LA ENFERMERÍA es una profesión que ha evolucionado con la humanidad. La Revolución Mexicana fue el acontecimiento significativo político y social más importante en México, misma que proporcionó a las mujeres mexicanas la oportunidad de destacar por su abnegación y sacrificio y no en pocas ocasiones audacia y valentía.
EL 1 DE JULIO DE 1910, el Hospital Militar de Instrucción reglamentó por primera vez la carrera de enfermeras, cuyos requisitos principales para ingresar eran; ser solteras o viudas y sin hijos; tener por lo menos 21 años y no pasar de los 40; disfrutar de buena salud y constitución física; tener buena conducta y haber acreditado la educación primaria elemental, durante este tiempo la carrera constaba de tres años, al culminar los estudios y aprobar el examen general, recibían diploma firmado por el Secretario de Guerra y Marina y prestaban obligatoriamente tres años de servicios.
Esta primera Escuela de Enfermeras del Ejército, creada por el Coronel Médico Cirujano Fernando López, Director del Hospital Militar de Instrucción desde el año 1894 dentro del mismo Hospital, desapareció con la disolución del Ejército Federal en agosto de 1914. Durante la Revolución, el General Francisco Villa logró organizar un excelente servicio médico en la División del Norte que contaba con un cuerpo de enfermeras que trabajaron con gran acierto y esmero.
El servicio sanitario constitucionalista en el año de 1915 contaba con una sección de enfermeras. Después de la Revolución, éste personal pasó a formar parte del Hospital Militar de Instrucción y de los Hospitales Militares Regionales donde continuaron desempeñando sus labores durante muchos años, hasta que en 1938 como consecuencia de las disposiciones del entonces departamento de Salubridad Pública, se exigió que el personal de enfermería comprobara y legalizara sus conocimientos con estudios reconocidos, para poder ejercer con seguridad y eficiencia sus labores y no exponer la salud de los militares encamados en los hospitales y enfermerías, se creó la Escuela para Enfermeras del Ejército según decreto de 21 de marzo de 1938, publicado el 18 de mayo de dicho año en el diario oficial.
La Escuela quedó adscrita al Hospital General Militar de Doctor Lavista y Doctor Vértiz de esta ciudad y el alumnado lo integraron todas las enfermeras sin título de ese nosocomio, siendo su primer Director el Coronel Médico Cirujano Donato Moreno Muro, colaborando en esta labor, los jóvenes médicos que no escatimaron esfuerzo alguno, ni entusiasmo, para hacer realidad su brillante idea, siendo requisito de escolaridad para ese entonces, haber cursado la primaria y el plan de estudios tenía una duración de dos años. Tras varios años, las alumnas eran admitidas en el primer año de estudios exclusivamente, pues no se revalidaban materias y al graduarse se les asignaba el grado de Subteniente Enfermera, con el cual iniciaban su carrera profesional con la obligación de servir cinco años como mínimo en el Ejército Mexicano a partir de la fecha de su graduación, de conformidad con lo dispuesto en el Decreto expedido el 5 de enero de 1957, por el C. Adolfo Ruiz Cortines, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
En 1963 esta escuela, recibió su actual denominación de Escuela Militar de Enfermeras y es en ese año, fue abanderada por el entonces Presidente de la República Licenciado Adolfo López Mateos. En 1964 la Escuela Militar de Enfermeras ocupó sus actuales instalaciones en Jardines Poniente del Hospital Central Militar. Fue a partir del 1 de agosto de 1973, que el personal de cadetes de la Escuela Militar de Enfermeras cambio el sector que tenía designado desde 1949 y portó el sector con características propias de la escuela, con el distintivo de la lámpara, símbolo universal de la enfermería. A partir de 1977, el plan de estudios se incrementó a cuatro años incluyéndose el Bachillerato y el Curso de Adiestramiento Básico Individual, éste último con duración, en ese entonces, de seis meses (actualmente es de dos meses), el cual realizan las alumnas de nuevo ingreso en las Instalaciones del Heroico Colegio Militar. En el año de 1993 disminuyó a tres años, la duración de la carrera y desde el año de 1996, es requisito para ingresar el bachillerato y se expide título de Técnico Superior en Enfermería Militar y para el año 2007, se elevó el nivel de estudios a Licenciatura en Enfermería Militar.
LA HISTORIA nacional de la enfermería se basa en acciones heroicas, poco conocidas sobre el progreso y desarrollo de este oficio. Hace siglos en nuestro país, entre los años 1810 y 1905 la medicina junto con la enfermería, sufrió un estancamiento a causa de grandes acontecimientos bélicos, como la invasión de Estados Unidos (1847), la invasión francesa a causa de un endeudamiento con ese país (1862) y el triunfo de la Lucha de Independencia.
Entre los personajes que atendían a los heridos durante la lucha de Independencia surgió una mujer religiosa a la que se calificó como la más notable enfermera de México llamada Sor Micaela Ayans, que empezó una gran labor en la guerra contra los estadounidenses.
Apoyada por tres compañeras, cuidó a los heridos, convirtió los claustros en salas para enfermos, improvisó camas, consiguió medicinas, pidió apoyo económico a la población y logró crear el Hospital de San Pablo (posteriormente Hospital Juárez), donde las Hermanas de la Caridad eran parte fundamental. Debido a las leyes de Reforma, promulgadas por Benito Juárez en 1859 expulsaron a esas “Hermanas” quedando vacío el espacio, en el cual poco tiempo después surgió otro personaje su nombre Refugio Esteves Reyes, quien fue la primera enfermera militar, conocida como “Mamá Cuca” que se consagró al cuidado de los heridos en las diversas contiendas. Nació en 1881 y quedó viuda a los 25 años, para mantener a sus hijos se trasladó a Guadalajara, donde se empleó como costurera en un hospital.
Posteriormente fue invitada a trabajar atendiendo a los heridos de la revolución, y comenzó su carrera como enfermera. Refugio Esteves Reyes fue la primera enfermera que adiestró a un grupo de mujeres revolucionarias como cuadrilla de primeros auxilios, para atender a los heridos en el campo de batalla. Su labor humanitaria la llevó a prestar sus servicios de enfermería en los hospitales de Guadalajara, Querétaro y Guanajuato.
En el año 1914, las fuerzas carrancistas sacaron a Refugio Esteves del hospital donde trabajaba y la llevaron al campo de batalla para que les atendiera. Fue entonces cuando se le bautizó con el nombre de La Mama Cuca, a raíz de la atención prestada a un soldado que tenía una herida en la boca que le impedía comer. Ella desarrolló una forma de alimentarle basada en papillas semilíquidas, que impidió que el soldado muriera de inanición. Refugio Esteves Reyes tenía a su cargo el carro hospital de cirugía y era una mujer valiente que no se amedrentaba al fragor de la batalla, de tal suerte que el 4 de junio de 1915 recibió un balazo en el lado izquierdo del cuello, sin tocarle ningún órgano vital. Así ella vivió desde entonces con una bala alojada en la cuarta vértebra del cuello que un poco le impedía mirar por encima de su hombro, pero que no logró hacer que desistiera de su empresa humanitaria. En el campo de batalla pasó año y medio en el cual recorrió más de 10 mil kilómetros en tren atendiendo combatientes, después se comisionó a la ciudad de México con el fin de organizar los servicios de enfermería del hospital militar, lo cual realizó con entusiasmo. Refugio Esteves no poseía conocimientos académicos en la rama de la enfermería. La mayor parte de ellos habían sido ganados en la práctica usando su sentido común.
Después del triunfo de la Revolución, a la edad de 57 años ingresó al curso de enfermeras que impartía el médico cirujano Donato Moreno Muro, en donde Refugio obtuvo las más altas calificaciones y logró obtener su grado de enfermera a la edad de 59 años, así como inscribir su título en el registro público de profesiones (1940), siendo entonces nombrada teniente coronel. Ella alcanzó los grados académicos y militares que le reconocieron su labor como enfermera, es por ello que el Congreso de la Unión le otorgó una medalla de honor por sus grandes méritos y una pensión vitalicia la cual le sostuvo hasta su muerte ocurrida en 1956. Aunque la historia oficial le ha negado la existencia al no citarla como protagonista, Refugio Esteves Reyes continúa viviendo en la memoria de las enfermeras militares como la primera enfermera militar en México. Hace apenas unos cuantos años en el 2005, la enfermería dejó de ser un oficio para convertirse en una profesión. El 6 de enero se festeja el día de la enfermera.
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