¡No! a la
moderna esclavitud PABLO MOCTEZUMA BARRAGÁN
EL 8 DE NOVIEMBRE FUÉ APROBADA por los diputados la iniciativa laboral de Calderón, que niega nuestros derechos y nos convierte en esclavos modernos -con 361 votos del PRI, PAN, PANAL y Verde a favor y 129 de PRD, PT y MC en contra- introduce el contrato por hora, la subcontratación (outsourcing), facilita los despidos y limita a un año el pago de salarios caídos.
La nueva ley ataca la estabilidad en el empleo y el registro en el Instituto Mexicano del Seguro Social o el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, y en lugar de darnos una plaza con base, inventan contratos “a prueba”, de “capacitación” y “becas” para despedirnos a su antojo sin responsabilidades para el patrón. Nos quitan el derecho a la antigüedad, a las prestaciones y a los servicios médicos y sociales.
Para colmo, quieren impedir que nos defendamos y nos organicemos con auténticos sindicatos y representantes leales al trabajador. Para impedirlo, fortalecen los sindicatos de “protección”, para que los patrones tengan el control e impidan que luchemos por tener nuestros propios representantes.
La iniciativa de Calderón hace casi imposible cambiar de sindicato al intervenir la empresa en la validación de los trabajadores con derecho a estar en el recuento, e impide luchar por la titularidad de un sindicato durante un año si existe otro sindicato promoviendo el cambio.
La reforma ahorca la contratación colectiva, obligando en los hechos que el patrón decida siempre cuál sindicato debe representar a los trabajadores y qué líderes los han de representar. Esto fortalece enormemente el sindicalismo blanco y el charrismo.
Desde hace 30 años hemos sufrido el neoliberalismo que han impuesto los organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Se han pisoteado los derechos laborales y conforme crece el desempleo y la pobreza y los trabajadores se ven obligados a aferrarse a su empleo, los abusos, maltratos y violaciones a la ley son cuestión corriente.
En la práctica, para la aplastante mayoría de los trabajadores, no existe la jornada de ocho horas ni el derecho al empleo o la estabilidad laboral. Ya no hay puestos de base, comenzando por las instituciones gubernamentales, ni servicios sociales, educativos o de salud adecuados. En la vida real, para conservar el empleo o mejorar la situación laboral es preciso someterse a abusos y maltratos constantes de jefes abusivos. Con la “reforma” pretenden legalizar esas violaciones.
La “reforma” aprobada tiene como objetivo liberar a las corporaciones capitalistas de toda obligación hacia los obreros, a quienes se pretende despedir sin siquiera notificárselos directamente y ante una demanda - que dura alrededor de cinco años- sólo pagar el primer año de salarios caídos.
Los jóvenes serían contratados “a prueba”, “para capacitación”, “becados” y una vez contratados serán empleados multiusos, ya que obligan a los trabajadores a desempeñar labores o tareas conexas o complementarias a su labor principal y al mismo tiempo con estos contratos no generan antigüedad ni se hacen acreedores a las prestaciones de ley.
Una vez más. se exhibe la alianza PRI-PAN que, aunque simulen pleitos y ataques, al final se ponen de acuerdo para servir a sus patrones.
Aquel día se movilizó ante la Cámara un gran contingente de trabajadores de la CNTE, UNT, SME, Universitarios, CROM y muchos otros en contra de la ley. La clase obrera y el pueblo de México hemos de organizarnos para hacer valer nuestros derechos. La unión hace la fuerza.
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