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| Edición 311 | ||||
| Escrito por Héctor Chavarría | ||||
| Lunes, 04 de Noviembre de 2013 14:07 | ||||
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La “seguridad” en los cines/dulcerías
Algo chistoso, aunque visto con atención; indignante... a ninguna persona honrada le agrada ser tratada cual delincuente por lo que en esta especie de país llaman “seguridad” por lo menos a nivel particular / empresarial.  En las dulcerías-cines de la capital insisten en que “no se puede entrar con bolsas”, por supuesto las mujeres están exentas de tal cosa y una “inteligente” persona de las de “seguridad” me dijo el otro día que mi morral profesional con equipo de trabajo; grabadora, cámara, laptop... debía ser dejada en el guardarropa (incidentalmente en tal sitio no se hacen responsables por los objetos dejados en custodia y, si se perdieran o dañaran, la empresa pagará generosamente cien pesotes, aunque lo dañado sea una laptop de $6,000.00 o más), lindo el asunto, la astuta empleada en cuestión explicó con una sonrisa de conmiseración hacia el cliente, que era “política de la empresa”; delicioso eufemismo que carece de significado... y agregó con estudiado candor: los morrales están prohibidos por seguridad, pero no las mochilas ni las bolsas de las damas (¿?) por la posibilidad de introducir armas... ¡chale!  Cines del DF. O sea, un morral lleno de equipo periodístico es “sospechoso”, pero una mochila donde fácilmente cabe una Uzi o una Ingram (son metralletas)... es inocente. ¡Chale! Otra vez. No me atreví a preguntarle a la hábil empleada cual era la diferencia entre una mochila, un morral o una bolsa... me aterró la posible respuesta.
De cualquier manera, no dejé mi morral en el guardarropa y entré al cine negándome cual es mi derecho ciudadano, a mostrar el contenido a pesar de las fútiles protestas de una serie de ignaros... hay que aclarar en legalidad que; la “política de la empresa” vale un comino cuando interfiere con el derecho de los ciudadanos al libre tránsito.  Dulcería de cine. Además es sabido que esa “política” es para evitar que se introduzcan alimentos o golosinas que no hayan sido compradas en la dulcería de la cual es anexo el cine y, a los precios excesivamente inflados de tales sitios con pésimo servicio los cuales son el verdadero negocio de la empresa... Tres preguntas y una recomendación: Preguntas: ¿Qué harían los “vigilantes” si alguien porta una Uzi en una mochila y dos automáticas de 19 balas en arneses, además de un par de granadas de defensa y una olla exprés con TNT y clavos en la mochila? (Todo eso se consigue en Tepito). Segunda pregunta: ¿Cómo se las quitarían tales ineptos de “seguridad” a quienes las portaran? ¡Ops, ay! Tercera: ¿Y, no les parece curioso que en estos cines “tan seguros” entren balas por los techos y maten niños, deberíamos exigir (¡urge!) cascos y chalecos de kevlar™? ¡Ops, ay! Recomendación: si quieren golosinas, cómprenlas fuera de los cines, guárdelas en sus bolsas y entre con ellas… se ahorrara una lana. Y bueno, nos vemos en la próxima: Vida larga y próspera...
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