APUNTE
Las élites, antes y ahora
Jorge Guillermo Cano
Los llamados conservadores, la derecha radical y la que navega como suave, siempre han estado moralmente derrotados, pero, en lo fáctico, han tenido el poder real, antes y ahora.
Entre la élite que fue invitada al tercer informe de AMLO, el primero constitucional, ahí estaban, dejando pasar la crítica que, bien saben, sigue siendo de simples palabras. Por eso aplaudieron hasta 34 veces y respondieron a los elogios del presidente. Unas por otras.
Dijo López Obrador que “ya es un hecho la separación entre el poder económico y político”, lo que es discutible de suyo. Los acuerdos con los dueños del dinero están a la orden del día y se presumen “compromisos” con la banca y empresarios que, ni caso en refutarlo, siempre están sobre la ganancia y nada más.
Si “el gobierno actual representa a todos, a ricos y pobres, a creyentes y libres pensadores, así como a todos los mexicanos, al margen de ideologías, orientación sexual, cultura, origen, nivel educativo, posición socioeconómica”, necesariamente se tienen que establecer niveles, grados y prioridades de atención. Es simple, no hay igualdad entre ricos y pobres.
Que “ya existe un auténtico Estado de derecho”, es también algo cuestionable, pues a diario vemos como las prácticas corruptas del sistema judicial operan sin cambios sustantivos.
Pero que sea cierto
BIEN QUE SE PONGA en primer término convertir en práctica el ideal de los liberales de “al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie”, porque eso es, precisamente, lo que el pueblo sigue esperando.
Que el Poder Legislativo, “ya no interviene en otros poderes, respeta las decisiones de instancias estatales y municipales y no se entromete en decisiones de órganos autónomos y se abstiene de intervenir en la vida interna de sindicatos y partidos políticos”, es algo que también debe ponerse en su justa dimensión y, sí, la intención es loable, sin duda, pero aún no es una realidad.
Aún con el correctivo de la renuncia de Muñoz Ledo a continuar en la presidencia de la cámara, Morena tiene mucho más que corregir para no encaminarse al pasado.
Los bandoleros, aquí y allá
SEGÚN CÁLCULOS conservadores, los cárteles de las drogas, en México, se han hecho, ilegalmente, de alrededor de dos millones y medio de armas de grueso calibre a través de la frontera norte.
La Fiscalía General de la República (FGR) y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública refieren que cada año ingresan ilegalmente al país unas 250 mil armas de fuego, entre armas largas (AK-47 y 74), granadas, lanzacohetes, cohetes, lanzagranadas y ametralladoras, incluyendo los fusiles Barret calibre .50 con capacidad para derribar aeronaves y destruir blindados ligeros.
Estados Unidos, con una economía armamentista, lo mismo vende a terroristas que a narcos y urge que nuestro gobierno asuma una actitud enérgica al respecto. El contrabando de armas de allá para acá produce miles de muertes en México. Lo saben muy bien de ambos lados de la frontera.
En lugar de eso, de actuar con energía, el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que México “no se enfrentará con Estados Unidos ni con Donald Trump” y mejor su gobierno aplicará “todo un plan para competir con los delincuentes y quitarles a los jóvenes”.
¿A seguir callados?
INgenuidades aparte, lo del tal plan no está mal, pero lo otro, prácticamente el silencio ante el cotidiano abuso de los “vecinos del norte”, no es admisible.
Según AMLO, “con Estados Unidos hay muy buenas relaciones” (como si la cotidiana realidad no dijera lo contrario) y no va más allá de “la respuesta diplomática” de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Tal secretaría (cuyo titular, Ebrard, a veces aparece como mandadero de la metrópoli) señala lo obvio: que el problema (de la grave inseguridad nacional) “se agrava por el alto consumo de drogas y la venta de armas”.
En efecto, y hay que actuar en ambos frentes, con definiciones y acciones, no con la simple palabrería que ya se ha convertido en el pan de cada día.
No te acabes erario
EN EL PRESUPUESTO federal del año próximo: 5 mil 338 millones 342 mil 203 pesos se repartirán entre los siete partidos políticos nacionales con registro.
Morena se llevará (si no cumple su promesa de regresar entre el 50 y 70 por ciento del recurso) mil 760 millones 357 mil 966 pesos y, el que menos, Movimiento Ciudadano, poco más de 400 millones de pesos.
Pero, en efecto, por si eso no fuera suficiente, hay que sumar las prerrogativas que, por ley, deben dar los gobiernos estatales y municipales a los partidos.
En Sinaloa, por ejemplo, se entregarán 122 millones 153 mil 716 pesos, según las cuentas del inefable Instituto Electoral del Estado de Sinaloa. Morena, recibirá otros 47 millones 122 mil 838 pesos; el PRI, 31 millones 619 mil 595 y el PT, 10 millones 941 mil.
En el caso estatal, el PRD queda fuera, así como el Verde Ecologista Mexicano y Movimiento Ciudadano, que no alcanzaron el tres por ciento de la votación en la elección pasada.
El presupuesto global del Instituto Nacional Electoral (INE), que preside Lorenzo Córdova, es de 12 mil 493 millones de pesos, donde se incluyen los cerca de cinco mil 400 millones a los partidos.
¿Se justifica? ¿De veras sirve a la población y a la democracia, o es un gasto exagerado e inútil?
En el tintero
-Las remesas de los mexicanos que trabajan en el extranjero, Estados Unidos, principalmente, no son para presumir. Es una vergüenza para los gobiernos incapaces de generar en su propio país las condiciones para una vida digna.
-Que llegó una inversión extranjera por un monto de 18 mil millones de dólares hasta junio de este año. Es por algo: ¿Cuánto se llevarán?
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