Ha sido considerada la tierra de las altas montañas, las vacas con enormes cencerros decorados con bellas Edelweiss (Noble Blanca), la flor de los Alpes… y los guerreros, la ballesta de Guillermo Tell, los quesos y los dulces de chocolate (producto llevado a Europa desde México). Pero, es bastante más que eso y sus navajas tradicionales, compañeras inseparables de Mac Gyver.
Este año se cumplen 70 de las relaciones helvética-mexicanas y 200 de la neutralidad suiza y México, sin desdoro de su tradición guerrera, tiene algunas cosas que aprender de Suiza.
La Confederación Suiza es (en los idiomas que ahí se hablan nombrada en alemán: Schweiz, en francés: Suisse, en italiano: Svizzera) es una República Federal conformada por 26 cantones creada en el año 1848. Ubicada en el centro Oeste de Europa, limita al Norte con Alemania, al Oeste con Francia, al Este con Liechtenstein y Austria y al Sur con Italia, posee una superficie de 41.285 km2 y una población estimada en 8.000,000 de habitantes, la capital es Berna.
Con una de las economías más fuertes del planeta, Suiza posee uno de los centros financieros más importantes del mundo, sede de los principales bancos y entidades financieras. Gran exportador de alimentos, relojes, maquinarias industriales, productos químicos, armas, etc. y receptor de millones de turistas que visitan año tras año las bellezas de la nación helvética. Este movimiento económico le otorgan al país uno de los más altos niveles de vida con una prosperidad económica inigualable.
Un viaje por el tiempo
La historia marca que las primeras aldeas en el actual territorio suizo se ubicaron allá por el año 5300 aC, diversas tribus dominaron el espectro como los Hallstatt o los Tene, hasta que aparecieron los Helvetii por el 300 aC, luego los Helvetii fueron aplastados por el ejército romano de Julio Cesar en el año 58 AC, para el 15 AC todo el territorio fue integrado al Imperio Romano. Ya en nuestra era, entre los siglos IV y VIII los Helvetii fueron dominados por alemanes y franceses. Como parte del Imperio de Carlomagno los francos dividieron el territorio en el año 843, recién para el año 1000, en la baja edad media, se re unificó según las fronteras existentes durante el Imperio Romano.
Para el año 1291 se iniciaron las alianzas que al fin desembocarían en la Confederación uniendo los diversos cantones. Para el 1460, la Confederación controlaba prácticamente todo el territorio, siempre dentro del Sacro Imperio Romano, hasta que en el 1499 se declaró la independencia de facto. Diversos conflictos, la mayoría religiosos, estallaron entre los cantones y contra los ocupantes, tras casi 150 años de luchas, en el 1648 se firmó el tratado de Westphalia, donde quedó reconocida la independencia Suiza, esto no impidió que las luchas entre cantones católicos y protestantes siguiera hasta el año 1712. En el año 1798, Napoleón Bonaparte invadió y conquistó Suiza, convirtiéndola en un estado satélite de Francia. En el 1815, tras el congreso celebrado en Viena, se restableció la independencia y se le otorgó a Suiza el estatus de Estado Neutral. El Estado Federal se estableció en el año 1848. Para el 1860, se integraron los cantones de Valais, Ginebra y Neuchatel, dando así origen al actual Estado.
El pacifismo suizo
Antes de que los suizos fueran considerados “pacifistas perfectos” su fama de bravos guerreros era bien conocida en toda Europa, a causa de esto, las principales casas reinantes tenían “guardia suiza” con el único fin de proteger al monarca… la única que ha sobrevivido hasta nuestros días es la guardia papal, guardiana del rey de la ICAR hoy llamado Francisco… cuando la Revolución francesa avanzaba irresistible, las pocas tropas que defendieron al rey y su familia, fueron los reducidos guardias suizos (cien); los mataron a todos.
Contrario a viejos e inútiles mitos de pacifismo desarmado, Suiza ostenta un ejército profesional y un sistema de milicia, el cual estipula que los soldados de la reserva, deben mantener en casa sus equipos personales, lo que no es un mito es que la doctrina militar suiza es sólo de defensa, el país tal vez por las intervenciones extranjeras se ha preparado para defenderse, nunca para la intervención, eso a pesar de poseer unas fuerzas armadas muy grandes, espléndidamente entrenadas y equipadas… además de su pequeño ejército profesional, su milicia formada por sus ciudadanos aptos, puede ser habilitada en muy corto tiempo y todos ellos guardan sus armas en casa, para dar una idea de esto; cuando el país sólo tenía 3.3 millones de habitantes, podía organizar en 24 horas, una fuerza para defensa —por completo equipada y entrenada—, de un millón de hombres.
Además de esto, los suizos son de las personas más armadas en el mundo (de manera legal), lo cual vista la paz reinante en el país, demuestra entre otras cosas lo que siempre hemos repetido: Vis Pacem?, Parabellum; ¿quieres paz?, prepara la guerra.
Por eso no es de extrañar que en 2007, el 37,5 por ciento de los domicilios del país tuvieran armas de fuego (y estuvieran preparados para una guerra), pues el acceso a estas en Suiza es superior al promedio continental. Ese mismo año, el Ministerio de Defensa, Protección de la Población y Deporte estimaba que los hogares suizos guardaban unos 2,2 millones de armas de fuego y, de ellas, unas 535 mil pertenecían al ejército y su uso está restringido en actividades civiles, sin embargo, los ciudadanos adquieren con libertad armas para su uso personal —de manera usual en stands para tiro—, no en vano la industria de armamentos en Suiza es muy importante.
Recientemente (2013) fue rechazada por el 67% de la población, una ñoña propuesta para “desarmar a la población” pero… los suizos se sienten más seguros armados, lo cual es hartamente razonable. Además y como demostración extra, Suiza es un país con índices realmente bajos de delincuencia, casi nulos… porque los delincuentes son “valientes” solo contra gente desarmada, pero ¿qué tal contra una mayoría de ciudadanos legalmente armados? No hay borracho que trague lumbre, la delincuencia se esfuma hacia lares más pacíficos donde pueda “trabajar con impunidad”. México haría bien, si no fuera por su trémulo gobierno, siguiendo el sano ejemplo suizo, antes de que más mexicanos ante la delincuencia, lleguen a la misma conclusión ciudadana y se armen, como hasta ahora, de la única manera posible; ilegalmente, lo cual también es posible hoy mediante las redes sociales… ¿Cómo quiere su Kalashnikov, 47 ó 74?
Suiza y los nazis
El expansionismo nazi fue impresionante antes de la guerra… durante ésta fue al parecer incontenible, los países caían uno tras otro ante la Blitzkrieg (guerra relámpago), pero la Wehrmacht le dio la vuelta a la pequeña Suiza, no fue por simpatía, piedad, afinidad “racial” o cualquier otra consideración.
La OKW (Ober Komando Wehrmacht; Alto Mando de las Fuerzas Armadas) sabía que los neutrales suizos estaban armados hasta los dientes y el análisis de su doctrina militar fue devastador y, arrojó como resultado que no parecía muy sano meterse con los helvéticos. Claro que el Tercer Reich en aquel momento de poderío, podría haber tomado el país; pero la evaluación de las cifras del costo en vidas “arias” y material; en tiempo y esfuerzo mostró que no valía la pena… había una razón de peso y era la doctrina defensiva suiza.
Suiza es un país montañoso, el Heer (infantería) y los Panzer (blindados) alemanes, estaban diseñados para una acción rápida en zonas de llanura donde pudieran evolucionar con eficacia. Los suizos se habían preparado en caso de guerra para una retirada ordenada a las montañas, luego de volar los pasos a éstas y, a una defensa escalonada en ellas, establecidos en formidables fortalezas abastecidas para soportar un largo asedio… en estos sitios los blindados y la aviación de los alemanes habrían sido poco eficaces.
La lucha tendría que haberse sostenido entre tropas de montaña… Los Alpenjäger (cazadores alpinos) alemanes eran muy buenos soldados de montaña, pero ¿podrían con sus oponentes suizos, portadores como ellos de hermosas y orgullosas Edelweiss? Los alemanes prefirieron evitar la respuesta. Suiza siguió neutral y armada para seguir siéndolo, por si las dudas. Esta neutralidad incluso sirvió a los nazis pues cuando se tornaron las cosas, grupos nazis como Die Spinne (La Araña) encargada de la ‘ruta de las ratas’ usaron los bancos suizos para depositar fuertes sumas de dinero robado, en cuentas secretas que los banqueros suizos de entonces (en una faceta negra, aunque legal), aceptaron sin preguntas en su complacencia financiera…
Y en cuanto a que si se está desarmado los que sí lo están respetarán eso, una vez más se demostró que los pacifistas ñoños son; como las ovejas que creen que el lobo se volvió vegetariano.
Un símbolo comercial
Si hay algo que ha hecho famosa a Suiza, es una herramienta relacionada con su ejército. Karl Elsener y su “Navaja del Ejército Suizo” provocaron una victoria contra todo pronóstico: la forja de un coloso global con relojería incluida, sobre el filo de un útil instrumento diseñado para fines militares en un país sin acerías y además neutral por derecho de sus armas. Eso, como todo, tuvo un creador y motivo: El Ejército.
Elsener nació el 9 de octubre de 1860 en Ibach, cuna de los suizos más nacionalistas. La pintoresca villa está en el cantón de Schwyz, uno de los tres primeros en firmar en 1291 el Juramento de la Alianza Eterna, la raíz de la que surgió la confederación suiza. Karl aprendió el negocio de cuchillero en Francia y Alemania, fabricando instrumentos quirúrgicos y navajas de afeitar.
Pero la verdadera fama llegó cuando diseñó y fabricó la Schweizer Offiziersmesser; navaja del oficial suizo, los ‘clientes’ americanos, cuando la conocieron luego de la Segunda Guerra Mundial, ante lo difícil del nombre simplemente la llamaron Swiss Army… aunque conservó grabado en la hoja, el ‘Rostfrei’ lo cual no es una marca sino significa inoxidable en alemán. Como los relojes suizos la famosa navaja (ya no siempre de cachas rojas) ha viajado al espacio.
Un pueblo armado, es un pueblo libre
El ejemplo suizo para el resto de la humanidad es, además del orden y la disciplina en el trabajo y la vida cotidiana (algunos les han llamado ‘aburridos’) pero cabría preguntarse si esa forma de vida no ha producido resultados espectaculares.
Como un pueblo, sin imponerse a los demás, pero advirtiéndoles que ‘meterse con ellos podría resultar caro’ ha mantenido su neutralidad y su pacifismo; precisamente por estar armado hasta los dientes. Eso nos lleva a su principal enseñanza: Un pueblo armado, es un pueblo libre. ¡México; despierta y escucha!
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