La docena trágica
A río revuelto, ganancia de apátridas
A la memoria del maestro Rafael Decelis.
“Tiene
la política baja diferentes grados; unos peores que otros. El primero es el de
la disimulación y cautela. El segundo el de la simulación y mentira. El tercero
el de la maldad e insolencia”. Locke
LOS NIVELES DE LUCHA por control político en nuestro país está alcanzando puntos
de ruptura y recomposición de fuerzas en todos los ámbitos de la nación;
tanto entre quienes se están dando cuenta que ya no tienen el poder hegemónico
y aquellos -expertos en las virtudes de la plastilina- que buscan amoldarse a
los nuevos tiempos del primer priísta,
esgrimiendo su proclividad al gatopardismo ideológico y moral.
Muchos gobernadores
se forjaron en la inercia pragmática, saqueadora y blindada en la impunidad
total del PRIANRED de Ernesto Zedillo,
Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes
basaron sus alianzas de tolerancia
poniendo como garantía el patrimonio petrolero y energético de todos los
mexicanos, mediante varios pactos con el Tesoro de los Estados Unidos, denominados “Acuerdo marco” y ”marco plus”, en
los que la auténtica riqueza nacional se pone cual señuelo consentido y
admitido en las esferas del neoliberalismo global.
Salinas de Gortari
El botín en lucha es
y sigue siendo la total involución de la gesta expropiatoria del presidente
Lázaro Cárdenas del Río, para cumplir la venganza de las petroleras afectadas
que de inmediato respondieron con la creación del Partido Acción Nacional (PAN) llevando al frente a su operador financiero
apátrida Manuel Gómez Morín.
El Pacto Por México,
que algunos estudiosos consideran supletorio de las funciones del Poder
Legislativo en sus dos instancias a las que dejan como simple ventanilla de
trámite y aplicación de temas cabildeados a cambio de jugosas comisiones,
viajes y algunos depósitos que hoy los belicosos escuderos del ex presidente Calderón
han ventilado en sus rencillas casi de buitres, devorando los despojos del PAN.
En el circo romano en
que se ha convertido la política mexicana, lo que menos importa es hacer
justicia o reconstruir los esquemas institucionales en completa decadencia. De
nuevo se aplican acciones selectivas esgrimiendo el Imperio de la Ley para
combatir evidentes hechos de corrupción en todos nuestros rincones y sus tres
niveles de gobierno. Se muestra un
hipócrita rubor frente a los colosales
endeudamientos y la falta de justificación a semejantes saqueos que podríamos
considerar inéditos.
La primera batalla
consistió en cortarle los tentáculos a la soberbia líder del magisterio Elba
Esther Gordillo quien, con el control pleno del SNTE, e instituciones como el
ISSSTE y la Lotería Nacional, y su partido Nueva Alianza, había superado en
poder la mítica figura de Fidel Velázquez, que lo mismo ponía gobernadores,
diputados, senadores, que administraba su Banco Obrero, sin olvidar la cloaca
que aún existe con los dirigentes en el
INFONAVIT.
Importante es
recordar que la profesora, aparte de ser creación de Carlos Jonguitud Barrios,
se atavió de intelectual al formar parte de aquella utopía transformada en
pandilla que fue el Grupo San Ángel,
que arropó al singular Vicente Fox. Aliada al ilegítimo y exterminador de daños
colaterales que podrían encuadrar en crímenes de lesa humanidad (Felipe
Calderón) contribuyó al ascenso de unos 18 gobernadores en alianza con el
PRI, PAN
o PRD, llegando al grado de exigir que el gobernador de Campeche Fernando Ortega Bernés -parte de la alianza
de Manlio Fabio Beltrones contra de Enrique Peña Nieto, fuera nombrado titular
de la Secretaría de Educación Pública.
Para entender lo que
sucedió en Tabasco antes, durante y después de las elecciones recurrentes del
2012, tendremos que remontarnos a los tiempos cuando en el Estado de México
el entonces gobernador Arturo Montiel aspiraba
a ser candidato a la presidencia por el PRI y enfrentaba virulenta oposición
del líder del partido Roberto Madrazo Pintado, quien había enviado de delegado
al operador estrella del hankismo, Rafael Rodríguez Barrera para impulsar e
imponer a Carlos Hank Rhon, pero la oposición de Montiel llevó a incorporar
como contrapeso al operador campechano,
al tamaulipeco Manuel El Meme Garza
González, quien planchó la nominación
de Peña Nieto. Este fue un agravio que nunca perdonó Madrazo Pintado a Arturo
Montiel.
Tabasco ha sido desde
entonces una trinchera de Madrazo Pintado, quien después de perder la elección
contra Calderón, impulsó el proyecto de hacer candidato presidencial al sonorense Beltrones Rivera, aprovechando la
fuerte alianza con el ya poderoso grupo
de los Mouriño, sin calcular que las simpatías entrañables y patológicas de
Calderón Hinojosa por Juan Camilo lo convertirían en su proyecto por encima del
hábil sonorense.
En Tabasco se
pretendió repetir los juegos de alta y baja traición a favor de Josefina
Vázquez Mota, mientras se apostaba a crear conflictos postelectorales que
abrieran paso a nuevas negociaciones a la impunidad, a cambio de preservar
cotos locales de poder y gobernabilidad al nuevo Presidente.
Zedillo Ponce de León
El caso Andrés Granier es parte de esos ajustes de cuentas,
sin tener muchos problemas para encontrar elementos que sobran en todos los estados,
enriquecidos al calor del poder público. Al declarar el secretario de
Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong que fue el gobierno federal el que
detectó las irregularidades, se espera un auténtico “efecto dominó” como consecuencias de estas investigaciones que podrían
tocar expedientes “congelados” de Oaxaca contra Ulises Ruiz; de Puebla
contra Mario Marín; el que se ha abierto en
Aguascalientes, más los que se acumulen después de las elecciones del 7 de
julio.
Indiscutiblemente
que, así como todos los caminos conducen a Roma, estas épicas batallas gravitan
en temas como la reforma energética, sobre cuyo fin se empeñan en asegurarnos
no es privatizar, sino modernizar con la sacrificada participación de la
Iniciativa Privada nacional e internacional, ansiosa por crear empleos bien
remunerados, aumentar la productividad y hacernos competitivos (como lo ha
logrado Pemex en Galicia, España, al rescatar de la quiebra a astilleros
gallegos, sin olvidar el acto supremo de generosidad de inyectar más de mil
millones de dólares para revivir REPSOL en la Bolsa de Valores.)
Obviamente, nadie
quiere ser simple testigo del negocio del siglo de privatizar Pemex con el disfraz
de la “modernización” que no lograron
consumar Zedillo, Fox ni Calderón. (La apertura existe. Solamente bastaría ver
cuantas empresas tienen el control de plataformas, ductos e investigación de campos potenciales que, se
ha cedido con imperdonable facilidad y traición a nuestra Carta Magna.)
Por ello, dentro del
PAN se libra una virulenta lucha entre el senador Ernesto Cordero, marioneta de Grupo Energético del Sureste. y
el jefe nacional del PAN Gustavo Madero, quien desde el interior del Pacto por
México se niega plagarse a las órdenes que desde Harvard envía Felipe Calderón,
quien pudo cumplirle a George W. Bush, Dick Chaney, Tony Blair y el español
José María Aznar el endoso petrolero. El móvil de la guerra de estos dos grupos
está lejos de ser los millones que se depositan a los senadores azules. Esta es
simple cortina de humo.
Veremos si esta clase
política no está equivocada en sus cálculos al desestimar los sentimientos de una nación.
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