Sindemia global,
tres fatales epidemias emergentes
del cambio climático
Por Hugo Sergio Gómez S.
Sinergia de epidemias: Obesidad, desnutrición y afectación del clima simultáneamente en tiempo y espacio
HAY ESTUDIOS que comprueban que, bajo el signo del calentamiento global, surgen de la sombra fenómenos epidémicos que se fortalecen entre sí con un letal y negro poder de sinergia al que no escapan ningún continente: los datos son aterradores y evolucionan de manera exponencial. De estos, quizá el más letal es la malnutrición, una deficiencia que se expande en un abanico destructor que abarca tres síntomas: la obesidad, la desnutrición y los riesgos dietéticos. Son enfermedades no transmisibles, ya son la mayor causa de pérdida de salud en el mundo y amenaza con el colapso de los sistemas de salud de los países con menos recursos. Sin duda un dato que debería avergonzar a los países que tiran gran cantidad de la comida que preparan, es la desnutrición que sufren los desposeídos. En América Latina el 8.4 por ciento de las mujeres se encuentran en situación de inseguridad alimentaria severa, en comparación con el 6.9 por ciento de los hombres. En diez países, el 20 por ciento de los niños y niñas más pobres sufren tres veces más la desnutrición crónica. Las poblaciones indígenas sufren mayor inseguridad alimentaria que las no indígenas, y las poblaciones rurales más que las urbanas.
La comisión Lancet
Al respecto una prestigiada revista Lancet realizó un estudio a fondo de la grave amenaza que se cierne sobre la humanidad. La llamada Comisión Lancet sobre Obesidad, se formó tras la publicación de dos Series Lancet sobre Obesidad en 2011 y 2015. La Comisión estuvo bajo los auspicios de The Lancet, la Universidad de Auckland, la Universidad George Washington y la Federación Mundial de Obesidad. La Comisión estuvo integrada por 26 Comisionados y 17 becarios de 14 países. Las disciplinas y la experiencia de los comisionados incluyeron obesidad global, salud de la población, nutrición (incluida la desnutrición), sistemas alimentarios (incluidos los sistemas alimentarios indígenas), actividad física, ciencias políticas y formulación de políticas, cambio climático, planificación urbana, epidemiología, defensa del consumidor, derechos humanos; derechos, derecho internacional, comercio, equidad en salud, determinantes sociales, economía, mercadeo, agricultura, ciencia de sistemas, intervenciones comunitarias, ciencia de implementación, medicina, negocios, financiamiento y la experiencia de vivir con obesidad.
Los objetivos de la Comisión eran:
•IDENTIFICAR los puntos en común sistémicos en los impulsores y las soluciones para la obesidad. Desnutrición y cambio climático.
•DESCRIBIR POLÍTICAS y acciones de doble o triple función para abordar la situación global de la Sindemias y formas de fortalecer los sistemas de rendición de cuentas para su implementación. Encontraron su correlación con el cambio climático.
El estudio deja en claro que el cambio climático tiene impacto en la salud de la población, por ejemplo, aumentando la mortalidad, consecuencia de las olas de calor o incrementando algunas enfermedades tropicales como el paludismo. No podemos perder de vista que la sindemia global afecta en mayor grado a los países de menor renta y a las poblaciones más pobres que carecen de comodidades para hacer frente a las altas y bajas temperaturas que en algunos lugares alcanzan los 60 grados centígrados. Incluso México ha entrado en los penosos records con las mayores temperaturas, pues junto con el desierto de Lut en Irán, el desierto de Sonora es uno de los lugares más calientes de la tierra con 80.8 grados Celsuis Mientras el lugar más frío se localiza en la Antártida con -110.9 grados Celsuis; pero los efectos e impactos climáticos también desencadenan fenómenos atípicos: lluvias torrenciales en que las débiles viviendas construidas, muchas en zonas blandas, simplemente desaparecen bajo las aguas perdiéndose todos los bienes logrados en una vida, a consecuencia de las inundaciones cíclicas que provocan los poderosos huracanes.
Y es que los análisis de expertos como los que formaron la comisión de la destacada revista científica Lancet no dejan espacio a la duda: el cambio climático y la obesidad y la malnutrición son fenómenos interdependientes que como jinetes de un apocalipsis siniestro impactan con mayor fuerza en aquellos países donde la población carece de una cultura alimentaria sana y son víctimas de los intereses económicos y la publicidad engañosa. Una sindemia es una sinergia de epidemias (en este caso de obesidad, desnutrición y cambio climático) que ocurren de forma simultánea en tiempo y espacio, interaccionan y tienen mecanismos causales comunes según las voces de los científicos (ver: https://cutt.ly/Gn9XOSZ).
Los inmigrantes del cambio climático
Los números que arrojan los estudios de esta comisión son aterradores: hay dos mil millones de personas en el mundo aquejados por la obesidad, así como dos mil millones de seres humanos que padecen desnutrición. De seguir en esa ruta el colapso de los sistemas de salud es inminente. Pero es un problema que emerge de la ausencia de tierras cultivables que provean comida sana. Sus campos otrora fértiles son ahora famélicos y terrosos espacios donde, por los efectos del calentamiento global y sequías abrazadoras, no crece más que hierba dañina. Sus tierras cultivables están a merced de la desertificación y la esterilidad. O bien han sido arrasadas para privilegiar la siembra de pastizales y cereales para criar ganado y el ejemplo más claro se tiene con Brasil que arrasa la selva en busca de expandir esta industria. La alta movilidad de la población de esas zonas grises hacia otras zonas de mayor prosperidad ha llevado a los sociólogos a acuñar un término que ya se pide se incorpore a la jerga científica: Los inmigrantes del cambio climático. Seres que se desplazan por el mundo buscando un lugar donde volver iniciar su vida. Son caravanas que ahora marchan jugándose la vida en un volado al aire de todo o nada. En esta región de América vienen desde Guatemala, Honduras y el Salvador y pasan por México como parte de su ruta; pero su destino final es Estados Unidos, seducidos por el sueño americano. Según las proyecciones del Banco Mundial, si los impactos del cambio climático no son tan fuertes, para 2050 podría haber entre 1,4 y 2,1 millones de "migrantes climáticos internos" en México y Centroamérica. En un escenario más pesimista, podrían alcanzar los 3,9 millones, lo que representaría el
1.9 por ciento de la población de la región.
La tierra, un planeta que ya no alcanza para todos
La pugna por los bienes de la tierra cada día será́ mayor y llevará a estos grupos empresariales a suplir a los gobiernos. A crear sus propias condiciones que les permitan seguir viviendo en la opulencia. Su propia educación, la cual ya no forma seres humanos sino seres competentes para el trabajo, es decir se educa para producir no para pensar. Las condiciones del futuro son impredecibles como lo señala Zygmunt Bauman en su libro Vida Líquida en el que afirma la volubilidad de los tiempos y la dinámica de los cambios son tan veloces que los individuos aún no se adaptan a las condiciones presentes cuando surgen nuevas condiciones. En ese mismo texto también afirma que las vacas europeas viven mejor que la mitad de la población mundial pues los países de occidente gastan 350 000 millones de dólares en subvencionar su agricultura. Y da un dato estremecedor. Londres ocupa una superficie de 1500 kilómetros cuadrados, pero según cálculos del International Institute for environment and Development (Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo) debe utilizar más de la mitad del terreno de la Gran Bretaña para abastecer sus ostentosas necesidades consumistas de sus habitantes y almacenar los residuos que producen. Es decir, requiere 120 veces más territorio que el que ocupa. Ahora si vamos al urbanita llámese así a ese habitante de grandes urbes como Nueva York, Washington y Los Ángeles, necesita 4.7 hectáreas para su sustento mientras la India solo 0.4. Su consumo energético es 16 veces superior. Vancouver es clasificada como la ciudad con el mejor estilo de vida no podría solventarlo sino ocupara un espacio de producción 180 veces mayor que ella. El economista Jhon Reader señala que, si todos los habitantes de la tierra adoptásemos el mismo estilo de los norteamericanos, necesitaríamos tres planetas como la tierra, así que los países opulentos buscan en otras naciones menos desarrollados tierra para producir y desechar los productos de su consumo.
La ganadería datos ocultos por falsos grupos ecologistas
Pero las sin duda la ganadería destina grandes recursos a financiar grupos de supuestos ecologistas que desvíen su atención hacia otros temas ambientales. Pero los fríos datos están ahí y son reveladores sobre la creciente voracidad del consumo de carne roja que pasó entre 1961 y 2014, de 20 a 43 kilos por año por cada ser humano, aunque hay culturas como Argentina que se acercan a los 50 kg por habitante, mientras en los mexicanos oscila entre 30 y 25 kilogramos, pero en estados como Nuevo León con alto poder adquisitivo, esta cifra se dispara hasta 95 kg por persona. La producción mundial de carne paso, entre esos años de 71 millones a 318 y se dice que para 2050 llegará a 455 millones de toneladas.
Sin duda alguna la ganadería es de los mayores contribuyentes al cambio climático y la desertificación de la tierra con 19 por ciento de emisiones de metano y gran parte del nitrógeno que proviene de los agroquímicos con los cuales se fertilizan los pastizales; pero el consumo elevado de carne amén de sus implicaciones climáticas es un fuerte contribuyente a enfermedades como la diabetes, la obesidad y enfermedades cardiovasculares que han extendido este fenómeno que se ha dado llamar sindemia. Lejos han quedado los tiempos en que países como Guatemala, Honduras y otros de Centro América sobrevivían de la siembra de temporal donde cosechaban café y el maíz dos veces al años; hoy sus tierras se han deteriorado por la falta de lluvia provocando otro fenómeno que ya puso en jaque al gobierno mexicano: la migración masiva de centroamericanos a México: estadísticas y proyecciones indican pero ante la falta de alimentos de calidad han recurrido a la comida chatarra provocando otros fenómeno que va de la mano de la gordura: la desnutrición: Hoy en día la obesidad galopante que ya inunda al mundo con 2000 millones de gordos mientras las familias ya ven nacer a las primeras generaciones de niños que morirán primero que sus padres aquejados por males como la diabetes que amenazan ya con el colapso de los sistemas de salud de los países más pobres.
Las recomendaciones de la Comisión Lancet
Sin duda, la humanidad transita hoy en día por una de las épocas más complejas y paradójicas de su historia: por un lado llegamos a la cumbre tecnológica donde ya se suplen muchas de las tareas manuales del ser humano por inteligencia artificial mientras por otro hemos convertido al planeta en un inmenso basurero donde no se escapa ningún hábitat ni ecosistema a la mortal contaminación que ya desplaza de sus entornos naturales a millones de ciudadanos empobrecidos por la aridez de la tierra y la falta de lluvias en lugares como África y América Latina que destruye sin piedad, la Amazonia, el pulmón más importante del planeta: aire tierra y mar están interconectados por un ciclo que se retroalimenta entre sí y se sinergiza por el indisoluble binomio contradictorio: creciente económico versus destrucción ambiental y el precio sin duda lo están pagando los más necesitados. La crecientes desigualdad entre pobres y ricos y los gobiernos que privilegian La comisión de ‘The Lancet’ desarrolló nueve recomendaciones a todos los países del orbe para evitar que esta tragedia se siga gestando:
1. Pensar en términos de sindemia y no en cada una de las epidemias de forma independiente.
2. Las acciones deben ser tanto a nivel global como a nivel de país o a nivel local. De nada sirven foros mundiales si la información no se lleva al ciudadano común sobre las adicciones a las comidas dañinas y
3. Las agencias internacionales y nacionales deben reforzar la gobernanza para poner en marcha políticas contra la sindemia y seguir tratados internacionales o nacionales, como por ejemplo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención sobre los Derechos de los Niños, los objetivos de Desarrollo Sostenible… Y es claro que se violenta el derecho a la salud se debe pensar en esto al autorizar la proliferación de la comida chatarra que en países como México es toda una cultura altamente calórica: Tacos de tripa, tortas de tamal tacos de espagueti y otras delicias engordan paulatinamente a la población… Ah junto con un burbujeante refresco que tiene siete cucharadas de azúcar.
4. La gobernanza municipal debe promover acciones como las que disminuyen la contaminación del aire, la promoción del transporte activo y de la alimentación saludable y de proximidad. Sí, pero también mitigar los riesgos pues sino se construyen ciclo vías
5. Reforzar la sociedad civil: el poder de la ciudadanía para promover cambios es importante y hay que invertir para aumentar la abogacía y la capacidad de influencia de la población. Y en este contexto tenemos en México la grave problemática que la sociedad civil actuando como contrapesos de los gobiernos ha sido satanizada ¿Cómo solicitar ayudas al exterior para fomentar una nueva cultura si lo van a considerar opositor al gobierno?
6. Reducir la influencia de los intereses comerciales: los gobiernos deben fortalecer la democracia, la transparencia y el tratamiento de los conflictos de interés para favorecer políticas contra la sindemia. Desafortunadamente son los financieros de grandes campañas políticas y millonarios cabildeos ante los legisladores para evadir la dura legislación
7. La rendición de cuentas y el monitoreo de la sindemia como las acciones que se hacen para combatirla. Eso es un sueño si se piensa en un gobierno como el de México que ha privilegiado los combustibles fósiles
8. Fomentar los modelos de negocio sostenibles y promotores de la salud, eliminando, por ejemplo, los subsidios a las corporaciones que promueven la sindemia o informando a la ciudadanía sobre el impacto ambiental y en salud de sus productos.
9. Avanzar en la investigación sobre los factores relacionados con la sindemia y las acciones a llevar a cabo.
Según Lancet estos fenómenos empeorarán significativamente con el cambio climático: habrá más sequías y cambios en la agricultura. Sin duda se abrirá la puerta a la carestía y la especulación de los alimentos básicos, especialmente las frutas y hortalizas, lo que aumentaría el consumo de alimentos procesados. La Comisión está pidiendo un tratado mundial para limitar la influencia política de la industria alimenticia (también conocida como Big Food), un proyecto de convenio marco sobre sistemas alimentarios, basado en las convenciones mundiales sobre el tabaco y el cambio climático; la redirección de US$ 5 billones en subsidios gubernamentales lejos de los productos dañinos y cerca de las alternativas más sostenibles; y la incidencia de la sociedad civil para romper décadas de inercia política. ¿Se impondrá la salud a los intereses económicos? En México hay una luz que brilla muy tenue en el horizonte con el nuevo etiquetado de los alimentos. Pero solo por curiosidad cuando vaya al supermercado a ver quién le hace caso. Ya hasta la propaganda televisiva ha normalizado la gordura exponiendo a los gorditos en pasarelas de modelaje. ¿A dónde iremos a parar sino ponemos un alto a las ricas tortas de tamal y los tacos de espagueti? México junto con Guatemala y Sudáfrica son los países con peores prácticas alimentarias, ¿cómo la ve? Muy pocas acciones positivas en el horizonte.
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