Muckrakers, periodismo de investigación
Juan Ramón Jiménez
MUCKRAKER ES, EN INGLÉS, EL NOMBRE CON EL QUE SE CONOCE AL PERIODISTA o grupo semi organizado de periodistas o escritores norteamericanos que, a comienzos del siglo XX, se dedicaron a denunciar públicamente la corrupción política, la explotación laboral y una serie de abusos, inmoralidades y trapos sucios de personajes e instituciones de la época.
DEL INGLÉS, SIGNIFICA “removedor de basura”, se le aplica a los periodistas, investigadores o cineastas que denuncian la corrupción política y financiera, el crimen corporativo, la explotación laboral y sexual de los niños, las condiciones infrahumanas de las prisiones, la contaminación y desperdicios de las plantas dedicadas a la elaboración de alimentos, químicos, maquilas, y también a los fraudes comerciales en patentes de medicinas, robo de patentes, piratería industrial y comercial, robo de mercaderías para venderlas en los tianguis, etc.
El termino se aplicó a los periodistas de fines de los años 1800s y principios de los 1900s, especialmente a los que denunciaban a los grandes monopolistas, especuladores, usureros, en revistas especializadas como Cosmopolitan, The Independent, y McClure's. Es un periodismo de oposición al poder, un movimiento activista y subterráneo que supone un intento, estrictamente profesional, de superar la saturación informativa, caracterizada por la estandarización y el cúmulo de datos y hacer un tipo de periodismo dirigido a provocar una respuesta. La Universidad de Columbia, de la ciudad de Nueva York, y su Departamento de Periodismo, prestigiado por ser el que entrega los afamados premios anuales PULITZER, estuvo impartiendo un curso en línea llamado Global Muckraking: Investigative Journalism and Global Media, dirigido y coordinado por Anya Schiffrin, Profesora y Directora de Tecnología, Medios y Comunicaciones, de la catedra “Media, Human Rights and Social Change” (Derechos Humanos y Cambio Social), la profesora e investigadora fue 10 años corresponsal de guerra en los Balcanes y en Vietnam y fue merecedora de la beca Knight-Bagehot de periodismo durante 1999-2000, es esposa del Premio Nobel de Economía 2001 Joseph Stiglitz y es autora del libro “Global Muckraking: 100 Years of Investigative Reporting from Around the World” (New Press 2014), mismo que sirvió de base al curso que estuvimos tomando por cinco semanas consecutivas, además tiene las siguientes investigaciones 2012|the new press|anya schiffrin, eamon kircher-allenFrom Cairo To Wall Street: Voices From The Global Spring (Del Cairo a Wall Street, Voces de la Primavera Árabe); Are We All Keynesians Now? Press Coverage Of The U.S. Stimulus Package (¿Ahora todos somos Keynesianos? Comentarios sobre el paquete de estímulos económicos de Estados Unidos); Watchdog Or Lapdog? A Look At Press Coverage Of The Extractive Sector In Nigeria, Ghana And Uganda (Cobertura sobre el sector extractivo de Nigeria, Ghana y Uganda); esto trata de laprimera corriente de periodistas que desarrollaron características propias del posterior periodismo de investigación.
Brutal explotación
Iniciamos con el caso de Dwarkanath Ganguly, que 1887 en su natal Calcuta, India, empezó a publicar en la revista Jayeeta Sharma de la Universidad of Toronto, Canadá, una serie de reportajes en los que describía la brutal explotación de niños y mujeres, el tráfico de seres humanos en las plantaciones de té de la región de Assam e iniciaba la lucha por los derechos humanos cuando la India era todavía parte del Imperio Británico, posteriormente se integró como reportero del periódico anti-colonialista Sanjivani de Calcuta, mismo que pertenecía a la secta hindú Brahmo Samaj, que fue parte medular del Partido del Congreso de la India, partido nacionalista y anti-británico al que posteriormente se les uniría Mahatma Gandhi, defensor de los derechos humanos y líder indiscutible de India.
Ganguly escribiría sus memorias en Totaram Sandhya mismas que sirvieron de guía ideológica para plantear la independencia del Imperio Británico. La historiadora Doris Kearns Goodwin escribió que a partir de entonces y hasta 1917 cuando inicia la gran revolución bolchevique en Rusia, los periodistas llamados muckrakers fueron pioneros e impulsores de las reformas sociales, políticas y económicas del inicio del siglo XX.
En los Estados Unidos fue una generación de periodistas encabezados por Jacob Riis, Lincoln Steffens, Ida Tarbell, Upton Sinclair, Ray Stannard Baker que con sus reportajes en la revista McLure y en Cosmopolitan obligaron al presidente Teodoro Roosevelt a establecer leyes anti-monopolio, de derechos civiles, de protección laboral, de defensa del medio ambiente, entre otras más que maniataron a los llamados Robber Barons, hoy llamados Macrosicarios, Plutócratas y Red uno (termino salinista para clasificar a los usufructuarios de las privatizaciones fraudulentas de las 1,200 empresas estatales, paraestatales y de participación estatal que integraban al entonces poderoso Estado mexicano), quienes de nuevo andan haciendo de las suyas en países como México, con una sociedad civil lenta, indolente, apática, asustadiza, de ignorancia supina, excesivamente individualista y corrupta.
Los robber barons eran entonces un grupo de personas que representaron toda esta época del llamado Capitalismo Salvaje y que fueron el vivo ejemplo de la especulación, la codicia y la corrupción que se adueñaron de Estados Unidos. En los tiempos anteriores a la guerra civil 1860-1865 se encontraba vigente el patrón oro, es decir, el valor de los dólares en circulación estaba sustentado por su cantidad correspondiente en oro custodiado por el órgano emisor, el Tesoro estadounidense en este caso. A partir de la guerra civil los estados necesitaban endeudarse y empezaron a emitir más billetes, aunque estos son diferentes, de color verde (se conocían como greenbacks), y que dependían como ocurre hoy en día de la confianza que hubiera en el mercado.
Petrodólares y oro
Se trataba de dinero fiduciario concepto que, por cierto, está en el origen de todas las crisis económicas ocurridas desde principios del siglo XX y se prolonga hasta nuestros tiempos, Estados Unidos soporta su moneda en petrodólares y China en oro. Muchos trabajadores se veían y se ven empobrecidos ya que recibían su sueldo en dinero fiduciario mientras que las deudas debían pagarlas en dólares certificados.
Por eso durante mucho tiempo una de las exigencias de los movimientos obreros en los Estados Unidos fue que se acuñara más dinero y que la plata también pasase a formar parte del patrón, lo que estabilizaría la moneda debido a la gran cantidad de plata en circulación, menos proclive a variaciones que el oro demasiado volátil. Gente adinerada sin escrúpulos (muy parecida a la plutocracia actual) como los de John Jacob Astor, Andrew Carnegie, J. P. Morgan, John D. Rockefeller, Cornelius Vanderbilt, empezaron a especular de ahí viene el término robber barons (literalmente “barones ladrones o ladrones de cuello blanco como se les conoce ahora”) que procede de la época medieval, en los que se conocía así a los nobles que cobraban impuestos (normalmente elevados) a todo el que quería cruzar sus tierras, sin dedicarse a ninguna otra cosa más que robar a los demás.
La idea de hablar de estos industriales de esta manera, con esta caricatura de personas codiciosas, gordas, con bastón y chistera, proviene de la época de la gran depresión (1929-1939) y después continuó en la cultura popular estadounidense y con el actual Trumpismo se retrocede a esas eras de codicia, de mentiras y de maldad. Todos los ahora llamados “emprendedores” empezaron de la misma manera, con poco capital y creciendo poco a poco a base de argucias y artimañas ilegales hasta convertirse en millonarios, es el modelo depredador salinista. Curiosamente, es común en ellos también el intentar lavar sus pecados (o su conciencia, según sea el caso) fueron creando o financiando universidades, escuelas, bibliotecas, fundaciones filantrópicas ahora especializadas en evadir/eludir impuestos mediante donaciones o para lavar dinero del narco… como ejemplos están el Carnegie Hall y la Fundación Carnegie para el Avance de la Enseñanza (del plutócrata Andrew Carnegie), la Universidad de Chicago y la Fundación Rockefeller (John D. Rockefeller), la Universidad de Stanford (Leland Stanford), la Universidad Duke (James Buchanan Duke), y un largo etcétera de acciones benéficas que, dicho sea de paso, no les ayudaron demasiado a lavar su legado.Siguiendo la tradición estadounidense se decidió nombrar candidato a la presidencia al general que consiguiera la victoria en la guerra anterior. Se hizo con George Washington y la guerra de independencia, con Zachary Taylor y la guerra contra México y así que el nuevo presidente de la guerra civil sería Ulysses S. Grant.
Se volvería a repetir esto con Dwight Eisenhower quien tuvo que lidiar con Patton y MacArthur, para sacarlos de su carrera presidencial, como Obama tuvo que lidiar con el guerrero de Irak y Afganistán, el General David Petraeus, (a) Rey David, en fin, para nuestro caso, el General Grant fue un títere de los Robber Barons, Grant carecía de conocimientos de economía, con lo que se ve superado por todos estos escándalos y tejemanejes de los hombres del dinero.
El caso es que Grant tenía una hermana soltera pertinaz (bastante feíta, por cierto), Virginia Grant, y cuando él llegó a la presidencia a ella le empezaron a salir pretendientes hasta de debajo de las piedras. Uno de estos pretendientes fue Abel Corbin quien era un magnate de la Bolsa de Nueva York y que trabajaba para el magnate Jay Gould. Con el tiempo Corbin se casó con Virginia Grant, convirtiéndose en el cuñado del presidente, con lo que empezó a utilizar sus influencias familiares para conseguir introducir a Gould en el círculo de amistades de Ulysses Grant. Algo similar le sucede a Donald Trump con su yerno, al que nombra asesor especial de la Casa Blanca.
En fin regresando a nuestro periodismo de investigación, el sociólogo y experto en medios, Michael Schudson, mencionaba como uno de los más importantes muckrakers de Estados Unidos a Upton Sinclair conocido por su famoso libro La Jungla (1906) donde describe las condiciones de pobreza de los empacadores de los rastros de Chicago, llamada entonces la ciudad de los mataderos, (siguen ahora, pero debidos a la lucha de clases y luchas raciales que ha desatado el fascismo trumpiano), Upton Sinclair era un socialista preocupado por las condiciones de la clase trabajadora en la industria automotriz de Detroit y en las empacadoras de Chicago y como tal lo planteaba en su revista semanal The Appeal to Reason.
Sin embargo, la más famosa periodista de estos tiempos fue Ida Tarbell que escribió 19 artículos sobre las prácticas de la poderosa petrolera Standard Oil-ESSO, hoy EXXON dondemostraba a un John D. Rockefeller, entonces el hombre más rico y poderoso de Estados Unidos en The History of Standard Oil, Tarbell describía los pactos secretos con las empresas ferroviarias, el espionaje corporativo y hacia los obreros, practicas depredadoras en los precios de los combustibles, y en el poder de estrategias monopólicas y oligopólicas del mercado (algo que en México se observa en el Clan Slim y los 40 famosos ladrones de la familia FORBES), Tarbell publicó sus trabajos en la revista McClure, y esos artículos desataron la ira del presidente Teodoro Roosevelt quien apoyado en la Ley Sherman-Anti-monopolio y con decreto de la Suprema Corte, en 1911, dividió y atomizó a la giga corporación en una miríada de pequeñas y medianas empresas, 100 años después la EXXON está de nuevo como la petrolera más poderosa y criminal del mundo; otros periodistas de esa época fueron también Lincoln Steffens, y Ray Stannard Baker.
El escritor Michael Johnson, en su obra El nuevo periodismo, reflexiona sobre estos periodistas, que surgen en una época en la que Estados Unidos empezaba a convertirse en una gran potencia industrial, lo que la situaba en un foco de atracción de miles de inmigrantes; los cuales constituían una población con pocos recursos económicos, y tras su llegada aumentó la delincuencia, la explotación económica y el maltrato racial.
Lo más sórdido de la sociedad industrial
Estos periodistas sacaron a la palestra lo más sórdido de la sociedad industrial, con unas condiciones de sobrevivencia que contraponían con las lujosas mansiones de los más poderosos. A pesar de las condiciones negativas que afectaban al periodismo de la época (entre las que hay que citar el alto analfabetismo entre la sociedad, que limitó la repercusión de sus trabajos de investigación), los muckrakers consiguieron introducir algo de temor en las clases dirigentes-temor a la revuelta o la revolución. Querían hacerle ver a la gente de a pie que las grandes familias, las poderosas también tenían cosas de qué avergonzarse.
Siguiendo con el curso Global Muckraking de la profesora Anya Schiffrin, académicos como el economista Alexander Dyck, comentaba que el periodismo de denuncia ayuda a mejorar la administración corporativa y gubernamental haciéndola más transparente y eficiente, lo que se llama ahora gobernanza, sin embargo, en el caso de México, denuncias van y denuncias vienen, libros se publican, incluso se convierten en best sellers universales y poco se ha logrado que tanto corporos como gobiernícolas mejoren su quehacer diario.
Y estamos viendo, desafortunadamente, asesinatos continuos de los periodistas, fotógrafos y reporteros, lo que convierte a México en un país sin leyes efectivas de castigo, en la letra están muy bien, como la propuesta de un sistema anti-corrupción, pero en la práctica son letra muerta para quienes sustraen con el mayor cinismo y con la mayor desvergüenza los dineros de la nación e incluso se adueñan de los dineros de los donativos internacionales que se han dado para ayudar a las familias damnificadas por los sismos de septiembre 19 del 2017.
Regresando al curso, el periodismo global de investigación destapó la cloaca del lavado de dinero y evasión de impuestos donde sobresale Carlos Slim, Ricardo Salinas, y hasta los lavadores herederos de los Bitar Tafich, del Señor de los Cielos, el narcotraficante que abrió el corredor aéreo de la droga entre Torreón y San Antonio, estos lavadores de dinero del narco, tenían su dirección en Muzquiz, Coahuila, la pequeña Colombia, que sirve de aduana de los narcos que sobrevuelan todas las noches dicho corredor por arriba de la Sierra Madre Oriental.
El sistema político está agotado, el sistema económico se va a morir en los próximos meses, según la CIA y su experto en temas financieros. No olvides esta fecha: 2 de febrero de 2018, Día de la Candelaria cuando en México termina el largo periodo navideño. Según esta fuente ese día iniciará la época más oscura en la historia económica mundial, así lo plantea una de las mentes más brillantes de la Comunidad de Inteligencia Internacional, el ex asesor de amenazas financieras de la CIA, Jim Rickards, quien ha advertido que “se está agotando el tiempo para protegerse de un colapso financiero que borrará del mapa millones de puestos de trabajo, fondos de retiro y créditos hipotecarios”… México podría ser el principal afectado de esta caída junto con otros países de la región.
Antes de publicar su best seller, La Gran Caída, Rickards protagonizó algunos de los eventos más importantes de los últimos 30 años. A principios de los ‘80 contribuyó a las negociaciones que pusieron fin a la crisis de los rehenes en Irán. A finales de la década del 90, la Reserva Federal lo convocó para prevenir un derrumbe de 1.25 trillones de dólares durante el colapso de Long Term Capital Management (LTCM), el famoso Hedge Fund que William Clinton tuvo que rescatar después de que Putin, acabó con dos premios Nobel de Economia. Y, tras los ataques del 11 de septiembre, la CIA le encomendó la tarea de rastrear operaciones financieras con posible originen terrorista. Actualmente trabaja como Editor de Agora Publicaciones desde donde anticipó el Brexit y el triunfo de Trump en las elecciones varias semanas antes de que ocurrieran. Hoy vaticina el fin de la era neoliberal, la desglobalización, el ascenso de China como nuevo imperio, ya que tiene su moneda, el yuan, soportada por 4,000 toneladas de oro y su clase política tiene 4,000 años de estar involucrada en conspiraciones, el gran imperio de Gengis Khan era chino.
La pregunta que nos deberíamos estar haciendo ahora es: ¿Y si Rickards tiene razón nuevamente?
@chakoka
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