Apunte
Gatopardos de hoy
Jorge Guillermo Cano
- Tancredi y el príncipe Salina
- El mito de las “cuentas públicas”
- Evaden culpas, los iniciativos
- Como sea, habrá consecuencias
- En el 2018, más de lo mismo
CULIACÁN DEL CAOS VIAL, LOS BACHES Y LOS TOPES, SINALOA.Son varios y complejos los factores que se conjugan para explicar (o tratar de) lo que está sucediendo en el mundo de hoy donde priva la confusión (y esto es decir lo menos); la negación de la obviedad (estar en las “redes”, como sea) por un lado, y su conversión en “verdades” falsas para consumo del mercado que se finca en la estupidización colectiva (afirmación fuerte, ésta, pero de simple lógica y sentido común, pese a los resabios de quienes se sienten afectados en su “libre albedrío”).
LOS LECTORES de esta columna recordarán que aquí nos hemos referido con cierta frecuencia al llamado “Gatopardismo” para ilustrar nuestra realidad nacional, pletórica de confusiones y despropósitos. En ocasiones de manera directa, otras con símiles, comparaciones y metáforas.
Giuseppe Tomasi de Lampedusa es el autor de la novela “El gatopardo”, cuyos personajes principales son el príncipe siciliano Fabrizio de Salina, su sobrino Tancredi, su hija Concetta y otros familiares, así como don Calogero Sedara y su hija Angélica.
El alegato central de la obra es que las viejas prácticas permanecen luego de cambios supuestamente revolucionarios. La historia se desarrolla en los tiempos de Garibaldi y Víctor Manuel, cuando Italia es sacudida por la modernidad política y, al fin de cuentas, el sistema y sus inequidades continúa sin cambios de fondo.
La obra es rica en reflexiones, difícil de sintetizar aquí, y las citas más conocidas, por su alto contenido crítico, se refieren al cambiarlo todo para nada cambiar, expresión perfectamente aplicable a los tiempos actuales. “Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie”, le dice Tancredi a su tío, el príncipe de Salina, que está muy preocupado por la agitación republicana. Y así es, luego de “negociaciones punteadas con innocuos tiros de fusil... todo seguirá lo mismo, pero todo estará cambiado”.
“Sucederán muchas cosas, pero todo habrá sido una comedia, una ruidosa y romántica comedia con alguna manchita de sangre sobre el bufonesco disfraz”, agrega el pragmático político moderno; se librarán “batallas en las que se lucha hasta que todo queda como estuvo”. (Vea el lector si no viene a cuento Lampedusa, ahora con otros actores en escena).
El hilo negro
En México, los gobiernos de “los tres niveles” son, primero que nada, el espacio de los negocios turbios. Prácticamente nada se puede hacer, desde la ciudadanía que ha visto difuminarse su actoría, sin entrar a la urdimbre de la corrupción: la de los “moches”, mordidas y chantajes, igualas, bonos, contratos leoninos y mucho más.
En ese contexto, la aprobación o rechazo de las cuentas, que de públicas siempre han tenido muy poco, por lo general, en la gran mayoría de los casos, han sido moneda de cambio de las cúpulas partidarias, de los centros de poder y sus epígonos.
Nada nuevo y, mientras en este país, estado y municipio, no se cambie en serio, así seguirán, con reformas o sin reformas, con sainete mayúsculo o sombrerazo prudente.
En estricto, y desde hace mucho, casi todas, por no decir todas, las “cuentas públicas” estatales y municipales que han pasado por el pleno del congresito de Sinaloa debieron haber sido rechazadas. Es un hecho incontestable, a menos que se juegue con una ingenuidad inadmisible, increíble de suyo.
En raras y negociadas ocasiones se han rechazado algunas a cambio de la aprobación de otras, bien lo saben todos, y muchos de los aprontados de hoy han estado precisamente en la banda del rechazo que no se dio, porque la componenda los protegió en su momento.
En tanto, con la bandera de la defensa de una “transparencia” que no existe y nunca se ha dado, con todo y función cirquera, una tanda de simuladores y oportunistas que, por cierto, muchos de ellos han sido cómplices de pasadas triquiñuelas, se visten de revolucionarios y, amparados en una presencia inercial del morbo colectivo, presumen cruzadas que sólo están en su ventolera imaginación.
En las mulas de mi compadre
Tenemos, es inconcuso, un gran problema con la ausencia de claridad y transparencia de a de veras, pero carecen de autoridad moral la Coparmex y concanacos para erigirse en adalides de la democracia y etcétera.
Son, ni duda cabe, la gran mayoría de los iniciativos privados, corresponsables del grave deterioro en el nivel de vida de los mexicanos, de la corrupción que está detrás de cuanto negocio se hace entre gobiernos y empresarios.
Pagan salarios miserables, no cubren en su integridad las prestaciones de ley, despiden a trabajadores para no pagarlas, evaden impuestos, encarecen lo que sea sin que se les ponga límite; son, en suma, cómplices altamente beneficiados por la corrupción oficial, de la que forman parte integrante, dígase lo que se diga.
Exigen transparencia, intención recuperable, pero “en las mulas de mi compadre”, como bien dice la sabiduría popular.
¿Y cuándo, por ventura, han tenido “voto de confianza” los diputados de cualquier partido? Eso es hablar por hablar. Al final, un simple sainete para ocultar los motivos reales de aprontados y simuladores.
En lo que toca a los medios “grandes” de la parcelada información, que generan más confusión con sus desplantes de parte, cuando lleguen los convenios millonarios se acabara la “indignación”. Ya lo verá Usted puntualmente y aquí se lo haremos saber.
¿Borrón y cuenta nueva?
Pero quienes crean que la aprobación de las cuentas públicas de Mario López (de 2016) salva a él y a su equipo de las implicaciones legales están equivocados.
Sin falsas modestias, fuimos prácticamente los únicos que, desde un principio, advertimos lo que pasaba con el gobierno de Malova y también adelantamos que, después de los aplausos casi generales, vendría la condena radical, como sucedió.
Al igual dejamos constancia, antes que nadie, de las irregularidades y el saqueo del erario, lo que advertimos desde el primer momento (por ejemplo: ediciones de “Vértice de Sinaloa” de mayo, junio, julio y octubre de 2015).
Dicho eso, ahora adelantamos nuevamente diciendo que Malova y su círculo interno terminarán enjuiciados y muy probablemente irán a la cárcel.
¿Por qué sucederá eso? -Porque no depende del Congreso del Estado de Sinaloa, ni de Quirino Ordaz Coppel, ni de la Coparmex, ni de los simuladores filopanistas que andan desatados, sino de la correlación de fuerzas que se aproxima en el plano federal.
Es del todo previsible que el presidente Peña Nieto se vea obligado a proceder de nuevo contra muchos de los corruptos de la clase política priista, porque él y su partido necesitan con urgencia otra cara para lo que viene.
Todo se reduce, y es lamentable, en efecto, a un círculo político que detenta el poder y quiere conservarlo a toda costa. En ese escenario no le irá bien al equipo que desgobernó Sinaloa en el sexenio pasado.
2018: signos ominosos
Parece ¿es? un cuento de nunca acabar. Gobiernos van y vienen, elecciones y candidatos de todo color y etiquetas que resultan en lo mismo; promesas manidas de “cambios” que, se sabe desde antes, y es lo más penoso, son mentiras a sabiendas, como bien ilustra el llamado “malovismo” en Sinaloa y su cauda de ¿incautos? que en realidad apostaron a su parte del pastel.
El entorno macroeconómico, como dicen los que saben o creen saber, al arbitrio de especuladores que lo mismo agarran de pretexto al bufón peligroso (Trump) que al petróleo, la lluvia o lo que sea. Que va a mejorar, dicen los gurús oficiales, pero ni de lejos se ve que eso beneficie al sector más desprotegido de la población.
El año que viene habrá “elecciones” y no hay materia para pensar en la posibilidad (menos en la probabilidad) de verdaderos cambios que tengan en el centro al interés general de la población. Es muy penoso que la ciudadanía seguirá votando por los mismos (lo son casi todos, por no decir todos) y los problemas seguirán sin remedio.
Cuando se vieron los perniciosos resultados del gobierno que ¿se fue? en Sinaloa, después de aquella penosa cargada mediática en favor del señor López, que “fue una equivocación”, reconoció un compañero de andares periodísticos en referencia a ese apoyo que muchos colegas le otorgaron a Mario López en su deseo de ¿gobernar? nuestra entidad. Hubo, recuérdese, incluso un periodismo que se declaró “militante” y actuó en consecuencia.
Las palabras ajenas
López Valdez ejemplifica, en varios sentidos, la traición a un electorado que se vio arrastrado por una cauda de figuraciones a cuya construcción contribuyó sin reservas buena parte de la prensa estatal. Desde luego, también jugó crucial papel el rejuego de intereses en el que participaron muchos actores, dentro y fuera del PRI, del PAN y del PRD.
Por aquellos días, señalando lo que era evidente y sin partidarismo alguno, éramos una voz en el desierto. Pero lo que advertimos sucedió sin falta.
Para lo que viene, unas elecciones que se presume serán “muy reñidas”, el Instituto Nacional Electoral, antes IFE, y sus repetidoras instituciones locales, son notoriamente frágiles y sus miembros impreparados, a más de que tradicionalmente se mueven por intereses de grupo, político y empresarial.
Lo que viene, entonces, dígase lo que se diga, es más de lo mismo. Eso sí, con nuevos ricos por obra y gracia de los dineros que se entregan a los partidos y candidatos para la puesta en escena.
Actuarán el INE y sus repetidoras locales, ya lo verá Usted, a tono con los intereses de quienes ahí los pusieron para recibir sus cuantiosos pagos.
Tamborazos
-Falta menos de un año para las elecciones que, todo indica, serán bastante problemáticas. En tanto, el INE reconoce su falta de credibilidad y medio dibuja la crisis en que se encuentra. A ver qué pasa.
-Se sorprenden en el ex DF del patrullaje del ejército, que allá es esporádico y que aquí es permanente, igual que en muchas otras ciudades del país. La cuestión, que adelantamos hace años es: ¿Después qué? Y los resultados, igual o peor que antes, están a la vista.
-En Culiacán, la violencia desatada y el Ayuntamiento, rebasado sin remedio, no atina siquiera a una declaración de parte.
-Van pasando los días, las semanas y vienen los meses. Nada resuelve la fiscalía de esto y aquello, con todo y recompensas desveladas, en los casos de los periodistas asesinados en este país que ves. Y ningún otro caso, a tono con su proverbial incapacidad y negligencia.
-El pasado 6 de agosto se cumplieron 48 años de haber publicado nuestra primera nota en la primera plana de un periódico. El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos, como en el canto de Pablo. (
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
).
More articles by this author
|