MOLINO DEL REY
Tuve un sueño
VIOLENTAMENTE ESTREMECIDOS por realidad real arrojada a
nuestro ánimo por la sabia Naturaleza, soñamos que, después de tres décadas de
pesadilla de la usurpación, en México se
ponía fin a los poderes fácticos, se restauraban la República y los tres
Poderes de la Unión
volvían por sus fueros constitucionales.
Soñamos que se restituía la señera figura del Jefe de las
instituciones nacionales y que éste, frente a la situación de catástrofe, convocaba
a un impostergable Plan de Salvación Nacional, partiendo de dos acciones
inmediatas y sustantivas:
1) LA INSTALACIÓN de una Comisión de la
Verdad sobre los grandes crímenes económicos que, durante la
negra noche neoliberal, han saqueado las tesorerías públicas, y derogado los
Derechos Sociales del pueblo mexicano, y
2) EL ESTABLECIMIENTO de la Comisión Nacional
Anticorrupción integrada por ciudadanos intachables, que dictaminan sobre la
constitucionalidad de las leyes vigentes y procuran el ejercicio de la
responsabilidad constitucional sobre los gobernantes que, habiendo jurado velar
por la Constitución
y no lo hicieron, son sujetos de sanción conforme el tamaño de sus
transgresiones a la moral pública y la Ética republicana.
Soñamos que, si no hay penalización judicial, al menos
los presuntos implicados por omisión o comisión en la potencialización de los
efectos del desastre, sean los primeros sujetos de leva para formar brigadas de
limpieza y reconstrucción de los escenarios de la devastación.
Si hay voluntad
política: Hay también recursos
Soñamos que, habida cuenta la quiebra técnica del Erario
público, el Plan de Salvación Nacional es proveído de recursos, por decretos
extraordinarios, de las fuentes siguientes:
1) LOS 170 MIL millones de dólares en reservas de divisas atesoradas por el Banco de
México, decretando el retorno de la parte depositada en la Reserva Federal de los Estados
Unidos (Fed), que están sirviendo para el rescate de los fraudulentos banqueros
norteamericanos;
2) EL BILLÓN DE PESOS acumulados en los Sistemas Nacional de Fondos de Retiro de los
trabajadores, recuperando del mercado especulativo los grandes montos
destinados por las Administradoras Especializadas en Inversiones al usufructo
de las rapaces corporaciones que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores;
3) EL PÚBLICAMENTE incuantificable, pero evidente saldo en dólares disponible en los
fondos para prevenir la caída de los precios petroleros, o los remanentes de
aquél de contingencia que presuntamente se constituyó con el producto de la
venta de bienes públicos, etcétera.
4) LA MORA DEL PAGO de más de 20 mil millones de dólares anuales al Fondo Monetario
Internacional, al Banco Interamericano de Desarrollo y otras agencias
multinacionales, y la renegociación con el FMI de los términos, en monto y
plazo, del pago de servicios de la deuda
externa;
5) LA SUSPENSIÓN de la expatriación de las monstruosas ganancias de la banca
extranjerizada;
6) DE LA SUSPENSIÓN temporal de nuevos endeudamientos de los gobiernos de los estados
y municipales, con la coartada de disponer de recursos frescos para la
rehabilitación de obras y servicios;
7) CESE DEL JINETEO privado las remesas en
dólares que envían los trabajadores transterrados, para hacerlas llegar
directamente a las familias destinatarias;
8) FRENO A LA FALSA filantropía que practican ciertos
personajes e instituciones, con el único fin de medrar con la deducibilidad
fiscal, aun cuando algunos de esos recursos provengan de la suscripción
popular, etcétera
Soñamos que los poderes Ejecutivo y Legislativo dejan
para mejor ocasión la cuchara grande con la que, hasta agosto pasado, se
estaban repartiendo el pastel fiscal de 2014, básicamente para satisfacer el
gasto corriente (y las nóminas salariales de la burocracia) y privilegian
únicamente los incrementos en los ramos que impacten directamente la reconstrucción del tejido
social y la reactivación de los procesos productivos.
Soñamos que, por respeto al luto nacional, los partidos
políticos, las cámaras legislativas,
tribunales judiciales y la legión de institutos autónomos y comisiones desconcentradas
o descentralizadas, han tenido el pudor de solicitar a los medios electrónicos
que dejen en suspenso la ensordecedora campaña de spots cargados de nimiedades y falacias.
Soñar no cuesta nada. Salvo que una tragedia mal
entendida y peor atendida enerva y dispara los procesos de ingobernabilidad.
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