A mediados del siglo XVI floreció en Texcoco, la cultura, la ciencia y el esplendor ambiental. Esto ocurrió cuando Nezahualcóyotl, tlatoani del señorío de Texcoco, llamado el Rey Poeta dio paso a su sabiduría y sensibilidad por el hombre (preferentemente la mujer) y la naturaleza
URGE EL RESCATE DE LOS BAÑOS DE NEZAHUALCÓYOTL
Juan José Agustín Reyes Rodríguez
TENÍA COMO MARCO de su existencia el Lago de Texcoco al poniente y el majestuoso Monte Tláloc por donde sale el sol. Se conocen muchas obras de Nezahualcóyotl tanto físicas como intelectuales.
Monte Tláloc y Lago de Texcoco
Su obra poética ha sido difundida con referencias a la naturaleza, al hombre, la mujer y los elementos naturales. Texcoco, en la Triple Alianza con Tenochtitlán y Tlacopan, era el centro cultural, legislativo y de justicia. Promulgó las primeras normas con respecto al manejo de los bosques y los árboles, entre otras muchas disposiciones legales. Se tenía la biblioteca, constituida por los códices, más importante del imperio Mexica, el cual fue destruido por Bernardino de Sahagún, así como muchos de sus templos y edificios. Texcoco es conocido como el Atenas del Anáhuac, en donde también está la primera escuela para “indios” del Continente Americano, fundada por Fray Pedro de Gante.
En cuanto a la obra física del Rey Poeta, destacan entre otras el Acueducto de Chapultepec; el albarradón que dividía las aguas dulces de la laguna de Tenochtitlán o de México, el lago de Xochimilco y el de Chalco, del lago de Texcoco con aguas salubres; la plantación de los ahuehuetes en San Salvador Atenco y en varias partes de Texcoco; los palacios y centros ceremoniales prácticamente desaparecidos y sólo quedan vestigios como el conocido en el famoso Cerrito de los Melones; su jardín botánico cercano al anterior así como en el cerro de Tezcutzingo o Tetzcotzinco, en donde se encuentran su famosos baños.
Otra de sus obras de avanzada para ese tiempo, es el sistema hidráulico, de captación, conducción y distribución del agua desde uno de los manantiales que nacen en las estribaciones del Tláloc, en San Pablo Itzayoc, a través de las tierras de Santa Catarina, hasta llegar al cerro de Tetzcotzinco, en San Nicolás Tlaminca, todos en el municipio de Texcoco.
Acueducto y canales de riego
Este sistema hidráulico fue construido con una gran precisión, utilizando la pendiente y vasos comunicantes entre los cerros, con un acueducto de aproximadamente 6 kilómetros, según informaron algunos vecinos. El reto que sorteó Nezahualcóyotl fue el conectar el acueducto entre cerro y cerro, el cual construyó con piedra, tezontle y argamasa y que todavía se conservan partes a lo largo del recorrido.
Al alcanzar cada uno de los cerros construía un aljibe o reservorio que permitía controlar el flujo y almacenamiento del agua. En el cerro Metecatl, se encuentra el último reservorio y fuentes antes de llegar al cerro Tezcutzingo
Reservorio y fuente A en el cerro Metecatl
El agua dio vida al cerro de Tetzcotzinco que lució su esplendor, como actualmente puede deducirse. Tiene tres pocetas labradas en la piedra que son conocidas como el Baño de la Reyna, al poniente, el de las Concubinas al norte y el baño del Rey al sur, de donde tenía acceso a su palacio. El sistema hidráulico surtía de agua a esos baños, al tiempo que permitía el riego de los jardines que se encontraban alrededor del cerro.
Baño de la Reyna
Baño del Rey Nezahualcóyotl
Del reservorio en el cerro Metecatl al cerro de Tezcutzingo esta parte del acueducto; se ha rescatado un tramo importante que está visible a los visitantes de como funcionaba. Llega de frente al que fue el trono del Rey, que hace muchos años lo vandalizaron y se lo llevaron completo, dejando el pedestal y el hueco en la roca. Arriba del trono, casi en la cima del cerro, se encuentra el patio de las danzas y lo que algunos autores mencionan como un observatorio, que, sin haberse descubierto vestigios, si era posible prácticamente por la visión panorámica que se puede abarcar.
Trono de Nezahualcóyotl y acueducto
El acceso principal a estos baños es por el poblado de San Nicolás Tlaminca, al poniente del cerro, con escalinatas que se reconstruyeron parcialmente, y con vereda, en malas condiciones, que lleva en primer término al baño de la Reyna. A partir de ahí hay una vereda y restos del canal de riego al mismo nivel sensiblemente, con la pendiente necesaria para irrigar toda la circunvalación, proveer agua a los tres baños y poder regar los jardines.
Vereda de acceso principal
El labrado que se hizo en la piedra de los baños está perfectamente hecho para la comodidad del gobernante y sus acompañantes.
Se ha hecho una labor de rescate de esta importante zona arqueológica, sin embargo, requiere más atención y arreglo sobre todo en la vereda de acceso.
Los vestigios que aún se encuentran del acueducto, están a lo largo del mismo, desde el manantial en las estribaciones del Monte Tláloc, hasta Tezcutzingo con destrucción y desaparición de tramos, habiéndose perdido o robadas partes de ese acueducto.
Panorámica del cerro Tetzcotzinco Acueducto en Santa Catarina
Este pasado 15 de julio se denunció públicamente en las redes sociales, que un importante tramo del acueducto, de este sistema hidráulico fue destruido intencionalmente con maquinaria pesada, como se pudo observar en el terreno, en una longitud estimada de 20 a 25 metros. Esto ocurrió en terrenos de la comunidad de Santa Catarina, que aun estando fuera del Tezcutzingo, forma parte del sistema hidráulico y arqueológico de esta importante zona. Hay que destacar que esta zona está bajo la responsabilidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que ya tomó cartas en el asunto.
Destrucción de un tramo del acueducto en Santa Catarina
El viernes 17 de julio, dos inspectores de la Fiscalía General de la República se presentaron para tomar nota del asunto y reportarlo a sus superiores. De acuerdo con los mismos, en el transcurso de la siguiente semana estarían los peritos para contar con los elementos necesarios, así como investigar al irresponsable de este daño al patrimonio cultural de la Nación.
Este daño, que fue reportado por gente consciente de la riqueza cultural que se está destruyendo, es un llamado de atención en primer lugar al INAH; sin embargo, al ser patrimonio de toda la población de Texcoco y sus comunidades, en donde se encuentran, no sólo estos sitios, sino muchos más como el centro ceremonial en la cima del Tláloc, también es responsabilidad de los habitantes y debe haber un compromiso para que se haga un rescate integral del sistema hidráulico, que por cierto todavía funciona en algunos pueblos por donde pasa y de toda la zona arqueológica.
Texcoco y la región que lo rodea, es rico en tradiciones, cultura, historia, arqueología, naturaleza, idioma y otros aspectos de la vida, está siendo impactado negativamente con el crecimiento urbano, impulsado por la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), que están promoviendo las inmobiliarias y los propios gobiernos, federal a través de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (SEDATU), el Gobierno del Estado de México y algunos funcionarios dentro de los municipios. No es posible que se siga con esas políticas de crecimiento inmobiliario, no desarrollo, que está impactando toda la historia, cultura, lengua, arqueología, tradiciones y naturaleza del Valle de México. Todavía está presente el impacto sobre la región con la explotación desmedida de las minas y desaparición de cerros y que sigue latente con ese crecimiento urbano que están promoviendo.
Vegetación amenazada en Tetzcotzinco por el crecimiento urbano.
Se debería rescatar toda la riqueza que tienen estos pueblos y cambiar sus patrones de crecimiento urbano en toda la Cuenca de México. Por lo pronto esperamos los resultados de las investigaciones que haga la Fiscalía General de la República, así como las sanciones y reparación del daño causado en el acueducto de Tetzcotzinco y se atienda la conservación y restauración de los Baños de Nezahualcóyotl en el cerro de Tetzcotzinco.
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