Egipto y el esplendor del mundo antiguo, los tesoros ocultos en la arena.
POR ENRIQUE CASTILLO- PESADO
ENTRAR A UNA DE LAS CIVILIZACIONES más antiguas que han existido en el mundo, es inicio de ingreso hacia el pasado histórico de un pueblo que dejó profunda huella durante su existencia. Me refiero a Egipto, el mundo de una nación que aun sigue impactando a través de un gran número de restos arqueológicos como las pirámides y la gran esfinge; la ciudad de Luxor, el templo de Karnak y el Valle de los Reyes. Hoy en día, Egipto continúa siendo el centro de enorme atractivo cultural y turístico, este último la principal fuente de ingreso de divisas para el país.
La esfinge se construyó esculpiendo montículos de roca caliza y cuenta con una altura de 20 metros
Diversas formas para describir la experiencia al estar en uno de los lugares más visitados del mundo, sitio en el que la historia tiene grandes capítulos de la sociedad egipcia, su cultura, los avances que tuvieron, el misterio de sus pirámides y la tradición de creer en la vida después de la muerte; Egipto es el sitio privilegiado para muchos de sus visitantes. Poder descifrar parte de sus secretos, sería solo equiparable a poder ser un vigilante del tiempo, como la esfinge misma, que ha visto ocultarse por cientos de años las estrellas.
La huella de lo que fue la tierra de los Faraones
Egipto, tiene guardado infinidad de virtudes por descubrir en alianza con el tiempo, es la representación de la celosa complicidad. Es de los destinos que uno debe realizar por lo menos una vez en la vida y, gozar del encuentro con la aventura al estar parado en la historia que se transforma en piedra. Existe la incertidumbre sobre su potencial económico como lugar turístico, la tensión política quizá ha influido en la presencia del turismo internacional los guías y las personas dedicadas a este sector comentan que se ha presentado la reducción de visitantes.
Tuve la oportunidad de encontrarme con algunos amigos originarios de Querétaro, Quintana Roo, principalmente de la ciudad de México, con quienes compartí experiencias durante la visita, además de unirnos en la charla con españoles y brasileños. El tema principal fue sin duda, el esplendor de una cultura que continúa despertando interés por caminar entre la exposición de los acontecimientos; de vivir el pasado o recordar esas circunstancias originadas por las producciones cinematográficas donde apareció el actor Omar Sharif.
El espelendor de una cultura que se resiste a desaparecer
Después de tomar el desayuno en el Hotel Ramses Hilton de El Cairo, partimos muy temprano hacia Giza, es esta ocasión el guía fue Yosef, su simpatía y amabilidad quedó al descubierto a los pocos minutos de haber iniciado el viaje. Nuestro primer recorrido nos llevó a visitar el complejo funerario que forman las pirámides de Keops, Kefren y Mikerinos; el misterio de la esfinge en Kefren, pasando por la antigua capital de Egipto que fue Menphis y la necrópolis de Sakkara.
En el inicio del viaje nos muestran como fue que surgió la idea de crear las pirámides, a partir de las antiguas mastabas (las tumbas egipcias en forma de pirámide truncada), también se le describe como un edificio funerario con forma piramidal, que al paso del tiempo fue convirtiéndose en una construcción más compleja, sumándole pasadizos, salas, escaleras y trampas para intrusos. Hay miles de mastabas en Egipto y en ellas se representan escenas de la vida cotidiana del antiguo Egipto.
Las maravillas y mitos inmensurables
La pirámide de Keops, es el símbolo de la inmensidad de la cultura egipcia; la pirámide de mayor tamaño, construida por el faraón del mismo nombre, que asombra por su construcción con mas de 2,300 bloques de piedra y cerca de ella las de menor tamaño pero igual de imponentes: Kefren y Mikerinos. Es inevitable pensar en su construcción, ¿cuántas manos contribuyeron en estas construcciones?
El sueño milenario de la esfinge, que descansa apacible vigilando las estrellas y viendo a los miles de turistas que desfilan ante ella, como un enorme león que los deja jugar y tomarse fotos ante su maravilloso encanto. La esfinge se construyó esculpiendo montículos de roca caliza y cuenta con una altura de 20 metros. Se cree representa al faraón Kefren, pero este no es un dato seguro, cuentan que alguna vez hace mucho tiempo atrás estuvo iluminada por hermosos colores en su decoración.
Los mitos alrededor de su existencia son muchos, incluso hay quien menciona una relación con la construcción de los atlantes y la similitud que existe entre Keops, Kefren y Mikerinos con Teotihuacan, misterios que el hombre no alcanza a descifrar o antiguas leyendas y coincidencia. En Menphis podemos encontrar el museo de Mit Rahina al aire libre, donde bellas estatuas representan a los dioses del panteón egipcio, que cuenta con más de 300 deidades. Entre ellas la diosa Hathor de la música y la felicidad a quien se representaba con orejas de vaca, la esfinge de alabastro que sonríe, y siglos de historia que las esculturas de piedra guardan celosamente. Menphis guarda un secreto de impresionantes dimensiones y belleza, el reto a la escultura y la arquitectura contemporánea.
El coloso de Ramses II
Descubierto en 1820 al sur del templo de Ptha, dios de la magia en la mitología egipcia, esta colosal estatua representa a Ramses II construido con piedra caliza y de más 10 metros de altura.El detalle con que ha sido construida, permite ver los músculos flexionados, que dan la idea de que en cualquier momento despertará de su letargo. Ramses II es el faraón que mas aparece, ya que construyó hermosos templos llenos de esplendor en las orillas del Nilo. Sus construcciones eran enormes y se comenta que también usurpó templos anteriores, pertenecientes a otros faraones, en los que hizo que su nombre quedara grabado para la eternidad.
Mit Rahina, el museo guarda la presenica de 300 deidades egipcias
Después de este recorrido y, de regreso al hotel, la siguiente partida fue en tren. Por la tarde la ruta fue hacia la ciudad de Aswan. La estación de tren va adquiriendo más presencia africana con su imagen antigua, es el icono de una postal tomada en sepia, lo cual le brinda un matiz exótico y atemporal, ya que la mayoría visten las tradicionales burkas y vestimentas cómodas, los maleteros se desplazan cargando el equipaje cruzando las vías, y junto hay una entrada al metro egipcio. El viaje en tren es cómodo e incluye una cena que bien podría pertenecer a un restaurante modesto, pero de muy buen sazón: café, un poco de arroz, pescado condimentado con especias, puré y un pastel como postre. El tren se suma a la experiencia de estar en otra época y solo algunos celulares y cámaras fotográficas nos regresan al presente. El viaje nocturno en tren, ofrece dormir cómodamente en el camarote.
La ciudad de El Cairo, el punto de encuentro con la aventura
El amanecer ofrece panorámicas de las ciudades que se van pasando, donde se aprecia ese aire casi místico que nos adentra cada vez más al antiguo Egipto. Desplazarse sobre el río Nilo, es la oportunidad de observar el Obelisco inconcluso y la Gran Presa de Aswan que fue construida para controlar las inundaciones que sufren las riberas del río Nilo, el más grande de África y fuente de vida de la civilización egipcia que invita recorrer las ciudades de Kom Ombo, Luxor y Karnak. El Nilo parte desde Uganda y Kenia, su máximo esplendor se ubica en la región de Nubia para llevar al turista a sumergirse en el mundo faraónico de las pirámides y llegar hasta Alejandría para fundirse con el Mediterráneo gracias a un enorme delta. Y hasta la próxima, ¡abur!
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