A FUEGO LENTO
La carta de AMLO
Enrique Pastor Cruz Carranza
“En un espíritu corrompido no cabe el honor”
Tácito
“No me des, pero ponme donde haya”.
UNA EXPRESIÓN QUE HA LOGRADO grandes y poderosas raíces en la dolorosa cultura del oportunismo político y la visión de convertir el servicio público en un arcón de inmensas oportunidades para pillar sin límites, plenamente confiados en los nexos directos, indirectos y demás enredos validos en la total carencia de escrúpulos.
NO EXISTE NINGÚN NIVELde gobierno, sea municipal, estatal o federal donde no se aplicará esta consigna de “buenaventura”, para salir de la miseria económica y entrar de lleno a la mezquindad humana del pragmatismo, con su máxima expresión del “quien no transa, no avanza”.
Líderes de vomitiva memoria
NINGÚN PARTIDO POLÍTICO ha estado libre de este mal, como tampoco los gobiernos surgidos de ellos en las alternancias pactadas, simulaciones democráticas o fraudes maquinados con toda la vulgaridad imaginable.
Los que fueran caciques míticos y clásicos en la “dictadura perfecta”, con especímenes del tamaño de Gonzalo N. Santos; líderes charros y presuntos gigantes con pies de cartón como Fidel Velázquez y muchos otros más de vomitiva memoria llevaron un proyecto de partido de la revolución con toda su esencia, a una zahúrda de actos deleznables, corrupción, crimen, impunidad y cinismo.
El hartazgo llegaría a su cumbre después de la crisis por el sismo de 1985, la ruptura por soberbia, excluyentes sin la mínima idea del quehacer político para encontrar consensos y las elecciones de 1988 culminarían en los grandes saldos electorales de tránsfugas disfrazados de luchadores sociales, pero en realidad simples vividores —algunos ilustrados o teóricos–, siempre en busca del poder con sus mieles de placer adjuntas.
Las felonías calculadas, con privilegios en cargos públicos, vendettas bien remuneradas y desprecio a seguidores profundamente comprometidos hasta entregar la vida, fueron parte de la negociaciones para darle curso a la calificación electoral, con la genialidad de un sistema caído, un partido contaminado con el mercenarismo ajeno a la presunta doctrina de Gómez Morin; para culminar en las entregas de gubernaturas a unos y privilegios a otros integrantes del fraude, como fue Manuel Bartlett Diaz, enviado a la SEP y posteriormente premiado con la gubernatura de Puebla, antes de su regeneración a ser un activo ejemplar de dudosa lealtad a la “4T”.
Nuestra suave nación
EL REPARTO DE UTILIDADES fue siempre muy generoso entre ellos, parte indisoluble de la “familia revolucionaria” en modernización a los requerimientos del neoliberalismo, para culminar con la privatización de entidades del país como Telmex, por citar una joya del tesoro patrimonial, de nuestra suave nación.
Esa minoría calificada por rapaz, capaz de mostrar —sin el mínimo recato o rubor—, su piel sensible cuando es aludida.
Los privilegiados supieron convertir la vertiginosa fortuna, en trampolín políticos y grandes trapecistas de todas las circenses “alternancias democráticas” sepultando el crimen de Luis Donaldo Colosio en la manipulación sentimental; hasta el montaje el 2000, donde el sistema político nacional requería una muestra de cambio político, perfectamente escenificado por el embustero Vicente Fox Quesada.
Aquella limpia de “tepocatas y víboras negras” cargadas de ridículo estandarte para el tongo, terminaron convirtiendo la nueva realidad en una orgia de ocurrencias, promesas de infidelidad llevadas a la tragicomedia pasional de dos adúlteros jugando a los impolutos y el bodorrio con padrino español —primer ministro—, para culminar la parodia de aquella “pareja presidencial”.
Sin pecado concebido
LA DELINCUENCIA CONVERTIDA y blindada en gobierno lograría niveles de escándalo con esos jovencitos nacidos sin pecado concebido, en la siempre hermosa entidad de Guanajuato, para ser el ejemplo de los traficantes de influencias quienes dentro de PEMEX serían considerados auténticos múridos sin límites.
Nacieron así, los ridículos “testigos sociales” para eximir a estos jóvenes sinvergüenzas, mientras frenética la señora madre, no menos abusiva y ladrona con “Vamos México”, amenaza a los legisladores en comisión comandados por el legislador federal Jesús González Small, pues también aspiraba ser “presidenta” para que los niños siguieran su delictivo encumbramiento a las fortunas mal habidas.
Con Felipe Calderón Hinojosa las cosas no fueron diferentes y tanto la familia política de Margarita Zavala, como la guía inmoral de Galicia se cubrían de riquezas faraónicas en tiempos de excedentes multimillonarios y acuerdos de ser corruptos hasta la ignominia con el PRIAAN-PANAL aquel frente del fraude del 2006.
¿Fin de los dinosaurios?
AHORA SE RESPIRAN presuntos aires de romper ese blindaje de intocables y el caso Odebrecht se enfila como aquel aerolito catastrófico de Chicxulub, para destruir esos monstruos de la impunidad y acabar con la ley no escrita de encubrimiento entre el presidente saliente y entrante para no ser llamado nunca a cuentas, aunque las evidencias sean un tsunami de podredumbre.
Veo con mucho optimismo aquellas teorías del “Borrón y cuenta nueva” o los “punto final” para la impunidad garantizada se diluyen ante la fuerza de la demanda social y vital, en la cimentación de “La Cuarta Transformación real”.
Estoy convencido que la carta-circular del pasado 13 de junio enviada a los secretarios del gobierno federal; directores de empresas u organismos paraestatales y todos los servidores públicos en general para no aceptar ninguna circunstancia el influyentísimo, amiguismos, nepotismos.
Advertir a todos los miembros de su familia, estar prohibido toda acción de gestiones o negociaciones en beneficio de alguien, es una gran señal de congruencia y por ello me agradaría ver en todas las recepciones de las oficinas del gobierno de la república, esta carta:
Presidencia-016/06/13/19 como la bienvenida en cada despacho y un teléfono sin costo, para denunciar-servidores de la nación y ciudadanos, si algún familiar de los poderosos infiltrados y advenedizos con mañas de “la mafia del poder” son capaces de pasarse por el arco del triunfo esta disposición clara y contundente.
Veremos hasta donde es realmente una convicción de gobierno y probidad, pues de lo contrario el fracaso será tan demoledor como la fe que se manifestó históricamente en las urnas.
Es tiempo que no tiemble la mano para los inminentes desafíos a la congruencia.”
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