(Exclusivo para Voces del Peiodista)
Un cuento eterno
ÉRASE QUE SE ERA porque así comienzan los cuentos, un rey que gobernaba en paz y con hambruna, pobreza extrema, discriminación, séquito con todos los privilegios y el pueblo con ninguno pero como era lo normal todos se sentían a gusto, hacían fiestas que el reino pagaba y todos se divertían.
UN DÍA DE 1881 EL REINO se iluminó porque hasta entonces se usaban velas y quinqués. De esta manera "Mexicana de Gas y Luz Eléctrica", empieza a prosperar como era de esperarse en cualquier reino que antes vivía en la oscuridad.
 El rey está feliz por ver a su pueblo con claridad pero decide tomar una decisión en lo oscurito, en 1898 decide, con otro reino, fundar The Mexican Light & Power Company, Ltd. para que hubiera más luz, en lugar de apoyar a la anterior.
A partir de entonces el pueblo crecía asombrado, empezaron poblarse rancherías y donde estaba el Palacio quitaron los carruajes tirados por vistosos caballos y dejaron de circular las carretas jaladas por necias mulas para sustituirlos por tranvías eléctricos.
En 1903 crecieron Tenango, Necaxa y Xaltepuxtla, tanto que tres años después surgen con esplendor palaciego Estado de México, Puebla, Hidalgo y Michoacán brillando con esa luz que daba el reino.
 Como era normal para el pueblo, muy distante de los ritos esplendorosos de los cortesanos, no se extrañó de ser el sirviente en la MEXLIGHT donde casi por herencia congénita los capataces de antaño ahora eran jefes; los caciques, dueños y los terratenientes, empresarios.
Así las cosas transcurren diez años al cabo de los cuales se crea primero la Liga Mexicana de Electricistas en 1911 y en 1914 se constituye como Sindicato Mexicano de Electricistas
En 1936 estalla una huelga y 1937 decide el rey en turno quitarle a otros reinos el control que tenían sobre la electricidad que ahora era vital publicando en 1938 el Proyecto de Ley de Energía Eléctrica donde inicia el proceso de nacionalización de la industria de forma gradual, guerra que duraría hasta 1941.
Como no pudo lograrlo del todo, se decidió dejarle parte del dominio, control, propiedad y posesión a los dueños legítimos. Pero como lo hiciera tan afortunadamente en 1898 lo repite en 1949, fundando ahora la Comisión Federal de Electricidad.
 Transcurren en calma palaciega diez años hasta que decide en 1960 quitarle la parte que les quedaba a los demás reinos, como nuevamente no puede, entonces la compra por 52 millones de dólares el 90% de las acciones a The Mexican Light and Power Co., y se compromete a saldar los pasivos de esa empresa que ascendían a 78 millones de dólares, sin importarle el dinero porque lo aportarían los aldeanos.
Más adelante y encantado por su reciente adquisición, paga a 70 millones de dólares las acciones de la American and Foreign Power Co., y se comprometen ambas empresas en reinvertir la fortuna que recibieran del pago para evitar exportación de divisas, cosa que por supuesto no hicieron, ofendidos como estaban.
Desde entonces a la MEXLIGHT comenzó a llamársele "Compañía Mexicana de Luz y Fuerza", cambiando claro está las leyes que regían aclarando a todos los moradores de su reino que si se referían al lugar donde estaba asentado el Palacio se llamaría Compañía de Luz y Fuerza “del Centro” pero si estaba en Pachuca se le pondría este nombre al final y así sucesivamente con cada provincia.
 Pero como cada rey pone su sello real, en 1974 su Majestad decide juntar todas las Compañías de Luz y Fuerza de su reino en una sola: la Comisión Federal de Electricidad y da inicio al proceso de liquidación.
En 1985 el rey en turno firma un controvertido "Convenio de Delimitación de Zonas" por medio del cual las Compañías de Luz, que seguían agonizantes, pierden el 50% de su extensión original en favor de la Comisión Federal de Electricidad, principalmente en Michoacán y Guerrero.
Llega al trono otro rey en 1989 y ordena una reforma a la Ley del Servicio Público de Energía, con la cual se prevé que la realeza disponga la constitución, estructura y funcionamiento del servicio que venía proporcionando la "Compañía de Luz y Fuerza del Centro en liquidación".
Finalmente en 1994 emite un Decreto Real por medio del cual crea "Luz y Fuerza del Centro" como un organismo público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio conformado por el que tenían las Compañías de Luz en liquidación, pero para principios del Siglo XXI, "Luz y Fuerza del Centro" no pudo remontar el estancamiento económico de su anterior proceso de liquidación, además de la compra de energía en bloque a la Comisión Federal de Electricidad y al deficiente y a veces nulo cobro a grandes usuarios que tenían deudas millonarias gracias al apoyo de su Majestad.
 En 2003, el siguiente rey elabora un proyecto de liquidación para terminar con ese Contrato Colectivo de Trabajo; sin embargo, decide aplazarlo por cuestiones electorales del reino, situación que continúa hasta 2009 en que el nuevo rey decide cortar por lo-zano (sic) negándose a aceptar a la nueva dirigencia, le congela sus numerosos tanto como cuantiosos depósitos bancarios sindicales, intenta apoyar al nuevo dirigente quien pretende tomar el mando hasta que las cuentas bancarias del gremio sindical se abren nuevamente y se sigue reconociendo al anterior líder.
Por Decreto, como lo hacen todos los reyes, decide la final extinción y liquidación de "Luz y Fuerza del Centro" a partir del primer minuto del día 11 de octubre bajo argumentos contrastados con los "buenos" resultados de la Comisión Federal de Electricidad, en que los recursos recibidos por Luz y Fuerza son cada vez más onerosos, no se refleja una mejora en la calidad del servicio, costos cada vez más elevados, plantilla laboral cada vez más grande, privilegios en el Contrato Colectivo de Trabajo, dirigentes sindicales millonarios que no solucionan la problemática de los usuarios, muchas quejas del público, equipo de oficina obsoleto así como sucursales deterioradas. En una palabra creció más el sindicato que la empresa.
 En un ejercicio militar, desde las 23:00 del día 10 la guardia real toma las instalaciones en el Distrito Federal, Necaxa, Cuernavaca, Pachuca, Pedregal y Lechería. Y en los primeros minutos del día 11, se nombra a la Comisión Federal de Electricidad para garantizar el suministro de energía eléctrica.
El reino en una época de crisis severa, decide liquidarla con un costo altísimo, incluidos beneficios adicionales a sus trabajadores, con un bono adicional a lo estipulado por la Ley Federal del Trabajo y a lo que establece el Contrato Colectivo de Trabajo, distinguiéndolos nuevamente como una clase trabajadora privilegiada a la que tanto criticó.
Ante este hecho se polariza el pueblo, los empresarios se congratulan porque saldrán beneficiados con la posibilidad de incursionar en fibra óptica, telefonía y TV por cable. La Asamblea Legislativa del Distrito Federal presenta una controversia constitucional que sería desechada; representantes en las dos Cámaras una baja y otra alta como reminiscencia del pasado feudal, divide también sus opiniones hasta que una juez federal concede la suspensión definitiva al Sindicato Mexicano de Electricistas para que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje se abstenga de resolver sobre la terminación de la relación colectiva de trabajo entre la extinta compañía y el sindicato, en tanto se decida la situación.
El 13 de octubre de 2009, la Secretaría de Energía confirma que la Comisión Federal de Electricidad se hará cargo de las operaciones de generar, suministrar y comercializar la energía eléctrica en la zona centro del país que abarca Hidalgo, Puebla, Morelos, Estado de México y el Distrito Federal.
En el ínter, a los cortesanos se les “ocurre” la pasajera idea de crear otra empresa paralela a la Comisión Federal de Electricidad que se hiciera cargo del servicio de la Compañía de Luz ¡como sucedió en 1898! ¿la historia volvería a comenzar?
Mientras, el rey sigue gobernando en paz y con hambruna, pobreza extrema, discriminación, séquito con todos los privilegios y el pueblo con ninguno pero como es lo normal todos se sienten a gusto, hacen fiestas que el reino paga y todos se divierten.
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