• El CIS pregona que el 42.2% de los encuestados
se siente tan español como catalán
• Ana Botín crece contra viento y marea
¿Hay bases para reflexionar que es posible el resultado de que “si no hay mayoría soberanista” en Cataluña, ¡este proceso habrá acabado!? Decía Artur Mas, sin importarle el futuro económico de Cataluña (que opinarán los integrantes del Fondo Monetario Internacional), con las elecciones del 27--S que “es vital saber si Cataluña puede ser Estado, y el primer paso es saber si tienen mayoría ¿para hacerlo?
O sea, “sino no existe la mayoría soberanista, este proceso se habrá acabado”. Mas no habrá tenido mayoría suficiente si queda por debajo de la mayoría absoluta en escaños, o la tiene en escaños pero no en votos o sale un cuasi empate en votos (¿?). En las tres situaciones la respuesta habría sido que no. ¿La razón?: no hay mayoría como para seguir el procés (movimiento social catalán); lo que empujaría a Mas a dimitir. Solo entonces tendrían la viabilidad las alternativas posibles (Tercera Vía, etcétera). Y evidenciar esa insuficiencia en las urnas es la prioridad de los partidos opuestos a la secesión.
“ir” y “venir”
Doce meses en –relativamente-- poco tiempo en la vida de un banco. Los críticos financieros serían injustos en juzgar la presidencia de Ana Botín al frente del Banco Santander. Y no sólo por la caída en Bolsa de las acciones de la institución (casi un 33%) por los altibajos bursátiles/crisis en China/Brasil, entre otros países. Sin embargo, los inversores esperan que Ana Botín demuestre que los cambios son buenos para Santander. Esta información la proporcionó Iñigo Vega, de Nau—Securities. Mire, estimado lector (a): los analistas creen que Brasil “es una de las grandes incógnitas aunque subrayan que sin importar su “ir” y venir”, el banco Santander en Brasil crece con una fuerza inaudita en sus resultados. También, en México, pero no tanto, porque no cuenta con el mismo número de inversores. En Brasil, hasta junio, Santander ganó alrededor de 3.246 millones, casi un 24.3 más. Y eso que yo no creo en economía global o Ficción Financiera.
Ana Botín nació en 1960 y la conocí en 1982 en una comida en el Zalacaín de Madrid (el feudo culinario más caro de la capital española) y me pareció no sólo una mujer talentosa, sino también visionaria y vertical como su padre don Emilio Botín (, fallecido el 4 de septiembre de 2014) al que conocí hace como diez años a través de una invitación a una reunión por medio de José Gárate Murillo, ex empresario hispano (qepd). Ana no olvidará nunca su primer día en el Santander (ya como presidenta), que se cumplió hace unos días. En sus primeros comentarios, subrayó lo siguiente: “Esto no será fácil como se lo piensan algunos. La trayectoria de éxito de décadas pasadas es todo un reto para todos nosotros”.
Ana se ubica entre las mujeres más poderosas del globo terráqueo. Es la única española –ni siquiera las hermanas Koplowitz-- que aparece en la lista de Forbes. Los que colaboran con ella de cerca o a la distancia, destacan su afán de control, a veces hasta en los más mínimos detalles, algo difícil en el mayor banco de la zona euro, con un poco más de cien millones de clientes. Por supuesto, que vive un tiempo bancario distinto, con bajos recursos, lo que reduce la rentabilidad, que viene a ser el objetivo clave. Por ende, los inversores esperan resultados, y Ana Botín sabrá darlos. Y hasta la próxima, ¡abur!
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