He aprendido que en la forma del pedir está el dar, en que yo soy lo que reflejo, en que violencia engendra violencia, la vida me ha enseñado a comprender que en la sencillez está la grandeza, que siempre es mejor dar que recibir, igual, que debo de hacer el bien sin mirar a quien, reflexionar a cada instante que en esta vida, nada es para siempre, ni bueno ni malo. Nada.
Más moscas se casan con miel que con hiel
Siempre estamos en un cambio constante y lo mejor de la vida, es vivirla en armonía, solo así, amándome a mí mismo, estaré en libertad y en posibilidades de amar a otros, puedo dar lo que tengo, hoy sé que no tengo todo lo que quiero, pero quiero y mucho, todo lo que tengo, los golpes te hacen madurar, tropezón tras tropezón, avisos de caída son, por ello, afirmó que después de una severa crisis, hay creces, sé ahora, que al mal tiempo, buena cara y una actitud positiva, porque no hay mal que dure cien años, ni enfermo que los aguante, cada vez, que alguien me dice. Cuídate. Cuídate mucho, me da un mensaje espiritual.
Dios te acompañe. Valoro la crítica, las cosas hay que tomarlas de quien vienen y respetar los sentimientos de otros, no soy monedita de oro para caerles bien a todos, me consta que cada quien cosecha lo que siembra, quien destila envidia y habla mal de alguien, está hablando mal de sí mismo, quien está ausente de sí mismo, está vacío y lejos de Dios.
La envidia como enfermedad
No es solo una emoción negativa, sino una enfermedad crónica, física, mental, emocional y espiritual, es un sentimiento de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí sola algo que otra posee, refleja ira acumulada, la persona que destila envidia en contra de alguien, lo hace porque se siente inferior, porque no acepta los éxitos y los logros alcanzados, en lugar de reconocerlos, prefiere emitir argumentos de desprestigio, usando frases como. A mí me consta. Yo lo vi con mis propios ojos.
En cada rincón de una oficina pública o privada, en cada casa, en cada lugar, hay un envidioso, mentiroso, chantajista, manipulador, que es capaz de dramatizar, actuar e interpretar el menor papel de víctima para que quien la escucha crea su versión o la “verdad” que emite, por desgracia, la gente envidiosa logra su objetivo, porque quien escucha la versión, la da por hecho y permite la descalificación o el supuesto agravio, triste es, pero le dan crédito a quien desprestigia a alguien, en lugar de confirmar los argumentos, y esta idea es contra de alguien, de sus actitudes, manera de ser, mañas o supuestos vicios: Golpea a su mujer. Es maricón. Usa Droga. Y otros calificativos descalificativos, y éstos, duran toda la vida.
Se cree debido a que se es débil espiritualmente, en todas las ciencias, la envidia envenena las mentes frescas e inocentes y cobardemente se daña a gente que ni por enterada se da de que fue desprestigiada, descalificada, he aprendido, que cuando alguien habla mal de otro, no debo de engancharme, ni creer lo que se dice, mucho menos debo hacer lo que a mí no me gusta que me hagan, aunque hay personas que ciertamente se ganan las ocho columnas, no puedo jugar con mis emociones, ni destilar envidia, hay un bumerang en el aire y este bumerang se revierte. Ojo por ojo. Diente por diente, y el bumerang te pega donde más te duele. Con la vara que midas. Serás medido.
El triple filtro de Sócrates
En la antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos. Un día, un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo: ¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo? Espera un minuto –replicó Sócrates-. Antes de decirme algo quisiera que pasaras un pequeño examen. Yo lo llamo el examen del triple filtro. ¿Triple filtro? Correcto -continuó Sócrates-. Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir, es por eso que lo llamo el examen del triple filtro. El primer filtro es la verdad ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? No -dijo el hombre-, realmente solo escuché sobre eso y… Está bien -dijo Sócrates-. Entonces realmente no sabes si es cierto o no. El segundo filtro, el filtro de la bondad ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo? No, por el contrario. Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto. El tercer filtro de la utilidad ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo? No, la verdad es que no. Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno, e incluso no es útil ¿para qué querría saberlo? Ojalá esta sabiduría pudiéramos aplicarla a cada momento. Considero que si abro la puerta a la especulación, al desprestigio, a la descalificación y la envidia, soy igual o peor a quien escucho.
Con el tiempo aprendí…
“Con el tiempo aprendí la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de alguien y encadenar un alma. Con el tiempo aprendí, que el amor no significa apoyarse en alguien y que la compañía no significa seguridad.
“Con el tiempo…empecé a entender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas. Con el tiempo aprendí que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo…te das cuenta de que casarse solo porque “ya urge” es una clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso. Con el tiempo comprendí que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.
“Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero. Con el tiempo entendí que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas. Con el tiempo aprendí que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendí que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes…
“Con el tiempo comprendí que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir. Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado. Con el tiempo aprendí a construir todos los caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes.
“Con el tiempo comprendí que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen, ocasionará que al final no sean como esperabas. Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añoraras terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. Con el tiempo aprendí que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba…, ya no tiene ningún sentido. “Pero desafortunadamente; esto solo lo entendemos con el tiempo.”
Jorge Luis Borges
La chispa de la vida
Fue un mil usos a la casa, mi mujer hizo arreglos con Él y el prometió infinidad de reparaciones, entre ellas, echarnos a jalar bien los aires acondicionados y como muchos de esta clase, dio su palabra y la fecha de cumplir con los trabajos, conseguí dinero y pude darle lo que había pactado con mi esposa, pasó el tiempo y no hizo absolutamente nada, fui a reclamarle y a pedirle que me regresara el dinero que le había dado, eran las 11 de la mañana y apestaba a alcohol, me tiró a lucas.
—Mañana le regreso su dinero. —Hace tres meses de ello y hemos estado soportando el intenso calor debido a que los aires no funcionan, y pude haber hecho muchas cosas para recuperar mi dinero o vengarme, como demandarlo y seguir un juicio que ni al caso, hacerle daño de alguna manera, pero definitivamente, no soy así.
Aprendí la lección, que músico pagado, toca mal son, que no tiene la culpa, el indio, sino el que lo hace compadre. Esta mañana, por tercera ocasión, llevé mi carro a reparación del radiador, lo he llevado tres veces y las tres he pagado, le pusieron la bomba del agua, el balero de no sé qué, le quitaron el termostato y le pusieron empaques, pero el carro sigue calentándose bastante y ahí me tienes cada 20 minutos deteniéndome en las gasolineras a enfriar el radiador, con el temor de que se vaya a desbielar, esta mañana, le decía al encargado hasta de lo que se iba a morir, me llené de ira, debido al cúmulo de frustraciones que he cargado cada vez que mi auto está a punto de explotar como olla exprés, y que hago, me hace daño perder la calma, solo alejarme y decirme a mí mismo. Mi mismo, hay que tener la paciencia de un pescador. En esta país medio mundo te ve la cara, te venden celulares chinos en un ojo de la cara, te ven la cara como vil chino, los mecánicos, por el simple hecho de que tu auto entre a la rampa, ya te pronostican, cuando te van a cobrar.
De mil 500 para arriba y el dinero no se recoge con la escoba, está muy escaso. Caigo en las provocaciones, me invaden las emociones torcidas, el cavernícola emocional, surge, me lleno de odio, de sed de venganza y pierdo la paz interna, hasta que al final, aprendo la lección, tomo las cosas con calma y vuelvo a empezar, sé que el que a hierro mata a hierro muere. Comprendo que fue mi mala decisión, me equivoqué en confiar en las personas, es mi responsabilidad y debo de asumir las consecuencias Dios que los cuide.
La sobriedad es un regalo maravilloso
Jamás pensé vivir mi vida como la estoy viviendo el día de hoy, en estos días, he determinado tomar una de las decisiones más importantes en mi vida, he procesado con calma mi presente y mi futuro, me siento bien, me he valorado a mí mismo, he visto con toda honestidad mi crecimiento espiritual, reconozco mis errores, se dónde ando mal y el rumbo que debo corregir, a mi edad, no puedo improvisar ni jugar a correr riegos, ahora más que nunca, los errores cuestan, y no puedo darme el lujo de tropezarme, aunque decía mi padre. El hombre es el único animal que se tropieza con la misma piedra dos veces.
¿Será? Dicen que la mula no era arisca. La hicieron. Para mí, esta etapa es como una oportunidad de vida, ya muchas oportunidades se me fueron de las manos, vivo, el solo por hoy, sin miedo, libre, feliz y en armonía, he venido construyendo mi propia fortaleza y creando el escaparate de mis emociones, trabajo intensamente en mis defectos de carácter y patrones de conducta equivocados, caigo fácilmente y me engancho, me cuesta trabajo salir del huracán emocional, pero al final lo logro. Los días de miel y de paz que me prometieron los Alcohólicos Anónimos llegaron, sé que únicamente depende de mí para que no se vayan o se esfumen, de mí, depende la felicidad, la armonía y la actitud positiva.
Muchas gracias por leerme y más por escribir
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