Acuerdo Irán-EU: ganadores y perdedores
MIGUEL ÁNGEL FERRER
La historia es bien conocida:
Estados Unidos y sus aliados-vasallos occidentales pretenden obligar a Irán a
suspender o cancelar su programa atómico. Para lograr este propósito, Occidente
impuso a la nación persa bárbaras e ilegales sanciones económicas que,
lógicamente, han puesto en dificultades al gobierno iranio y, sobre todo, han
lastimado seriamente a la población. Los iraníes sienten que han triunfado
Pero no sólo eso: Además del
bloqueo y sabotaje a la economía persa, Occidente, con la participación directa
de Israel, ha venido amenazando desde hace muchos años a Irán con el bombardeo
aéreo de las instalaciones atómicas iranias e incluso con la guerra.
Y no debe olvidarse que
personalidades, organizaciones internacionales y muy serios y documentados
reportes de prensa han expresado sus sospechas, cuando no francas acusaciones,
de la participación de los servicios secretos israelíes en la eliminación
física de varios científicos nucleares iranios.
Mas hasta ahora ni las
salvajes e ilegales sanciones económicas ni las amenazas de guerra limitada o
generalizada han conseguido frenar el programa atómico de Irán. Por eso Estados
Unidos y sus aliados-vasallos se han visto obligados a sentarse a la mesa de
negociaciones con Teherán.
Y ya hay, como se ha hecho
público recientemente, un primer acuerdo provisional entre las potencias
occidentales (Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Alemania), con la
participación de Rusia y de China, todos menos Alemania miembros permanentes y
con derecho a veto del Consejo de Seguridad de la ONU, para limitar o ralentizar
(bajarle velocidad al programa atómico persa a cambio del levantamiento parcial
o la suavización de las dichas
sanciones-agresiones económicas.
Frente a esta situación, es
necesario reconocer que siempre será mejor un acuerdo que la permanente zozobra
de las amenazas de guerra o, por supuesto, de la guerra misma. De modo que el
acuerdo es bienvenido y celebrable.
Permanente amenaza de ataque a Irán.
Ahora bien: Como en cualquier
acuerdo, todos los participantes ganan algo y todos pierden algo. Pero, como es
obvio, unos ganan o pierden más que otros. En el presente caso, los principales
perdedores son Estados Unidos y sus aliados-vasallos occidentales. Han perdido
porque vieron fracasar sus centenarios recursos económicos, políticos y
militares para doblegar a Irán.
Israel, pierde, desde luego, y
mucho, porque siendo el enemigo número uno de Irán, ni siquiera fue invitado
por el amo yanqui a participar en el acuerdo. Y no sólo eso: la firma del pacto
le amarra las agresivas y belicosas manos al estado judío para agredir
ulteriormente a la nación persa.
Pierde también Irán porque ha
llegado al acuerdo obligado por las ilegales,
inmorales y abusivas presiones de sus enemigos occidentales. Pero
igualmente ha ganado Irán, porque ha sabido aplicar la sabia sentencia que dice
que evitar la guerra es equivalente a ganarla.
Ganan, por donde se vea, Rusia
y China, porque al neutralizar la guerra contra Irán, alejan de sus propias
fronteras la siempre latente amenaza de guerra por cuenta del imperialismo. Y
ganan también porque en su calidad de aliadas y protectoras de conveniencia de
Irán, le han demostrado al Tío Sam que en la hora actual del mundo ya no son
aplicables el “ordeno y mando” y el “hágase mi voluntad” de los tenebrosos
tiempos de la unipolaridad económica, política y militar. Como en la antigua
Yugoslavia, Irak y Afganistán.
Y, por supuesto, ha ganado el
mundo. Porque un freno al imperialismo en sus afanes de dominación política,
económica y militar siempre será una cosa buena para la humanidad. Incluso para
esa parte de la humanidad que vive en los países imperialistas
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