CUANDO LOS CRÍTICOS expresan su punto de vista en todo lo que se relaciona a las colecciones de arte (privadas) que existen en el país, se debe ahondar en los temas de arte de los siglos XVIII, XIX, XX y XXI. Y claro: han surgido desde hace más de una década, coleccionistas que profundizan en todo lo que gira en el entorno del arte contemporáneo que, para muchos críticos y art—dealers “no lo es”. En México, cosechan triunfos Eugenio López (Colección Jumex de Arte Copntemporáneo) y el empresario Julio Serrano, personaje inolvidable en el mundo del estilo de vida.
Me acuerdo cuando veía –por primera vez-- los cuadros o fotografías de las obras de Wandy Warhol. Infinidad de amigos o dueños de galerías intercambiaban puntos de vista sobre los trabajos que Warhol denominaba pop—art. En lo personal, nunca me he decantado –o encantado-- el arte contemporáneo modernista. Sin embargo, reconozco que algunas obras pueden estar ubicadas en museos modernistas, lobbies de corporaciones bancarias u otro tipo de construcciones, sin olvidar los espacios minimalistas. ¿A qué me refiero con todo esto? El arte es maravilloso, pero lo que le puede gustar a usted, pasa de largo en mis observaciones. Me fascina el arte clásico y los contemporáneos tradicionales. Y si me tengo que referir a pintores o escultores mundiales nombro con pasión a Rembrandt, Velásquez, El Greco, Goya, Picasso, Dalí, Miró, Monet, Manet, Botero, Calatrava, Santiago de Santiago, Guayasamín, etcétera. Y entre los mexicanos: Rivera, Orozco, Siqueiros, Frida Kahlo, Tamayo, Cuevas, Toledo, Urbieta, Colunga, Marín, Carbonell, Sebastián, entre muchos más.
Este tema de las colecciones privadas viene a colación porque la otra noche acudí al espacio que diseño Julio Serrano para albergar una colección de arte contemporáneo que impacta por la calidad de sus obras, formatos, temas, ubicación, etcétera. En un espacio que nos hizo recordar los mejores museos o galerías de la Ciudad de Nueva York, Julio Serrano y su hijo del mismo nombre, supieron colocar cuadros majestuosos, graciosos, plurales, etcétera, cuyo colorido sirvió para ubicar a más de 250 invitados de la familia Serrano. Los amigos de la familia Serrano se pasaron una inolvidable velada para observar detenidamente la colección privada, además de una maravillosa escultura que Sebastián tituló Esfera Humana y que pintó de color rojo. Este bello trabajo del escultor nacido en Chihuahua se sumó a una gigantesca pantalla virtual, donde –uno a uno-- fueron aparecieron cuadros y esculturas que pocas veces uno puede ver en las exposiciones internacionales.
Vera Alfieri de Serrano diseñó y planeó todo de maravilla, para que todos nos sintiéramos en Nueva York y “no sólo en un espacio cultural”, sino que también sumó en lo que se refiere al ambiente, ya que parecía que flotábamos en una de las discos (o antros) que están de moda en la Urbe de Hierro. Aunque esa noche llovió a cantaros, también se diseño un bar--lounge neoyorquino antes de llegar al patio principal donde colocaron la gigantesca pantalla de plasma virtual. El servicio fue excelente y los otros bares que colocaron en espacios especiales, le dieron un toque especial a la fiesta, sin olvidarnos de los deliciosos canapés.
Tanto Vera como Carolina Maggio no olvidaron detalle alguno para que los amigos de la familia gozaran de una noche especial, enmarcada en el arte y en la esencia de México. Entre los invitados vi a Juan y Doris Beckman; Raúl Salinas de Gortari, Sebastián y su esposa Gaby Hernández; Jenny Diener, Joel Rocha, José y Luchi Fox; Tere Pinsón, Julio, Manuel y Amparo Serrano Espinosa; Patricia de Serrano, Carlos, Margarita, Marisol y Ana Adalid, y muchos más. Y hasta la próxima, ¡abur¡
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