La
noticia, divulgada por el diario alemán Bild,
de que Rusia parece haber desplegado en su enclave de Kaliningrado misiles del
tipo Iskander -capaces de portar cargas nucleares- como respuesta al “escudo
antimisiles”, llega en medio de un vacío de información que hace que ese
anuncio resulte incomprensible para la mayor parte de la opinión pública.
Si eso es cierto, ¿a qué se debe este “acto agresivo de Putin”? ¿Por qué no quiere Rusia que Estados Unidos ponga a sus aliados europeos bajo la protección de su “escudo”? Además, ¿Obama no había renunciado al “escudo”, que era un proyecto de Bush?
Washington insiste en afirmar que no es Rusia el objetivo del “escudo” instalado en Europa y que lo que quiere es neutralizar la amenaza de los misiles iraníes. Pero en Moscú ese “escudo” se ve como un intento de lograr una ventaja estratégica decisiva ante Rusia ya que Estados Unidos podría lanzar un primer golpe nuclear apostando a la capacidad del “escudo” para neutralizar toda represalia.
Plan de Obama
Obama ha emprendido un nuevo plan que prevé una cantidad todavía superior de misiles instalados en las fronteras de Rusia. Pero al ser Estados Unidos quien controla esos misiles, los países receptores (europeos) simplemente ignoran si los misiles [estadounidenses] instalados en su territorio son misiles interceptores o misiles nucleares. Y gracias a los nuevos radares instalados también en posición avanzada, el Pentágono puede además vigilar mejor el territorio ruso.
Kalinigrado donde Putin ha instalado misiles Iskander
Después de haber rechazado la proposición de compartir con Rusia el manejo del radar de Qabala, en Azerbaiyán, Washington aceleró la instalación del “escudo”.
En marzo pasado se confirmó que Estados Unidos está procediendo al despliegue de 24 misiles SM-3 en Polonia y de otros tantos en Rumania, además de un número no precisado de misiles Aegis a bordo de las fragatas desplegadas en el Mediterráneo. Todos esos misiles están integrados a un súper-radar instalado en Turquía y a radares móviles que pueden ser rápidamente desplegados en “posición avanzada”.
Polonia anunció al mismo tiempo que dedicará 33 600 millones de euros a la creación de su propio “escudo” (con tecnología estadounidense) para integrarlo al de Estados Unidos y la OTAN.
En mayo, la firma
(estadounidense) Lockheed Martin anunció que había realizado -en un año- cuatro
ensayos exitosos con el misil Aegis de segunda generación y que el
número de navíos de guerra dotados de ese sistema de misiles -actualmente
son 27- aumentará a 32 en 2014.
En octubre tuvo
lugar, en la base aérea rumana de Deveselu, la inauguración de los trabajos de
construcción de una instalación terrestre de misiles Aegis, financiada por el Pentágono con 100 millones de euros,
instalación que será operacional en 2015. La base se mantendrá formalmente bajo
las órdenes del mando rumano pero son 500 militares estatadounidenses
quienes se encargarán del manejo de la instalación donde estarán los misiles Aegis.
Escudo “coraza de tortuga”
En noviembre
comenzaron los ensayos finales del Meads (Sistema de Defensa Aérea de
Mediana Extensión, siglas en inglés), creado conjuntamente por
Estados Unidos, Italia y Alemania: una especie de “coraza de
tortuga” que, gracias a un sofisticado sistema de misiles, debe
proteger las fuerzas que ataquen un territorio enemigo.
Después de haberle
dedicado 2 000 millones de dólares, Estados Unidos se retira ahora de
ese programa para concentrarse en otros sistemas. Pero Italia y Alemania -que
pagaron respectivamente el 15 y el 25 por ciento del costo total- sí van a
comprar el Meads, operación en la que probablemente embarcarán también a
Polonia, como medio de compartir el incremento del gasto inicial. El Meads
debe reforzar el “escudo” que Estados Unidos y sus aliados europeos
piensan desarrollar gastando en él varias decenas de miles de millones de
dólares en las próximas décadas.
También en noviembre,
el Pentágono confirmó que los cientos de bombas atómicas B61-11 que
Estados Unidos mantiene en Europa (Italia incluida) han de tranformarse en
bombas B61-12, utilizables como bombas antibúnker. Oficialmente, esas
bombas están clasificadas como armas nucleares “tácticas”, pero al estar
desplegadas en Europa -o sea, cerca del territorio ruso- se convierten de hecho
en armas estratégicas (categoría que normalmente incluye las armas con un
alcance superior a los cinco 500 kilómetros).
Iskander misiles rusos.
Miles de ojivas
Esas bombas
se agregan a las dos mil 150 ojivas estratégicas estadounidenses y a
las más de 500 ojivas francesas y británicas listas para su uso inmediato,
frente a las mil 800 ojivas rusas. Inmediatamente después, Lockheed Martin
completó el ensayo en órbita del segundo satélite Muos, lanzado en julio
y “confiado para el uso operativo al Comando Estratégico”, el mismo que
está cargo del mando de las fuerzas nucleares y de las operaciones espaciales.
Parte del proyecto escudo.
Después de todo lo
anterior no es sorprendente que Putin haya liquidado el grupo de trabajo
creado en 2011 para hallar formas de cooperación con la OTAN en materia de defensa
con misiles. Se anunció al mismo tiempo que otras unidades rusas recibirán
misiles Iskander y misiles balísticos intercontinentales móviles Yars
de nueva generación, capaces de transportar cada uno hasta 10 ojivas
nucleares.
O sea que Europa se
ha convertido en un lugar «más seguro»… gracias a
Estados Unidos.
*Red Voltaire