El ofensivo aumento al sueldo mínimo anula cualquier programa oficial de combate a la pobreza y de reactivación del mercado interno.
Chicago, Il.- El salario mínimo de 70 pesos recién aprobado para regir en todo México es una simulación peligrosa. No sólo resulta insuficiente para que las familias adquieran la canasta básica, sino que habla de la nula seriedad con que las partes involucradas abordan el asunto.
Para dar una idea de la burla que cometen patrones, líderes sindicales y gobierno metidos en este asunto, permítaseme comparar el caso con el reciente aumento al sueldo mínimo que rige en la ciudad de Chicago, Illinois, y que es el que ganan todos los trabajadores mexicanos indocumentados que radican en esta ciudad norteamericana. Actualmente el sueldo mínimo en Chicago es de 10 dólares por hora, luego del aumento que aprobaron el año pasado para entrar en vigor a partir de junio del 2015. Previamente, el sueldo mínimo era de 8.50 dólares. Es decir que el significativo aumento fue de 1.50 dólares por hora, equivalente a 12 dólares al día para jornada de 8 horas, lo cual suma 60 dólares por semana de 40 horas, y esto equivale a un aumento de 240 dólares al mes.
Subir progresivamente
Cabe señalar que en ese ajuste al sueldo mínimo de Chicago se aprobó que el mismo deberá subir progresivamente hasta llegar a 13 dólares en el año 2018. Las organizaciones de trabajadores están peleando en todo Estados Unidos por un sueldo de 15 dólares la hora.
No está de más mencionar que el sueldo mínimo federal es de 7.25 dólares la hora, pero es diferente para cada estado de la Unión Americana, y tiene que ver con el costo de vida en cada región y ciudad. Otro dato importante es que entre los trabajadores indocumentados, el mínimo en Chicago es para los ayudantes en general, obreros y diversos niveles de ocupación productiva, pero aparte está el tiempo extra que se paga a un salario y medio por hora. Para el análisis también debe contar el hecho de que con poca experiencia y con algo de capacitación en manejo de máquinas o sistemas, y sin el requisito de diplomas o certificados, los obreros y empleados de sueldo mínimo brincan a 12, 15 y hasta más de 20 dólares la hora. Incluso los obreros sindicalizados de la construcción y otras ramas alcanzan los 35 dólares por hora.
Disparidad salarial
En el fondo de todo el fenómeno migratorio que registra la relación México-Estados Unidos está la gran disparidad salarial que hay entre los dos países. La diferencia es que en Estados Unidos las autoridades sí muestran una mayor preocupación por la equidad salarial, y los líderes gremiales defienden en serio sus intereses ante los patrones. También debe mencionarse que en general los patrones también aceptan que es importante que los obreros y los empleados en general tengan un poder adquisitivo real, porque esto posibilita el acceso a los diversos satisfactores y equivale a mantener una economía vigorosa, con mayor equidad y justicia social.
En México los explotadores se aferran a seguir por el camino equivocado, por un lado tanto los líderes sindicales entregados a los cortejos de los corruptos patrones, y en medio las autoridades laborales permisivas, timoratas, cuando no cómplices de una clase empresarial miope y explotadora, que no alcanza a ver los beneficios de otorgar a los empleados beneficios decorosos. Ignorantes o en todo caso malos alumnos de uno de los grandes exponentes del capitalismo estadounidense, Henry Ford, el fundador de la famosa marca automotriz, que expresó más o menos en los siguientes términos. “Hay que propiciar que los obreros puedan consumir lo mismo que ellos producen”.
Aumento de tres miserables pesos
Los simuladores en México festejaron el aumento de tres miserables pesos por jornada de ocho horas para llegar a los 70.10 mencionados, muy distante de las necesidades de la población trabajadora. Incluso lejos de los 82.86 pesos que recomienda el organismo autónomo Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas Públicas (Coneval).
El mezquino “aumento” solo convenció a los patrones. Entre la clase política, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Mancera, a favor de un incremento mayor, y con base en la cifra del Coneval, avanzó un paso al condicionar a todos los proveedores del gobierno a que paguen al menos los 82.80 a sus empleados de sueldo mínimo.
No sobra mencionar que diversos estudios de investigadores universitarios han referido que para recuperar el poder adquisitivo del salario mínimo de mediados de los años 70, cuando alcanzó su punto más alto, el sueldo mínimo debería ser al menos cuatro veces mayor a los 70.10 que regirán a partir de octubre de 2015.
A la velocidad que avanza la carrera peso-dólar, otra vez el microaumento resultará inútil, en semanas. Por algo las actividades criminales han proliferado en México. Porque muchos desempleados y los que no encuentran satisfacción en los bajos sueldos prefieren aventurarse en la selva delictiva. Y todo por culpa de los grandes simuladores que sólo buscan engordar sus cuentas bancarias, cobijados por autoridades timoratas y aferrados a sus mentirosos argumentos de que sólo una mayor productividad laboral posibilitaría hablar de aumentos más sustanciales. No quieren pagar, punto.
Nota: Gracias a Mouris Salloum por este espacio y gracias al Club de Periodistas por seguir defendiendo la libertad de expresión. *Periodista mexicano, residente en Chicago, Il. Estados Unidos.
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