despojaron a México en el siglo XIX.

López Mateos a la derecha, con Harry S. Truman y el senador Johnson.
López Mateos a la derecha, con Harry S. Truman
y el senador Johnson.

Entre los ensayos de López Mateos, uno de los más conocidos es La Constitución Mexicana de 1917. Huelga abundar sobre su contenido. Con la Carta fundamental como referente de mandato, alborotó la bitachera ultraderechista cuando precisó que su gobierno era de izquierda, dentro de la Constitución. A partir de López Mateos, los timoratos de la ultraderecha empresarial empezaron a atosigar a los mandatarios priistas: ¿A dónde vamos, señor Presidente?

El huevo de la serpiente

El sexenio de López Mateos -El Toluco López, le decían en el llano boxístico; en su campaña la porra era: Arriba los guapos/, abajo los feo/, nosotros los “homo”/ con López Mateos-, se caracterizó por la estabilidad de su gabinete, en el que señoreó la unidad de mando. Sólo dispuso una suplencia: La del procurador general de la República, Fernando López Arias, quien pidió la venia del Presidente para irse a gobernar Veracruz. Pero en ese gabinete se empolló el huevo de la serpiente: Nombró como secretario de Economía, que cambiaría a la función de Industria y Comercio, a Raúl Salinas Lozano. Hay historias de la irrupción de la industria automotriz en México y algunos episodios en Yucatán, que en este espacio dejaremos en mera mención.

El nombre de un mexiquense, según novo gentilicio hankiano, en la Secretaría de Recursos Hidráulicos, es el de Alfredo del Mazo, padre del malogrado hermano que nunca tuve de Miguel de la Madrid, Alfredo del Mazo González, actor en desesperado arrebato matinal para mojarle la pólvora, en octubre de 1987, a Carlos Salinas de Gortari, para alebrestar a Sergio García Ramírez.

Loor a Jaime Torres Bodet

La designación de cinco estrellas, ante la que se estrellaron los emisarios del pasadísimo, fue la del ilustre don Jaime Torres Bodet en la Secretaría de Educación Pública. Ésta fue la ciudadela sobre la que se sublevó la reacción clerical marca Opus Dei, al instituirse el Libro de texto gratuito. Al tiempo, un delirante obispo católico acusaría: Con los “disolventes” contenidos de tal libro, el gobierno fomenta un burdel de costa a costa y de frontera a frontera. ¡Órale! Así de gruesa era la ofensiva contra el artículo Tercero constitucional, que, en pleno 1917, ya había sido atacado desde los texanos Estados Unidos por los Caballeros de Colón. Dicho lo cual…

Pasamos a aspectos más sustantivos, no porque los anteriores no lo sean, para conocimientos de los mexiquenses, que dicen ver e ir hacia delante.

Se libera a Pemex de la deuda expropiatoria

En el registro  sobre el prócer Fabela, dimos cuenta de la emoción latinoamericana que generó la Revolución cubana. Por audaz inspiración propia y la sabia asistencia de hombreas de talla mayor, López Mateos decidió finiquitar los saldos de la indemnización por la expropiación del petróleo. El 18 de marzo de 1960, XXII aniversario del fulminante decreto cardenista, se anunció el fin del proceso liberador. Se aborda el ajuste de calidad de los dos tipos de gasolina y se cancela la producción de mexolina. Petróleos Mexicanos ha de ser el motor de la industria, que en el sexenio crece 52 por ciento. (En general, las exportaciones se incrementan en 30 por ciento sexenal). A Pémex se le asigna exclusividad para la producción de 200 tipos de petroquímica primaria.

¡Que “casualidad”! La reacción de Washington no se hizo esperar: “Descubrió”, súbitamente, prácticas de dumping en la producción y exportación de algodón mexicano, llamado entonces el oro blanco. Coartada, nada más: A esa maniobra siguió la obstrucción a las exportaciones mexicanas de plomo, cobre, zinc y hasta del café.

Observa2
Un patriota dio lustre a la silla presidencial.

No puede hacerse de lado la memoria de los agraristas mexiquenses Gustavo Baz y Andrés Molina Enríquez. López Mateos, en su condición de autoridad agraria, entrega a los campesinos con derechos a salvo 16 millones de hectáreas. Cananea es símbolo y compromiso. Construye 38 obras de infraestructura hidráulica debidas al genio de técnicos mexicanos (el ferrocarril Chihuahua Pacífico es observado por ingenieros italianos que se proponen desafiar el macizo alpino; la investigación y técnica petroleras son requeridas por países petroleros emergentes).

Son política pública la apertura de crédito y de seguro a los campesinos, la consolidación de los precios de garantía a la producción del sector social, convierte a CEIMSA en Compañía Nacional de Subsistencias Populares. El producto agropecuario crece a ritmo de 6 por ciento anual.

No carece, sin embargo, la gestión de López Mateos, de la resistencia de la clase trabajadora del campo y la ciudad. Pero busca, no salidas, sino soluciones: Prohíbe, de entrada, el trabajo de menores de 14 años, ampara los derechos de la mujer trabajadora, establece el régimen de reparto de utilidades y el aumento salarial de 50 por ciento por encima del índice de inflación. El Instituto Mexicano del Seguro Social protege a la familia de la cuna a la tumba y la antigua Dirección de Pensiones para la burocracia se muda en Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabadores del Estado.

Apertura política y diplomacia

En el aspecto político-político interno, López Mateos abre válvulas de despresurización: Contra la dictadura de las mayorías mecánicas, las minorías ingresan, en primera instancia, al Poder Legislativo con los diputados de partido. ¿Cuándo volverá a repetirse el duelo civilizado y civilizatorio entre dos titanes del pensamiento: El pepino Vicente Lombardo Toledano y el azul don Adolfo Christlieb Ibarrola; tribunos de a de veras, si los hay, lidiando con el priista Alfonso Martínez Domínguez?

En el terreno de la diplomacia, López Mateos se lanza a la rosa de los vientos sobre espacios que no son los de la Unión Americana. Los de la oposición leal encuentran el nombre mordaz: Vuela, vuela, López Paseos. Tope en ello, el mexicano comprende los movimientos descolonizadores de las 56 Áfricas. Egipto cultiva en la verdadera primavera árabe. El coronel Gamal Abdel Nasser, con el general Mohamed Naguib derrocan al rey Faruk en 1952. Tres años después, Nasser es proclamado presidente y se declara nacionalista-socialista. Impulsa el movimiento de los Países no Alineados.

Cuando -se dijo inspirado en el expropiador Lázaro Cárdenas-, Nasser nacionaliza el Canal de Suez, concita la ira de Francia, Inglaterra e Israel (¡Qué novedad!) que invaden Egipto. La ONU no era entonces el ministerio de colonias del imperio: Dicta la retirada y el Canal de Suez pasa a dominio soberano de Egipto. México, que apoyó la causa, no se limita a ese episodio. Declara su solidaridad con los combatientes contra el apartheid en Sudáfrica. (A la que el gobierno mexicano, más tarde, excluye de los Juegos Olímpicos de 1968.).

Calderón refrenda: El PAN, “partido del retroceso”

Hacia 1944, dos grandes empresas extranjeras (Mexican Light and Power Co. Ltd -disfrazada de Compañía Mexicana de Luz y Fuerza Motriz- e Impulsora de Empresas Eléctricas), controlaban el 60 por ciento de la capacidad de generación de energía eléctrica en México. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) participaba apenas con el cinco por ciento. Para 1960, la CFE ya controlaba el 40 por ciento de la capacidad de producción. Pero… la CFE, por aberrante disposición gubernamental, era obligada a vender su producción (75 por ciento) a las extranjeras distribuidoras. De hecho, la Mexican Ligh, canadiense que se había aclimatado en nuestro país desde 1899, tenía estructura y operación monopólicas.

En 1952, dicho a manera de ilustración, la CFE vendía a las empresas extranjeras el kwh subsidiado a 3.54 centavos y en 1954 a 3.23 centavos. En ese periodo, esas empresas revendían la energía al consumidor a tarifas incrementadas en promedio del 25.2 por ciento. Esto es, hasta en 700 por ciento más del precio establecido por la CFE.

La estrategia de mexicanización

¡Ya basta!, dijo con sordina López Mateos. No dio el palmetazo sobre el escritorio. Instruyó a sus operadores a que sigilosamente se filtraran al mercado accionario y adquirieran papeles suficientes para impactar la correlación en la tenencia de capital de la Mexican Light. El 27 de septiembre de 1960 se logró este objetivo y se declaró la mexicanización de la industria eléctrica. Cuando en el prenavideño 23 de diciembre se dio estado a ese acto jurídico, se divulgó que el gobierno había invertido 52 millones de dólares en el 90 por ciento de las acciones. Desembolsó otros 78 millones de dólares por pasivos acumulados, no obstante la especulación con las tarifas. Surgió la mexicana y pública Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

La sorpresa de la clase empresarial, sonsacada por el embajador gringo Tomás Mann, estalló en alarido: ¿A dónde vamos, señor Presidente? Rumbo a la dignidad soberana. Ese era y así actuó El Toluco Adolfo López Mateos. Al llegar el cambio de guardia en Palacio Nacional, Gustavo Díaz Ordaz peroró:

Finaliza un fecundo periodo de la historia de México. El presidente López Mateos acrecentó nuestro patrimonio material; espiritualmente engrandeció a nuestra Patria en todos los órdenes; llevó a México por el mundo, con sus ideas y con sus anhelos de fraternidad universal; se preocupó por la suerte de todos los mexicanos, dentro del concierto de la gran familia que forma la humanidad…

Pero veinte años después, los tecnócratas neoliberales tomaron por asalto el poder político: Miguel de la Madrid dictó en 1985 el Convenio de Delimitación de Zonas para quitarle a la CFE 50 por ciento de su cobertura. Entre 1989 y 1994, Carlos Salinas de Gortari promulgó la Ley del Servicio Público de Energía y declaró a Luz y Fuerza del Centro organismo público descentralizado. Hacia 1997, Ernesto Zedillo Ponce de León maquinó la privatización de la industria eléctrica. El Partido Acción Nacional, entonces presidido por Felipe Calderón le metió zancadilla. Esperaría doce años para asestar el golpe que en 2003 Vicente Fox rehusó asestar.

La victoria pírrica calderoniana

Extinción de Luz y Fuerza del Centro, expectoró en octubre de 2009 el Presidente designado, y con su contlapache secretario del Trabajo, el fascista Javier Lozano Alarcón (antípoda del que ocupara el mismo encargo entre 1952 y 1958, López Mateos) alardearon de haber cortado oreja y rabo. Victoria pírrica la suya, porque 35 meses después, en septiembre pasado, la autoridad judicial amparó y dictó la reinstalación de los trabajadores, mediante el régimen de patrón sustituto.

El 27 de septiembre pasado, los neoipriistas -incluyendo a los mexiquenses-, ay, antes tan celosos de las efemérides inscritas en el calendario republicano, hicieron mutis en el 52 aniversario de aquél histórico lance patriótico de López Mateos. Dicho sea de paso,  el 28 tampoco se dieron por enterados de que en 1994 fue asesinado el promisorio ex cuñado de los Salinas de Gortari, José Francisco Ruiz Massieu. ¡Que memoria tan flaca y veleidosa!

 



 

De vendedor del patrimonio nacional,

a merolico de paellas y caldo de pollo

EN 1992, ESTABA EN LOS PINOS (acaso continúa y continuará inmanente) Carlos Salinas de Gortari. Entonces, el directorio del gobierno mexicano reportaba mil 162 altos mandos formales en el Poder Ejecutivo.


Jacques Rogozinski Schtulman
Jacques Rogozinski Schtulman.

De aquel gran total, sólo entre economistas, administradores de empresas y actuarios -tecnócratas, pues- sumaban 267 (23 por ciento). Por extracción académica, 91 provenían de planteles superiores privados operantes en México, la mayoría itamitas (egresados del Instituto Tecnológico Autónomo de México) y en minoría opusdeistas (formados por el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas, del Opus Dei). 25 especificaron su condición de nacidos en el extranjero.

El reclutamiento favoreció a 425 pasados por universidades extranjeras; 288 domiciliadas en los Estados Unidos. Entre las universidades de Harvard y Yale incorporaron a la nómina comentada 42 con diversos grados de licenciatura, maestría y doctorado.

El índice señala que, de aquellos mil 162 cuadros burocráticos de confianza, sólo 470 acreditaron su paso por un partido, apenas 196 desempeñarían alguna actividad en asociaciones sindicales, campesinas o populares (según los sectores del PRI) y únicamente 95 habían ocupado algún puesto de elección popular.

A los despachos de dos individuos listados, se endosaron dos graves y determinantes responsabilidades del Poder Ejecutivo: El área de política-política y el área económica para procesar la privatización de entes públicos. El primero, operador de la Oficina de Presidencia, nacido en La Ciota, Francia: Joseph Marìa Cordoba Montoya. El segundo, encargado de la Unidad llamada eufemísticamente  “de Desincorporación”, nacido en Paris, Francia, egresado de la Escuela de Administración del ITAM y de la University of Colorado (USA), Jacques Rogozinski Schtulman, casado con la economista Janet Lynn William Metcalfe.

¿Se puede dudar que a la mayoría de esos funcionarios le temblara el alma a la hora de serles exigida la implantación a rajatabla del depredador modelo neoliberal? Por supuesto que no.

Cordoba Montoya, expuesto al sospechosismo del llano en el asesinato de Luis Donaldo Colosio en 1994, adoptó en los últimos años un bajo perfil. Rogozinski Schtulman también dio poco de qué hablar en la grilla política, pero en las últimas semanas ha irrumpido vertiginosamente los espacios mediáticos para promover lo que para sí cree debe ser un éxito editorial, en el que exige a la mexicaniza dejar medias tintas y tirarse a fondo para hacer irreversible el despiadado modelo neoliberal.

Haciendo abstracción de prejuicios que no sean meramente políticos, vale decir que el simpático parisino Rogozinski Schtulman tiene en poca estima la inteligencia de los mexicanos. Para explicar su recalentada doctrina tecnoburocrática, nada original, dicho sea de paso, el salinista reciclado -como si estuviera anunciando el simplón pasquín ¿Quién se robó mi queso?- habla de si una paella está completa si le falta el azafrán; o se pone a ofrecer recetas para hacer apetecible el caldo de pollo, como si nuestro infalizaje, que padece por el neoliberalismo pobreza alimentaria, tuviera esperanza de acceso a aquel menú.

Con esa combinación de precariedad y cachaza se explica que, en la ruta neoliberal, el Fondo Monetario Internacional (FMI, padrastro de esa insensible casta, nos anuncie que a los mexicanos les espera otra década perdida en el cubículo 16 en el rango de las economías del mundo. Lo peor es que no hay más que dos sopas para el cercano nuevo sexenio de reinauguración priista.    



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