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Edición 409
Escrito por Jorge Guillermo Cano   
Domingo, 27 de Septiembre de 2020 23:32

 40912

APUNTE

LA OTRA CORRUPCIÓN CRIMINAL

Jorge Guillermo Cano

EN VARIAS OCASIONES hemos dicho que no es cosa de apoyar o no esto y lo otro, ni de fanatismos o adhesiones incondicionales, de un lado y del otro; sea por factores que es muy difícil erradicar, que tienen que ver con dinámicas incluso históricas, con los vicios y desviaciones del sistema, particularmente agudizados en gobiernos anteriores, el hecho irrebatible es que la corrupción en México permanece prácticamente igual que antes.

Cierto que, desde la presidencia, se da un fuerte discurso en contra de la corrupción y la enunciación de una voluntad expresa para combatirla, pero hasta ahora solamente es una cuestión declarativa. El fondo, y muchas de sus formas, permanecen inalterables. Ni caso en negarlo.

Nos guste o no, el hecho es que no se ha reducido la corrupción y la voluntad de erradicarla, sobre todo desde la máxima jefatura nacional, no ha dado los resultados que, con frecuencia, se enarbolan como si realidad fuera.

Necesario reconocer el problema y proceder con autocritica, pues las cosas se pueden complicar aún más con el pretexto de la tal pandemia.

Quedan en la miseria

Una de las aristas de la corrupción bien vestida es la que tiene que ver con la medicina, particularmente la privada, en laboratorios, clínicas y hospitales.

No hace mucho, se hizo público que una señora perdió a su esposo, a consecuencia del tal Covid/19, luego de gastar más de un millón de pesos en el tratamiento médico.

Lo internaron en un hospital privado “donde, en tan sólo once días, gastaron 760 mil pesos en tratamiento”. Solamente al ingresar, les cobraron 80 mil pesos y, en los últimos dos días, antes de fallecer el enfermo, tuvieron que pagar 180 mil pesos por el “traslado al área de terapia intensiva”.

Del hospital privado se tuvieron que ir al Hospital Civil y ahí se fueron más de 300 mil pesos en medicamentos y otros gastos hospitalarios.

Hasta hace unos días, la familia todavía debe 25 mil pesos en el Civil y el costo del plan funerario.

Abusos inadmisibles

Además de esa infame realidad, y por otra parte de la misma hechura, el costo de medicamentos comunes en farmacias se ha disparado, en algunos casos hasta en un mil por ciento, sin exagerar; los laboratorios hacen también su agosto cobrando por pruebas del mentado Covid (de dudosa eficacia) por lo menos mil pesos, la más barata, pero hasta cinco mil o más en otros de esos negocios.

Eso está sucediendo en todo el país, mientras los gobiernos de “los tres niveles” se la pasan haciendo declaraciones inanes y asegurando gratuidades que no existen.

En tanto, la Profeco es una fantasmagoría, así como todas las demás dependencias que algo podrían hacer, si no fuera por su presumible complicidad.

Es necesario poner remedio a lo que está sucediendo.

De señales que se ven

Al integrar su gabinete, todo nuevo gobernante tiene ante sí la primera gran oportunidad de mostrar al electorado que lo llevó al poder la congruencia entre su discurso de campaña y su hacer.

         Asunto relevante de suyo porque no se trata simplemente de nombres sino de actores centrales que dirigirán los destinos del Estado. Se ve ahí si a los diagnósticos previos corresponde una real voluntad de cambio y superación, privilegiando capacidades y la atención irrecusable de los grandes problemas nacionales y estatales.

         En contraparte, si se imponen las reglas no escritas de la política que han hecho tradición en los centros de poder (que bastante hemos padecido) la integración del nuevo gobierno puede significar un traspié más temprano que tarde.

         Según mi opinión, son varios los espacios del gabinete federal que merecen atención al respecto. Por ejemplo: la SEP, con Esteban Moctezuma Barragán; Gobernación (Olga Sánchez Cordero); Seguridad (Alfonso Durazo Montaño); Función Pública (Irma Eréndira Sandoval); Oficina de la Presidencia (Alfonso Romo); FGR (Alejandro Gertz Manero) y el director de la CFE, Manuel Bartlett, sin demérito de otros casos.

Necesario corregir

Los tiempos que corren imponen una valoración política de amplio esquema, sopesar el tamaño de los retos, ponderar los signos del pasado y del presente para actuar en consecuencia. Por supuesto, la última palabra está donde ya se sabe. También la responsabilidad por los aciertos y desaciertos.

         En el ámbito más terrenal (dijéramos), es un hecho que la hipocresía está en todas partes del espectro político y su adlátere, la simulación. Lo peor es cuando se presentan banderías que se venden al mejor postor como si fueran “ideales”.

         Como ya lo he expresado en anteriores ocasiones: es necesario corregir, pues el tiempo se agota sin remedio a la vista.

Que se acabe, de veras

En varias ocasiones me he referido aquí a los excesos de los señores diputados (federales y locales) así como senadores de todos los partidos que, cuando de sus prebendas, beneficios, ganancias y excepciones se trata, suelen ponerse muy de acuerdo sin mayores brincos.

         De gastos exorbitantes, viajes, incluso tratamientos de cirugía estética para diputados y familiares, se supo y se denunció en su momento; boletos de avión a destajo, asesorías, ayudantes, divulgación, atenciones a invitados y una larga lista de entrecomillados, aparecían en renglones perdidos del gasto camaral o sencillamente no aparecían.

         En tiempos del cambio prometido, esperábamos que eso ya no sucediera pero, lamentablemente, no es así, y aun cuando no se ha llegado a excesos previos, es claro que el dispendio y el mal uso de los recursos no se ha ido.

En Sinaloa, el congreso local bien haría en tomar nota (si de veras apoyan la llamada “cuarta transformación”). ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla ).



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