APUNTE
¿Para las calendas griegas?
Jorge Guillermo Cano
- Todavía falta mucho por hacer.
- Motivo y desmotivo del voto.
- Una “gran exigencia ciudadana”.
- Situación “deficitaria y preocupante”.
- El operador PML tomará la protesta.
CULIACÁN DEL CAOS VIAL, los retenes, baches y topes, Sinaloa. Los romanos llamaban “calendas” al primer día de cada mes, pero los griegos no usaban ese concepto y no tenían calendas.
POR TANTO, LA EXPRESIÓN “para las calendas griegas”, que Suetonio cuenta era muy usada por el emperador Augusto (que gobernó el imperio romano del año 27 antes de Cristo hasta el 14 después de Cristo) equivale a ubicar una fecha que nunca llegará.
Por extensión, cuando alguien dice “para las calendas griegas”, de hecho se está negando a cumplir un compromiso, pagar una deuda o proceder con verdad. Un equivalente castellano es: “cuando los burros vuelen”.
Si bien el actual gobierno de Sinaloa no ha usado esa expresión para decir a la ciudadanía cuando va a aplicar la ley en el conocido caso de las corruptelas del sexenio pasado, a estas alturas su enunciación es del todo justificada por parte del pueblo.
(Lo que sí ha hecho es prometer pagos a proveedores de servicios en tal o cual fecha que, en la práctica, ha sido “para las calendas griegas”, arrastrando un evidente déficit financiero).
Y la espera sigue
Lo anterior viene a cuento porque cuando han transcurrido casi 23 meses de que Quirino Ordaz Coppel tomó posesión de la gubernatura de Sinaloa, no hay resultados efectivos y creíbles, más allá de paliativos menores, en el caso de la administración pasada y sus manejos (agregando el otro asunto de la morosidad recurrente).
La ceremonia fue el sábado 31 de diciembre de 2016 y el cargo para el cual juró Ordaz Coppel comprende del 1 de enero de 2017 al 31 de octubre de 2021. En total, estará cuatro años, nueve meses, y 30 días en el cargo, es decir mil 764 días.
Cumplido más del 35 por ciento de su mandato, es hora de que el pueblo de Sinaloa sigue esperando se cumpla su promesa de combatir la corrupción en el caso de la administración encabezada por Mario López Valdez.
Precisamente esa expectativa motivó buena parte de la votación a favor de Ordaz Coppel y, al no haber respuesta puntual a un evidente reclamo ciudadano, el incumplimiento fue factor en contra del PRI el pasado primero de julio aunque, desde luego, la profunda y general inconformidad a lo largo y ancho del país fue el motor central.
De la exigencia ciudadana
En su discurso inaugural, Quirino dijo que “una gran exigencia ciudadana a los gobiernos hoy en día, y con toda la razón, es que exista una absoluta transparencia y un decidido combate a la corrupción”.
Advirtió que en el gobierno actual las compras serían transparentes y “las licitaciones de bienes, suministros y obra pública contarán con testigos ciudadanos y serán transmitidas en vivo por internet”.
El escrutinio de la correspondencia entre el decir y el hacer del gobernador está pendiente, así como el seguimiento puntual de las medidas que en materia de transparencia anunció. Pero se hará, sin duda.
Los millones que no aparecen
Desde el 20 de febrero del año pasado, el actual secretario de Administración y Finanzas del gobierno de Sinaloa, Carlos Ortega Carricarte, a pregunta directa de “Vértice de Sinaloa”, reconoció que la administración pública estatal era (¿es?) “deficitaria y muy preocupante”.
Ortega señaló que se recibía un estado (de la gestión malovista) “con un importante déficit financiero y estructural, que compromete las finanzas públicas”.
Detalló que “a partir de la información de los estados financieros del Gobierno del Estado y de sus organismos descentralizados, la deuda consolidada al 31 de diciembre de 2016 asciende a 12 mil 197 millones de pesos”.
“Adicionalmente se han identificado otros pasivos no registrados en la contabilidad por 933 millones de pesos, que incluyen a proveedores y contratistas, bonos de pensión en firme, compromisos con trabajadores y ajuste en participaciones, por lo que el total del pasivo asciende a 13 mil 130 millones de pesos”, dijo.
A proveedores y contratistas se les adeudaban (¿adeudan?) 2 mil 241 millones de pesos y a los institutos de pensiones un total de mil 725 millones de pesos, “lo que ha generado la descapitalización de los fondos y el incumplimiento de sus compromisos”.
¿Ya se arregló todo?
Ortega Carricarte aclaró en aquella ocasión que “en el proceso entrega-recepción, no se proporcionó el estado en que se encuentran las observaciones y acciones de las distintas instancias fiscalizadoras, por lo que se requirió una solicitud de información posterior y fue necesario acudir a diversas fuentes para su obtención”.
Pues bien, luego del recordatorio, es hora de reiterar que el pueblo de Sinaloa está esperando que se cumpla. Que se haga justicia no sólo con personajes menores o intermedios (que en realidad derivan culpabilidades a su verdadero jefe) lo que a nadie convence.
La vox populi (que suele ser Vox Dei) habla de complicidades, de arreglos en las alturas (de las que más temprano que tarde se baja); de “vista gorda” o de “borrón y cuenta nueva”.
Las facturas, ya se vio, en política se pagan y el tiempo de Quirino corre veloz. Ya veremos.
Al iniciar su campaña como candidato del PRI para gobernador del estado, el 03 de abril de 2016, Quirino Ordaz Coppel, prometió a la ciudadanía sinaloense ir “de frente y con todo” contra la “corrupción” para atender el “hartazgo ciudadano” por los excesos y abusos de poder de los gobernantes.
Sinaloa sigue esperando. A ver hasta cuándo ¿O para las calendas griegas?
¿Volviendo al futuro?
Matrimonio de AMLO con la élite empresarial de México, como de manera cursi lo dijo el futuro jefe de gabinete del tabasqueño que arrasó en las urnas el pasado primero de julio, o lo que termine siendo, lo cierto es que apunta a una alianza que no es en sí nueva, pese a las diferencias de forma que ha revelado el discurso acorde con los tiempos.
Muy difícil creer que los dueños del dinero en este país de veras van a sacrificar, así sea en parte nada más, sus ganancias que garantizan las “normas” y “regulaciones” en vigor, con todo y las nuevas medidas anunciadas por AMLO, en lo que toca a la asignación de contratos y colaterales.
Se necesitan otras reformas de fondo que atendieran el problema en lo medular y esas, sencillamente, no se han planteado con la puntualidad necesaria. El problema, lo hemos dicho y reiterado, está en la base de un sistema injusto, profundamente inequitativo, comandado por el gran capital transnacional y local, mismo que las alianzas entre el gobierno y la élite patronal mantienen prácticamente intocado.
Las malas señales
Porfirio Muñoz Ledo, el operador mandado por Luis Echeverría, en 1975, para robar la gubernatura de Nayarit a Alejandro Gascón Mercado, será quien imponga la banda presidencial a López Obrador.
Ese año, después de las elecciones claramente ganadas por Gascón en Nayarit, el gobierno federal compró al entonces presidente del Partido Popular Socialista (PPS, ya desaparecido) Jorge Cruickshank García, quien aceptó la “derrota” de Alejandro.
Le entregaron la gubernatura al priista Rogelio Flores Curiel, que fue jefe de la policía del Distrito Federal cuando se reprimió la manifestación estudiantil el 10 de junio de 1971, donde hubo decenas de estudiantes muertos.
Alejandro renunció al PPS y culpó, con toda razón, a Cruickshank, que recibió como pago la senaduría por Oaxaca, apoyado por el PRI, y particularmente al operador del robo, Porfirio Muñoz Ledo, que en 1975 era presidente del PRI.
Tiempos traen tiempos, pero la historia no olvida.
Tamborazos
-Luego de nuestras críticas (no refutadas) al actual gobierno estatal de Sinaloa, por su sospechosa pasividad en el ataque real y efectivo a la corrupción, se vino una andanada de comentarios elogiosos y laudatorios al gobernante por “premios” o lugares obtenidos en las rondas de sobra conocidas. El crítico lector opina: ahí una manera de distinguir entre prensa y prensa. Así es.
-El primero de septiembre pasado dieron inicio los trabajos de la LXIV Legislatura del Congreso de la Unión, que concluirá su mandato el 31 de agosto de 2021. Ese mismo día se instaló, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, la sesión de Congreso General para declarar formalmente el inicio del Primer Periodo Ordinario de Sesiones del Primer Año de Ejercicio. Vamos a ver que sale.
-Antes, el miércoles 29 de agosto, se instaló el Senado de la República. Por Sinaloa, como se sabe: Rubén Rocha Moya, Imelda Castro y Mario Zamora. Todo por verse y a estar pendientes.
-Los 14 gobernadores que le quedan al PRI, señalaron al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, que “el pacto federal no conoce de autoridades intermedias” y que sus delegados en las entidades no pueden sustituir ni enfrentar a las autoridades democráticamente electas.
-La relación será directa con el Presidente, no con sus delegados, dijeron en pasada reunión de la llamada Conago. Por su parte, López Obrador aclaró que sus delegados no ejercerán presupuesto ni intervendrán en tareas de seguridad. Se respetará la autonomía estatal y la Constitución. Se verá.
-Jesús Estrada Ferreiro, presidente electo de Culiacán, fue a Singapur, donde recibió “capacitación en desarrollo urbano, seguridad pública, transporte urbano y otras materias de gobierno municipal”. Si continúa con esas ocurrencias, el pueblo lo va a mandar a otra parte.
-Mientras una real o aparente crisis financiera le impide al gobierno del estado de Sinaloa (el de Quirino, aunque también se mete el otro) cumplir sus responsabilidades, echan la casa por la ventana en bochinche y medio. Y así van.
-Continúa sin rubor la inefable GNP de los Bailleres (ahora en líos griegos y australianos por la modelo que apareció ahorcada en un yate de su propiedad) rehuyendo su responsabilidad en el caso del siniestro número 62992342, ocurrido en la ciudad de Culiacán el 19 de agosto de 2016, “cuando ni siquiera pagó la grúa para llevar el carro al taller”.
-Para eso cuentan con la complicidad de condusefes, profecos y juzgados. Vamos a ver si eso se acaba con el cambiazo prometido. Por lo pronto, poderoso caballero sigue siendo don dinero. Su correspondencia:
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