CIENCIA Y TECNOLOGÍA
La muerte de ballenas y delfines por quedar varados en la playa, es un viejo misterio del cual hasta ahora, no se tenían pistas sólidas.
Ballenas insoladas
Dr. Hernán Edrian Chavarría Aguilar
La prevalencia de las tormentas solares puede estar causando que las ballenas grises se pierdan y queden varadas, de ser cierto, necesitan de un buen clima solar para migrar, lo cual hace pensar que ellas y otros animales marinos migratorios, quizás tengan una relación más cercana con el sol de lo que pensamos.
MANCHAS
NUEVAS investigaciones muestran que ballenas grises sanas tienen sobre cuatro veces más posibilidades de quedar varadas cuando hay prevalencia de manchas solares, y por ello, altos niveles de ondas de radiofrecuencias (RF) emitidas por las tormentas solares; estos hallazgos fueron presentados el 7 de enero de 2020. Esta nueva vertiente es considerada como fascinante por científicos que trabajan con magnetocepción (la capacidad animal de percibir el campo magnético terrestre), ya que aunque ha habido reportes previos que correlacionan las tormentas magnéticas con las ballenas varadas, el análisis presentado ahora está muy bien logrado y es convincente.
NAVEGACIÓN
NO HAY seguridad acerca de que las ballenas utilicen magnetocepción para navegar, pero las que son migratorias como las grises, son fuertes candidatos dado que el océano no ofrece otros puntos de referencia para orientarse. De marzo a junio, las ballenas grises nadan desde la costa de Baja California en México, hacia las aguas frías y ricas en alimento de los mares de Bering y Chukchi al norte de Alaska. Inician su viaje de regreso hacia el sur en noviembre. A veces, una ballena gris en apariencia sana, queda varada en ruta, aunque hay una miríada de razones por las cuales para que esto pase, una posibilidad es que la Ballena haya cometido un error de navegación cuando algo altera el campo magnético de la Tierra o la capacidad de la ballena para detectarlo —como por ejemplo, una tormenta solar.
RUIDO
LA REVISIÓN de datos de ballenas varadas en la Costa Oeste de los E.U. entre 1985 y 2018, encontraron que ballenas vivas y para todo efecto: sanas, sufrían este percance con mayor frecuencia, coincidiendo con la presencia de mayor número de manchas solares.
Pero este hallazgo por sí mismo no explica cómo una de estas manchas puede causar que una ballena se pierda. Aunque las manchas solares pueden dar lugar a grandes incrementos en la radiación electromagnética, la mayoría de esa radiación no llega a la superficie de nuestro planeta, porque es bloqueada o dispersada por la atmósfera.
Sin embargo, una enorme porción en el rango de la RF si llega a la superficie terrestre generando estática (ruido radial), la cual como se ha demostrado en varias especies, puede alterar la habilidad para orientarse por los campos magnéticos.
SOL LOCO
SE HA ENCONTRADO un aumento de 4.3 veces, en la probabilidad de que una ballena pueda quedar varada en los días con alto ruido RF por las tormentas solares, comparado con los días en que este es bajo. Lo anterior sugiere que el receptor magnético de las ballenas —o habilidad para leer un mapa del área donde se encuentra—, puede ser la causa de que la ballena se desvíe y no que el mapa en sí, sea incorrecto.
Por otro lado, no está comprobado que las ballenas tengan o no magnetocepción, lo que se sabe con certeza es que las pobres quedan varadas con mayor frecuencia, cuando el sol se vuelve loco. Las tormentas magnéticas también son conocidas, por causar problemas —no relacionados con la orientación—, a algunos animales, por lo que se debe determinar si dichas tormentas afectan o no y en qué medida la navegación de las ballenas y otras especies migratorias en diferentes partes del mundo, incluso donde el campo magnético no puede ser detectado con facilidad ni con instrumentos especializados.
INSOLADAS
AL MENOS un poco de la culpa humana por el daño al planeta y sus especies animales se descarga en las tormentas/manchas solares, ya no sólo es el ruido de los motores de los barcos y otras actividades lo que se supone que desorienta a las ballenas, pobre consuelo, porque a pesar de los esfuerzos de muchos grupos ecologistas por regresarlas al mar, muchas de ellas de todos modos quedan varadas y padecen una buena insolación antes de morir.
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